“No, boludo, es impresionante la cantidad de rumores. Me pasé todo el día contestando por privado que no hay una devaluación prevista para el lunes, ni renunció Alberto (Fernández) ni este fin de semana deja al gobierno. Todo una cosa delirante, delirante pero casi enfermiza, que tiene además toda endogamia dentro del mercado”, señaló el ministro de Economía argentino, Sergio Massa, en un mensaje de audio que, según algunos medios de comunicación, fue filtrado el viernes 21 para que llegase a oídos de los operadores tras días de mucha inestabilidad. La corrida cambiaria se aceleró al inicio de esta semana, si bien el miércoles 26 la cotización del dólar “blue” cedió ligeramente, después de casi tocar el martes 25 un máximo de 500 pesos argentinos.
Argentina va descontando días en su calendario electoral —que tendrá las internas obligatorias (PASO) del 13 de agosto y los comicios generales del 22 de octubre— en medio de una larga crisis de desconfianza que, en los últimos días, tendió a agravarse. Ese clima de incertidumbre responde a problemas en varios frentes: como en Uruguay, la sequía golpeó al sector agropecuario agravando la escasez de divisas en un mercado con tipos de cambio múltiples; las reservas bancocentralistas han caído; la inflación anual supera el 100% y cuatro de cada 10 argentinos están en la pobreza. Todo eso en manos de un gobierno debilitado.
El miércoles 26, el ministro Massa señaló que el gobierno utilizará “todas las herramientas del Estado para ordenar esta situación”, a la vez que comunicó que se notificó al Fondo Monetario Internacional (FMI) “de las restricciones que pesaban sobre la Argentina” y que van a “cambiar en la rediscusión del programa” con el organismo.
Luego, informó junto al embajador chino en Buenos Aires que en pocos días se activará el swap de monedas para el comercio con el gigante asiático. “En mayo se van a reemplazar 1.070 millones de dólares que se iban a pagar en dólares, pagándose por yuanes porque son importaciones de China”, se congratuló. Añadió: “Esta liberación de operaciones del Banco Central es mayor fortaleza para las reservas, mayor libertad para nuestra economía, seguir produciendo con bienes intermedios que se importan” desde el mercado chino.
Elecciones
Algunas incógnitas electorales empezaron a despejarse el viernes 21. El presidente Fernández anunció a través de un video difundido por Twitter que no competirá en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) aspirando a una reelección. Por el oficialista Frente de Todos, los posibles contendientes en esas internas son el embajador en Brasil, Daniel Scioli; el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro; el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich; el dirigente social Juan Grabois; así como el ministro Massa, aunque él ha sido esquivo al referirse a su posible candidatura. Y aunque en diciembre la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, dijo que no se postularía tras ser condenada por una causa de corrupción, todavía hay dudas al respecto; el lunes 23 sus abogados presentaron un recurso de casación buscando revertir esa sentencia.
Si bien la decisión del presidente fortalece la figura de Massa en este último tramo del actual gobierno —que cierra con el traspaso de mando el próximo 10 de diciembre—, se trata de un poder “escaso”, según algunos analistas. “Sergio está en su mejor momento político en el peor momento de su gestión como ministro desde que asumió”, afirmó un funcionario cercano al ministro de Economía citado el lunes 24 por un columnista del diario La Nación.

Problemas económicos
Massa está lidiando por estos días con varios problemas de la economía que van desgastando su figura.
Buscando acceder a dólares, en su reciente viaje a Washington para participar en la asamblea semestral del FMI avanzó en la negociación de un posible anticipo de desembolsos previstos para este año. El organismo, con el apoyo de Estados Unidos, se mostró abierto a eso y la discusión es si el dinero es girado en uno o varios tramos, lo que vendría de la mano de una modificación del programa vigente.
Entre rumores y dudas sobre la marcha de la economía, el dólar “blue” negociado en el mercado informal fue subiendo de precio y el martes llegó a 495 pesos argentinos. En una semana aumentó cerca de 100. El miércoles 26, después de 12 jornadas seguidas de alza, cedió levemente, a 474; el tipo de cambio oficial ronda los 220. El Banco Central vendió US$ 49 millones de sus reservas y hubo intervención estatal también a través del mercado de bonos.
El lunes, el gobierno presentó una denuncia penal contra tres economistas —Hernán Lacunza, Alfonso Prat Gay y Guido Sandleris— vinculados al opositor Juntos por el Cambio, acusándolos de “traición a la patria” por, supuestamente, pedirles a funcionarios del FMI que no se dé asistencia a Argentina hasta el cambio de administración. A su vez, el presidente Fernández acusó a la “derecha” de incitar la corrida cambiaria de estos días.
Más allá de eso, un arreglo con el organismo en las próximas semanas no es imposible. “El listón es alto, pero no es inconcebible que el FMI avance desembolsos” antes de lo que estaba previsto, opinó el analista de Oxford Economics y exfuncionario del Fondo Sergi Lanau, citado por La Nación. “Seguramente requeriría bastante ajuste por parte del gobierno, tanto fiscal como cambiario. Nada fácil cerca de las elecciones, pero las negociaciones podrían ser peculiares porque el FMI también tiene su incentivo a que la situación no se salga de control dada su exposición enorme a la Argentina” como prestamista, añadió.
Según Lanau, el ajuste cambiario puede ser “devaluar, de una forma u otra”, o aplicar alguna otra opción creativa como las que ha aplicado el Gobierno, como un tipo de cambio especial para las importaciones, para manejar el impacto sobre la inflación.
La posibilidad de una devaluación fuerte del tipo de cambio oficial circuló como rumor al cierre de la semana pasada, pero no sin fundamento: el jefe de asesores del presidente lo sugirió en un plan que hablaba de un ajuste cambiario del 60% y un congelamiento masivo de precios por seis meses, aunque el funcionario renunció días atrás “a los efectos de desactivar cualquier operación tendiente a intranquilizar los mercados”.
Pero lo que esperan algunos operadores y varios analistas no es una devaluación, sino mayores restricciones —“cepos”— para acceder a los dólares. Es que una devaluación brusca podría agravar el problema de la inflación, que en 2022 provocó una caída de 2,2% en el poder adquisitivo de los salarios y en enero pasado la erosionó otro poco (1,2%), según los últimos datos del instituto estadístico oficial.
“En un contexto en donde la inflación no solo se aceleró en los últimos meses, sino que también hay mucha incertidumbre a futuro, es difícil pensar en un mecanismo de precios y salarios que vaya más allá del corto plazo”, declaró al diario Ámbito Financiero el coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA-Autónoma, Luis Campos. “Podría decirse que las paritarias anuales desaparecieron. Ya no se negocian paritarias anuales, son todas trimestrales o —a lo sumo— semestrales”, agregó, refiriéndose a los acuerdos como los que en Uruguay se negocian en los Consejos de Salarios.
Según una encuesta de la consultora WTW, siete de cada 10 empresas en Argentina prevé dar cuatro o más aumentos de sueldo este año y el resto evalúa conceder tres ajustes.
El desempleo encubierto es otro problema. Si se excluyen los funcionarios públicos y los puestos creados mediante planes sociales, la tasa de desocupación en Argentina es del 16% y no de 6%, como surge de las estadísticas oficiales, conforme con un análisis publicado el domingo 23 por La Nación.
Frente a la inflación galopante, algunos políticos argentinos proponen soluciones drásticas.
El diputado y candidato presidencial liberal Javier Milei es partidario de una dolarización. Su plataforma incluye también bajar el gasto público, los impuestos y eliminar regulaciones; desregular el mercado laboral y, después, abrir la economía “sin que termine en un ‘industricidio’, como lo que pasó en la dictadura militar. En paralelo, estoy proponiendo avanzar en un esquema que termine con el Banco Central”, señaló el líder de La Libertad Avanza entrevistado la semana pasada en el canal LN+. “De la dolarización no vas a poder salir, es una reforma irreversible”, agregó.
Por Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich son dos precandidatos en carrera.
Enrique Critofani, expresidente del banco Santander, que ahora es asesor de Bullrich, ubicó el “foco del problema” de Argentina en la situación fiscal. “En 90 años de los últimos 100 tuvimos déficit (…). Y cuando te quedás sin crédito y la carga impositiva es muy alta, el déficit se cubre con emisión. Hay que decirlo claramente, la emisión monetaria es la causa estructural de la inflación”, sostuvo esta semana en La Nación. La solución, para él, es cortar con el gasto público “ineficiente”.