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No será este mes que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos (EEUU) empiece a desmantelar la política de emitir dólares y tasas de interés muy bajas que aplica desde hace algunos años para estimular la economía del país. Quizás sí en octubre o noviembre, pero no hay certeza; la recuperación tendrá que ser más firme para hacerlo.
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Así, contra lo que vaticinaban algunas encuestas entre analistas, la reunión del Comité de Política Monetaria de la Fed de esta semana, concluyó ayer miércoles 18 sin anuncios concretos. “Algunos indicadores del mercado laboral han mostrado mejora en los últimos meses, aunque la tasa de desempleo permanece elevada. El gasto de los hogares y la inversión de las empresas ha mejorado al igual que el sector inmobiliario, aunque las tasas hipotecarias han aumentado y la política fiscal está deteniendo el crecimiento económico”, señaló el organismo en un comunicado. En síntesis, se desprende que la percepción de los miembros de la Fed es que el actual ritmo de crecimiento de la economía estadounidense es “moderado”.
Respecto a cuándo empezará el repliegue monetario, la Fed no dijo más que otras veces: será en el momento en que el desempleo baje a cerca de 6,5% (actualmente se ubica en 7,3%). Eso puede empezar al final de este año, reiteró, sin detallar un cronograma concreto.
Y ratificó que la tasa de interés de referencia entre 0% y 0,25% seguirá así mientras la inflación esté por “debajo del objetivo de 2%”.
¿Quién será el encargado de timonear el futuro desmantelamiento de la política monetaria expansiva que aplica EEUU desde 2008?
Lawrence Summers le comunicó el domingo 15 al presidente Barack Obama que no desea estar al frente de la Fed cuando a comienzos de 2014 deje el cargo Ben Bernanke. Así se abrió la puerta para análisis y especulaciones estos días.
Summers, quien fue secretario del Tesoro durante el gobierno de Bill Clinton y economista jefe del Banco Mundial, era el elegido de Obama, aunque su figura genera resistencias. Se autoexcluyó alegando que el trámite en el Congreso para su designación puede ser “áspero”, según una carta que le envió al mandatario.
Obama aceptó su decisión y señaló en una declaración: “Larry era un miembro importante de mi equipo ya que se enfrentó a la peor crisis económica desde la Gran Depresión y fue en gran parte debido a su experiencia, sabiduría y liderazgo que luchamos para que la economía vuelva a crecer, e hizo el tipo de progreso que estamos viendo hoy”.
En base a consultas con agentes del mercado financiero, algunos medios señalaron a Janet Yellen, la vicepresidenta de la Fed, como la principal candidata a suceder a Bernanke. Esta economista egresada de la Universidad de Yale de 66 años y pelo blanco, trabaja desde la década de los setenta en el organismo, y también asesoró a Clinton.
Pero también danzaron los nombren de otros eventuales candidatos. En la lista figuran el ex secretario del Tesoro, Timothy Geithner, los actuales vicepresidentes de la Fed Donald Kohn y Roger Ferguson, y también el ex gobernador del Banco de Israel Stanley Fischer.
Crisis y riqueza.
La economía estadounidense sufrió una severa crisis que estalló en 2007 a causa del incumplimiento del pago de créditos para vivienda que habían sido concedidos a familias de ingresos inestables y a tasas bajas; cuando los intereses subieron, estos dejaron de amortizar las cuotas, lo que repercutió sobre los bancos y también sobre otras instituciones financieras que habían adquirido papeles financieros asociados a los préstamos. En setiembre de 2008 —hace exactamente cinco años— la crisis tomó escala mundial al quebrar Lehman Brothers, uno de los bancos de inversión más grandes.
EEUU entró en recesión, como otras potencias económicas mundiales. Buscando revertir ese ciclo, el gobierno aplicó planes de estímulo —con recortes de impuestos y subsidios—, aumentó la emisión de dólares, compró activos (actualmente por U$S 85.000 millones mensuales) y bajó la tasa de interés de referencia a un nivel prácticamente nulo, entre otras medidas de expansión monetaria.
Ahora la actividad está retomando algo de impulso y la riqueza vuelve a crecer: los billonarios estadounienses en la lista de la revista “Forbes”, publicada el lunes 16, mostró a Bill Gates al tope con U$S 72.000 millones, seguido por el inversor Warren Buffett (U$S 58.800 millones); ellos, como Mark Zuckerberg (U$S 19.000 millones), contabilizan fortunas que son mayores al momento previo a la crisis.
Ante este repunte económico, las autoridades evalúan empezar a dar marcha atrás con la política monetaria expansiva, que acarrea un impactos fiscales y además puede ser inflacionaria.
Las decisiones monetarias en EEUU tienen repercusión en otras partes del mundo, incluso en Uruguay. Una política menos laxa supone que dejará de aumentar la disponibilidad de dólares en circulación como ocurrió en los años recientes. Eso, en teoría, se traduce en una valorización de la divisa estadounidense frente a otras, como el peso.
Por otra parte, una suba en la tasa de interés repercute en el costo en el que debe incurrir el gobierno uruguayo para emitir deuda en los mercados. También tiene efectos sobre el flujo de capitales, que en los últimos años arribaron a países emergentes como Uruguay.