En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Las conferencias de prensa ofrecen algunas veces paisajes un tanto desérticos. Un tipo que se sienta frente a un ordenador, aunque escriba novelas maravillosas o gane premios, muy rara vez se convierte en alguien mediático. Es así y punto. Salvo que sea un Premio Nobel. O un gurú de la energía y la autoayuda que vende millones de ejemplares en todo el mundo.
, regenerado3
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
El asunto es que entre el lunes 29 y el martes 30, la Alianza Francesa organizó un encuentro llamado “Bellas literaturas francesas”, con varias charlas y mesas redondas en la Biblioteca Nacional, la Sala Atahualpa de El Galpón, el Instituto de Profesores Artigas, la Facultad de Humanidades, el Liceo Francés y la propia Alianza. Una excelente oportunidad para que alumnos, escritores vernáculos y público en general pudieran disfrutar de la presencia de tres invitados de real importancia en las letras francesas: Mathias Énard, Lancelot Hamelin y Jean-Philippe Toussaint.
El lunes al mediodía, antes del tour montevideano, los tres escritores brindaron una conferencia de prensa en la Alianza Francesa ante muy poco público, donde cada uno realizó un breve perfil y luego respondieron preguntas. Al terminar, Búsqueda abordó a Toussaint (Bruselas, 1957), conocido en nuestro país por sus novelas “El cuarto de baño”, “Monsieur”, “La cámara fotográfica”, “La televisión” y “La verdad sobre Marie”, todas editadas en Anagrama. En la conferencia, Toussaint, que ha sido traducido a más de veinte idiomas incluidos el chino y el coreano, habló de su narrativa detallista, minimalista, que persigue imágenes. Un intento por describir la intimidad, no la privacidad, aclaró.
Los personajes de Toussaint, los narradores de sus historias, no llevan nombre y casi siempre tienen su misma edad. Sí, dice el escritor, claro que hay puntos en común entre la ficción y la realidad, y está bien que el lector lo intuya. Es más: se queda muy contento si el lector supone que esas cosas realmente ocurrieron. Claro, no es así, pero a Toussaint le encanta crear semejante ambigüedad.
“La verdad sobre Marie” (2012) es una novela corta, de apenas 138 páginas, con tres capítulos, cada uno con su momento extremadamente detallado y memorable: la asistencia de los paramédicos a un moribundo, un caballo de carreras que escapa a sus custodios en el aeropuerto de Tokio en una noche de lluvia y una hecatombe final en la Isla de Elba. “La primera idea, la primera imagen del libro, fue el caballo en la bodega del avión”, dice Toussaint. “Después me pregunté de quién era ese caballo y todo lo demás. No me interesa tanto contar una historia como describir imágenes, alucinaciones, momentos poéticos”.
Precisamente, el comandante de a bordo del vuelo de Air France que lo trajo de París a Buenos Aires, fue quien lo asesoró para describir la bodega del avión en el episodio del caballo.
Toussaint confiesa que le cuesta mucho unificar lo escrito, que irrumpen momentos en blanco, de vacío. Por lo general, su predilección al momento de escribir es un escenario con tres cortes que engloban cosas y que también dejan otras de lado, que el lector deberá completar. Estuvo tres años para terminar “La verdad sobre Marie”. Y hubo mucho tiempo previo de reflexión, de quietud y de trabajo de la lengua.
Divide su tiempo de producción entre la escritura, la fotografía y el cine, pero su actividad principal es la literatura. Nunca tuvo dudas al momento de abordar una imagen: primero mediante la palabra, que sea la propia letra la que otorgue movimiento, y después, a partir de lo impreso, empuñar una cámara fotográfica o de cine.
Se confiesa fanático de David Lynch, en particular debido a su tratamiento del sonido, la poesía y el ritmo. Pero a la hora de incursionar en el cine le interesa el costado experimental del asunto. Toussaint ha realizado cortometrajes que se exhiben en los museos. Uno de sus últimos trabajos nació, precisamente, a partir de “La verdad sobre Marie”: un caballo en un aeropuerto. Solo cinco minutos de música e imágenes.
Otra curiosidad: Toussaint escribió un texto breve que lleva por título “La melancolía de Zidane”. Por supuesto, el punto de partida fue el famoso cabezazo que le costó la expulsión al delantero francés en la final del mundial de 2006, ante Italia. La paradoja fue que casi nadie lo vio —el propio Toussaint se encontraba en el estadio de Berlín como espectador—, y ese mismo espacio ciego lo llevó a concebir el texto, que no habla tanto de fútbol como de literatura y psicoanálisis.
Toussaint ha dicho en alguna entrevista que todo ocurre en Asia. En otro tiempo Jean Baudrillard decía en su ensayo “América” que todo ocurría en los Estados Unidos, territorio de aceleraciones e inventos. “Sí, pero ¿hace cuánto tiempo de eso?”, inquiere Toussaint. Le pregunto si Tokio es una ciudad de otro planeta. Su respuesta es un “sí” rotundo. Hace tiempo que este escritor viaja a Japón y China, donde sus novelas han sido traducidas. “China es un mundo realmente contemporáneo, donde todas las cosas cambian permanentemente”, dice. “Es evidente que se trata del país del siglo XXI”.
—¿Las charlas y presentaciones de libros le resultan tediosas?
—No. Es más: estoy encantado con este viaje.
—¿Lee reseñas de sus libros?
—Por supuesto.
—¿Alguna vez le fastidió alguna crítica en particular?
—No... creo que no, pero no me importa demasiado.
Cuando un escritor es traducido a varios idiomas tiene la posibilidad de viajar. Y eso permite el intercambio entre culturas, la curiosidad. Entre otros puntos del planeta, Toussaint vino a parar al Uruguay. Le pregunto qué sabía de esta porción de tierra antes de arribar. Se ríe, come un sándwich y responde: “Nada”. Como le parece un poco violento, agrega sin dejar de reír: “Bueno, un poco de Francescóli y otro poco del equipo que salió cuarto en el Mundial de Sudáfrica. Pero en cuando me instruya, le contesto mejor la pregunta”.