Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1997 en reconocimiento a su enorme obra (escribió más de 100 piezas de teatro, buena parte de ellas en tono satírico de la realidad social), en la que disparó sin reparos contra el poder político y eclesiástico. Este renacentista contestatario dirigió y actuó durante gran parte de su vida, fue guionista y actor de cine, pintor, ilustrador, poeta y estudiante de arquitectura devenido en escenógrafo. Con obras como Muerte accidental de un anarquista y Aquí no paga nadie, se transformó en un ícono de la autogestión artística y en activista de izquierda, al frente de compañías como Nuova Scena y La Comune, plataformas de su teatro popular, crítico y militante, con profunda proyección en Latinoamérica. En las últimas décadas fue un iracundo detractor de la izquierda italiana, a la que acusó de “casarse estúpidamente con el poder”. En 2002 Dario Fo publicó su autobiografía El país de los murciélagos y el jueves 13 murió en Milán, a los 90 años. El Teatro Circular hace este año su obra La marihuana de mamá es la más rica, de 1976, los viernes en su Sala 1.