Comienza la era posterior al auge de China

Además de entrar a Estados Unidos, Canadá, México, Japón y Corea del Sur, hubo otro componente que empujó no solo a la carne, sino también a la agricultura a través de la soja.

Las importaciones de China en carne vacuna caerían en 177.000 toneladas, de 3,57 a 3,4 millones de toneladas de carne. ¿Es importante? Sí. ¿Es una diferencia radical con el siglo XX cuando no importaba carne? También.

Pero esa corrida que llevaba a que cada año se compra más y más ha pasado. Si se confirma, será un descenso inédito en el volumen de compras. Toneladas más, toneladas menos, el escenario más probable en el futuro es que China se mantenga comprando unos 3 millones de toneladas y poco más cada año.

Para entenderlo es útil seguir dos estadísticas poblacionales de China: la de población humana y la de población vacuna. Mientras la población humana cae y caerá por décadas, la de vacunos va en ascenso. Los aumentos futuros de consumo de carne vacuna de cada chino en parte compensarán un menor número de consumidores. La caída de la población de China será uno de los fenómenos demográficos más importantes de este siglo, que empezó con ese país asiático como el más poblado del mundo, pero al que India ya ha superado.

Esta baja de la población china tiene varias consecuencias. La competitividad en base al bajo costo de la mano de obra ya no es posible. Al bajar la oferta de trabajadores el costo del salario no puede bajar, y en algunos segmentos económicos China pierde competitividad respecto a países de menor costo de producción como Vietnam, por ejemplo.

Además, las necesidades de erogación en materia de seguridad social se disparan: cada vez menos aportantes y cada vez más retirados del trabajo activo.

Este fenómeno también está detrás de la crisis inmobiliaria. Se siguió construyendo como en la época de mayor crecimiento poblacional y los apartamentos no encontraron comprador. Ese motor de la economía de China demorará en recuperarse.

La situación de enfrentamiento con Occidente por Taiwán y otras zonas calientes en el Pacífico Sur han alejado a los inversionistas. De modo que el 5% que el gobierno se ha fijado como meta de crecimiento económico para 2024 será difícil que se cumpla.

Y mientras eso pasa en la sociedad, en los campos el rodeo vacuno crece fuerte. La faena de vacunos crece en más de 1 millón de cabezas por año, desde 48 millones en 2022 a 51 millones en 2024. El rodeo de vacunos cruzó los 100 millones en 2023, al pasar de 98 millones en 2022 a 102 millones el año pasado, y se estima es la población de vacunos es de 105 millones.

El precio por ahora está muy tranquilo al consumidor, con una fuerte competencia del precio de la carne de cerdo. Pensemos que el kilo de carne al público en China está en algo más de 80 yuanes, US$ 11,1 o $ 430 contra unos 25 yuanes del kilo de carne de cerdo (US$ 3,5 o $ 130).

En la soja el último informe mensual de USDA mostró un cierto repunte de las importaciones de soja de China, que subirían a 105 millones de toneladas este año, luego de varios ejercicios de quedar apenas por encima de 100 millones.

La población de cerdos se ha recuperado y el uso de harina y aceite crecen algo. Pero con un precio de carne de cerdo que está por debajo de los costos de producción, y una política en China de diversificar la alimentación animal para depender menos de la oleaginosa, es difícil que las importaciones vayan a crecer a un ritmo fuerte en el resto de esta década.

Hasta hace un año los altos precios que generaba China permitían sostener un dólar a $ 40. Pero en el futuro es poco sostenible el actual tipo de cambio con un escenario de precios que con China a media máquina no va a convalidar las cotizaciones de años anteriores.

Al próximo gobierno le tocará definir algún formato de sinceramiento para un tipo de cambio que será cada vez una carga más dura para los exportadores en esta era posdemanda China.

Al productor le quedan dos caminos, el aumento de la productividad como ha pasado en los cereales, en algunos sistemas ganaderos, o la diferenciación del producto como tantos nichos que se están desarrollando en la carne vacuna.

A los diseñadores de la política económica, con este dólar aplastado les quedará la tarea de desactivar un desequilibrio en el valor de la moneda uruguaya que sin los sobreprecios que pagó China en los años pasados va a ser muy difícil sostener.