“Cada uno ve este problema desde su sillón”, dijo el ministro interino de Ganadería, Enzo Benech, al reconocer las diferencias en el gobierno respecto al tratamiento de las autorizaciones de nuevos eventos genéticamente modificados.
“Cada uno ve este problema desde su sillón”, dijo el ministro interino de Ganadería, Enzo Benech, al reconocer las diferencias en el gobierno respecto al tratamiento de las autorizaciones de nuevos eventos genéticamente modificados.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAl ser consultado en Radio Carve el miércoles 2 sobre las discrepancias internas en el Poder Ejecutivo y específicamente en el gabinete de Bioseguridad (ver Campo 12), ese jerarca respondió: “Claramente tenemos responsabilidades distintas, eso enriquece la discusión y nos lleva a seguir avanzando a un paso hasta más seguro”.
Para Benech, esas diferencias inciden en una mayor seguridad al evaluar las solicitudes que presentan las empresas titulares de los transgénicos. “Cuando hay gente que piensa distinto, si tenemos capacidad de sentarnos y analizarlo, cada uno revisa su posición y entonces cuando tomamos una decisión obviamente eso nos permite tener más elementos de juicio”, consideró.
En la entrevista radial el ministro interino de Ganadería se mostró molesto y sumamente crítico con Búsqueda por revelar discusiones entre ministros por posiciones opuestas sobre este tema en el Consejo de Ministros y en el gabinete de Bioseguridad, que es presidido por el MGAP, e integrado por los Ministerios de Economía, Industria, Salud, Medio Ambiente y Relaciones Exteriores. “La obligación del gobierno es que si tenemos diferencias (debemos) arreglarlas dentro del gobierno. No voy a hacer declaraciones públicas sobre este tema”, reaccionó.
Sostuvo que las declaraciones que salieron (en Campo) “yo no las hice, intento tener permanentemente un espíritu constructivo en un tema que es sensible”.
Benech destacó la importancia de los transgénicos para la economía del país, al recordar que el 100% de la soja es transgénica. Ese grano es el principal rubro de exportación de Uruguay, tras desplazar a la carne vacuna. Por un lado, ese jerarca valoró la relevancia de ese tema pero descalificó el trabajo periodístico de Campo por informar sobre los problemas que existen en la interna gubernamental al evaluar el asunto.
“No les doy nota a Búsqueda porque veo que manejan mal este tipo de cosas, y creo que no ayudan a la sociedad cuando hacen este tipo de cosas”, se quejó a modo de justificar sus críticas. De hecho, varios jerarcas del Ministerio de Ganadería (MGAP) suelen negarse a responder a consultas de periodistas de Búsqueda, pero sí aceptan entrevistas de otros medios de prensa.
Ningún aporte
Al ser consultado en Carve por las discrepancias en el gobierno, dijo: “En la sociedad, de punta a punta, de todos los pelos y colores, esto trasciende todas las instancias, organizaciones sociales, políticos, de los más diversos sectores”.
Luego hizo hincapié en que si bien existen organizaciones o sectores contrarios al uso de semillas transgénicas en la agricultura local, hasta ahora nadie presentó ningún aporte técnico o científico para sostener esa posición. “Desde que se inició este proceso existe la posibilidad de que haya participación ciudadana para expresarse en ese sentido, pero hasta ahora no hemos recibido ningún aporte técnico o científico para ver si estamos actuando mal”, señaló. Contó que lo que recibió el gabinete de Bioseguridad han sido “comentarios de que no me gustan o me gustan” los transgénicos.
Respecto al interés de las empresas en la aprobación de sus pedidos de nuevos eventos genéticamente modificados, Benech se limitó a señalar que “las empreas están enteradas de esto”. “Tenemos obligaciones con todos los actores de la sociedad, como gobierno”, aceptó, en alusión al cumplimiento de las normas y plazos para el tratamiento de ese tema.
Consultados por Campo empresarios semilleristas, señalaron que el actual esquema de tratamiento de los pedidos de autorizaciones de nuevos eventos transgénicos requiere una revisión. Además de manifestar inquietud por la demora o alteración del proceso de evaluación de esas solicitudes, debido a las diferencias internas en el gobierno, los ejecutivos indicaron que no existen novedades respecto al proyecto de bioseguridad que el Poder Ejecutivo tiene como objetivo elaborar.
Desparramar agroquímicos
El ministro interino de Ganadería resaltó la importancia de contar con semillas resistentes a enfermedades o plagas para reducir pérdidas o aumentar la productividad de los cultivos. A modo de ejemplo, Benech mencionó que este año hubo 65.000 hectáreas sembradas con semillas de soja que contienen un evento genéticamente modificado nuevo que es resistente a herbicidas y a lepidópteros. “Y los que no tuvieron ese evento pasaron serios problemas de lagarta (gusanos), que se comieron las plantas”, indicó. Esos agricultores para combatir la lagarta debieron fumigar sus cultivos. “Cada tratamiento (fumigaciones) vale U$S 20, haga la cuenta”, planteó.
Al mismo tiempo, el jerarca del MGAP contempló que “eso implica desparramar agroquímicos, que están aceptados, pero no son fantásticos y si pudiéramos evitarlos es mejor desde el punto de vista ambiental”.