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Las autoridades destacan una mejora en los indicadores de empleo y una reducción del trabajo “en negro”. Sin embargo, algunos efectos de la pandemia de Covid-19 aún afectan el mercado laboral. Por un lado, los trabajadores empleados presentan distintas privaciones además de la informalidad. A su vez, dentro de la categoría de desempleados hay una gran variedad de situaciones.
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Entre los que están sin trabajo, por ejemplo, no todos están en condiciones de cobrar un subsidio por desempleo, sea porque ya transcurrieron seis meses desde su desvinculación o porque no cumplen con los requisitos. En concreto, en 2021 solo el 4% de las personas desocupadas tuvieron ese tipo de cobertura. Del resto, la gran mayoría (77%) eran desempleados “propiamente dichos”, como los califica el Instituto Nacional de Estadística (INE), y otro 19% buscaban empleo por primera vez, probablemente jóvenes. Los números surgen de cálculos hechos por Búsqueda a partir de los microdatos de la Encuesta Continua de Hogares que realiza ese organismo.
De los que quedaron sin empleo, la mayor proporción eran del comercio, la industria y el trabajo doméstico.
Por departamentos, el que tuvo el año pasado el mayor porcentaje de desempleados en el “seguro de paro” fue Paysandú (10%), mientras que en el extremo opuesto se ubicaron Artigas y Cerro Largo, donde la estimación fue nula. Sin embargo, cabe destacar que estos cálculos son aproximaciones al verdadero valor y su certeza depende —entre otras cosas— de cuántas personas fueron encuestadas en cada región: si son muy pocas, los resultados del sondeo son menos confiables.
Búsqueda de trabajo
El “seguro de paro” al que tienen acceso los trabajadores formales cuando son despedidos —siempre y cuando no se hayan amparado en alguna de sus versiones en los meses anteriores— tiene una duración máxima de seis meses. Durante ese período, la persona percibe una proporción decreciente de subsidio mientras, en teoría, busca un nuevo puesto a través de alguno de los medios más usuales.
En 2021, el 41% de los desempleados procuró obtener un puesto a través de Internet, sea en portales de empleo o por redes sociales, otro 22% dijo que consultó con amigos o familiares y un porcentaje similar aseguró que fue a consultar directamente al eventual empleador. El resto puso o contestó avisos en diarios (9%) y menos de 1% declaró que recurrió a la intermediación en agencias de empleo.
En paralelo, casi un 5% hizo trámites, gestionó préstamos y buscó local o campo para establecer su propio negocio.
En cuanto a los requerimientos para aceptar un puesto, el principal fue que las tareas a cumplir y los conocimientos necesarios sean acordes a la experiencia (66%), seguido por la necesidad de tener jornadas de baja carga horaria (13%). Por otro lado, entre un semestre y otro de 2021 el porcentaje de pedidos especiales respecto al lugar de trabajo aumentó a 9%. Esto podría asociarse a que cada vez más personas prefieren el teletrabajo. También creció la demanda de mejores condiciones salariales.
En contrapartida, el horario especial o el flexible tuvieron una leve baja, ubicándose en 8% y 4% de las solicitudes, respectivamente.
Durante la primera mitad del año pasado (luego se discontinuó) el cuestionario del INE relevó como una de las razones para la no búsqueda de trabajo las restricciones —autoimpuestas— por la situación sanitaria. Entonces cerca del 3% marcó esta opción de respuesta.
