“El rol del consignatario está más vigente que nunca”, aseguró a Campo el presidente de la Unión de Consignatarios y Rematadores de Lana del Uruguay, Ricardo Stewart. “La lana dejó de ser un commoditie para ser un producto con valor agregado, incluso antes de que fuera industrializada”, apuntó el dirigente. Uno de los aspectos que hacen que el papel que cumple el consignatario sea relevante, opinó Stewart, es el hecho de que los mercados se constituyan como “nichos” y es necesario que haya un actor que esté atento a los requerimientos de quienes adquieren los productos uruguayos. “Lo otro que hay que destacar es que el consignatario hoy está trabajando con mucho lote de poco volumen, y no por eso lo desatendemos”, afirmó, y añadió que, por el contrario, tratan de que “reciban el mayor valor del mercado”, a pesar de su tamaño. “El productor lanero cuenta todo el año con asistencia financiera, sin fijar precios ni destino final de su lana a través de los consignatarios”, apuntó.
Además, dijo Stewart, el consignatario es un proveedor para las industrias peinadoras y exportadoras de lana sucia, a las cuales les suministran las materias primas y se les realiza el trabajo logístico: la tarea de carga, de entrega y el cumplimiento de los plazos que exigen los negocios.
“Error garrafal”
Por otro lado, advirtió que el “rubro ovino está cada día más castigado, con una baja en el stock”. “Este año fue más bien complicado por el tema del clima, que aceleró decisiones de achicar su negocios con la oveja”, a “pesar de que el rubro y los números sean muy buenos”, valoró Stewart.
Para el dirigente, más allá del abigeato y los depredadores, el escollo más grande para el sector ovino está relacionado con la mano de obra. “No tener a la gente idónea ni las ganas de trabajar con la oveja hoy son las limitantes mayores”, dijo.
Otro aspecto que preocupa, según señaló, está vinculado a la legislación actual que impide trabajar a menores de edad. “Ese es un error garrafal”. “Desde mi punto de vista esa ley la redactó alguien que desconoce la realidad del campo. Estamos perdiendo que la gente le agarre el gusto a trabajar con la oveja”, alertó. “Si tenés a un chico que después de la escuela le gusta trabajar con las ovejas, con esta ley logramos que no aprendan el oficio”, criticó. Stewart sostuvo que ello supone que luego “cuando ya son mayores y ya se van a un pueblo, lograr que vuelvan a trabajar en el campo y con la oveja se hace muy difícil”, señaló Stewart. “Hay que cambiar la ley”, insistió.
Promedios
Ayer miércoles la gremial difundió el promedio de la zafra 2014-2015. Los valores fueron los siguientes:
El merino superfino de 18,0 a 18,9 micras grifa verde se situó a un promedio de U$S 6,24 por kilo. El merino superfino de 19,0 a 19,9 micras sin acondicionar registró un promedio de U$S 6,03 el kilo. En grifa celeste y en grifa verde el promedio fue de U$S 6,28 el kilo.
El Merino Dohne de 20,0 a 20,9 micras obtuvo un precio en grifa celeste de U$S 6,13 el kilo y en grifa verde de U$S 6,11. En esa misma categoría, pero de micronaje de 21,0 a 21,9 el valor que registró en la lana sin acondicionar fue de U$S 5,60 el kilo, en grifa celeste de U$S 5,83 y en grifa verde de U$S 6,01.
En merino ideal cruzas de micronaje entre 22,0 a 22,9, el precio promedio en lana sin acondicionar fue de U$S 5,09 el kilo, en grifa celeste de U$S 5,86 y en grifa verde de U$S 5,79. En cruzas Merino, Ideal y Merilín de 23,0 a 23,9 el precio promedio de la lana sin acondicionar fue de U$S 4,53 el kilo, en grifa celeste de U$S 5,00, y en grifa verde alcanzó los U$S 5,40. En la misma categoría, pero con un micronaje de 24,0 a 24,9 el precio de la lana sin acondicionar fue de U$S 4,28, y el de la grifa celeste y verde de U$S 4,58 y U$S 4,57, respectivamente.
En cruzas finas de 25,0 a 25,9 micras el valor promedio de la lana sin acondicionar fue de U$S 4,10 el kilo. En grifa celeste y en grifa verde el valor fue de U$S 4,30 y U$S 4,17. Esa misma categoría, de micronaje entre 26,0 a 26,9, registró un precio en la lana sin acondicionar de U$S 3,60 el kilo, en grifa celeste de U$S 3,72 y en grifa verde de U$S 4,04. El Corriedale fino de 27,0 a 27,9 micras tuvo un promedio en lana sin acondicionar de U$S 3,47 el kilo. En grifa celeste el valor fue de U$S 3,56 y en grifa verde de U$S 3,66 el kilo. En Corriedale medio, con micronaje de 28,0 a 28,9, el valor de la lana sin acondicionar se ubicó en un promedio de U$S 3,39, en grifa celeste la cifra fue de U$S 3,50 y en grifa verde de U$S 3,59.
En Corriedale grueso de 29,0 a 29,9 micras, el precio promedio de la lana sin acondicionar se situó en U$S 3,35, en grifa celeste en U$S 3,39 y en grifa U$S 3,54. En esa misma categoría de 30,0 a 31,5 micras, el valor promedio de la lana sin acondicionar fue de U$S 3,16 el kilo, y en grifa celeste de U$S 3,50.
En Corriedale muy grueso y Romney Marsh de 31,6 a 34 micras, el precio promedio de la lana sin acondicionar fue de U$S 3,14 el kilo y en grifa celeste de U$S 3,30.
El Romney Marsh de más de 34,1 micras, registró un precio promedio de U$S 2,62 en lana sin acondicionar. En barriga y subproductos finos el valor de la lana sin acondicionar fue de U$S 0,92. Para grifa celeste y grifa verde el precio fue de U$S 0,96 y U$S 0,98, respectivamente. En barriga y subproductos en general, en lana sin acondicionar, el precio fue de U$S 0,61 el kilo, mientras que en grifa celeste y grifa verde el valor fue de U$S 0,64 y U$S 0,69. En cordero fino el kilo de lana sin acondicionar registró un valor de U$S 3,44, y en cordero general la cifra fue de U$S 2,09.
