Derribando mitos del mundo de las inversiones

GBU

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1. "Para acceder a un servicio de asesoramiento financiero es necesario tener altos niveles de inversiones".

El primer mito que nos gustaría derribar es el de la "barrera de entrada" que muchas personas creen que existe en la industria de servicios financieros.

Durante años, el asesoramiento en inversiones y banca privada era un servicio al que no muchas personas accedían. Inclusive, es cierto que en los últimos años los grandes bancos internacionales han ido elevando los requisitos de capital mínimo de cuenta que exigen a sus clientes. A modo de ejemplo, los bancos suizos tienden a exigir un mínimo de cuenta del orden de US$ 1MM, mientras que también sucede algo similar con algunos bancos de Estados Unidos (EE.UU.).

Sin embargo, el mundo y la industria también han dado pasos hacia una "democratización" de estos servicios, ya que todas las personas deberían de tener el derecho de poder acceder a un servicio de asesoramiento de inversiones y de finanzas personales. Muchos de estos servicios se apoyan en la tecnología para lograr una adecuada eficiencia de costos.

Existen instituciones que no exigen un capital mínimo de inversión para poder ser cliente y acceder a un servicio de asesoramiento. Generalmente, en estos casos la limitante son los tipos de instrumentos financieros disponibles según el monto particular de cada cliente.

2. "Invertir en bolsa es arriesgado".

Esta es una segunda barrera que nos gustaría derribar, ya que existen muchos tipos de instrumentos de inversión y cada uno conlleva distintos niveles de riesgo.

Si partimos de la base de lo más conservador, invertir en un instrumento de Renta Fija con un plazo de vencimiento menor a 6 meses y emitido por un emisor de alta calidad crediticia, implicaría asumir un bajo nivel de riesgo. Mientras que invertir en un bono de largo vencimiento y emitido por un emisor de baja calidad crediticia, resulta en un riesgo muy diferente. En la actualidad es posible acceder a interesantes niveles de retorno invirtiendo a través de bonos soberanos, emitidos por países como EE.UU. o Uruguay, los cuales permiten generar una ganancia nominal en dólares y obtener interesantes rendimientos sobre el capital.

Lo mismo sucede cuando se analizan acciones. Existen acciones de grandes compañías que poseen ventajas competitivas difíciles de replicar, o que tienen posiciones dominantes de mercado en industrias de crecimiento estable y por ende tienen baja sensibilidad a los ciclos económicos; por lo tanto, representan un riesgo distinto al de acciones de compañías que se encuentran en situaciones de estrés financiero y están tratando de "salir a flote". Cada caso particular conlleva un riesgo distinto. La clave está en definir un perfil de inversión, considerando el apetito al riesgo, el objetivo financiero de los clientes, y ejecutarlo velando por hacerlo de la forma más diversificada para minimizar los riesgos.

Por más información, los invitamos a ponerse en contacto con nuestro equipo, que con gusto los asistiremos.