Al evaluar el ejercicio de 2023, el presidente del Banco de Seguros del Estado (BSE) se muestra satisfecho. Aumentó la venta de pólizas en general respecto al año anterior, y se destacó el crecimiento en la rama rural, en la que la empresa pública tiene ahora el 70% del mercado. “La mejor noticia del año es que en automóviles estamos con resultado técnico equilibrado” —un concepto que refiere a las ventas menos los costos que genera realizarlas—, dijo a Búsqueda José Amorín. Otro aspecto positivo, según su balance, es que el BSE logró hacer sostenible la rama de seguros previsionales —las rentas que cobran los jubilados de las AFAP—, con lo cual resolvió uno de los “grandes problemas” con que inició este período de gobierno.
En materia de resultados y considerando todos los negocios, la aseguradora estatal ganó el equivalente a US$ 98,4 millones el año pasado, superando los US$ 77 millones obtenidos en 2022. Amorín resaltó que la ganancia se dio a pesar de las previsiones adicionales que el BSE realizó para la cartera previsional y las pérdidas que absorbió por las pólizas rurales, debido a la sequía que golpeó al sector agropecuario.
“Al inicio de este período decía que la principal preocupación que tenía que tener el banco era asegurar el cobro de las jubilaciones para los próximos 40 años. (…) Ahora estamos absolutamente tranquilos”, comentó. En esa área de negocios —que opera como monopolio de hecho–, el BSE facturó US$ 570 millones en todo el 2023, 8% más en términos reales que el año anterior.
Informó que el BSE constituyó el 100% de las reservas para pagar las jubilaciones por el sistema de las AFAP. El jerarca aseguró que la situación en esa rama es ahora de equilibrio técnico. Aun así, dijo que el año pasado la empresa estatal contrató una “consultoría externa para mirar todos los números” de la cartera que “validó” la sostenibilidad futura. Y agregó que “para estar más seguros”, el departamento actuarial sugirió reservar US$ 40 millones adicionales en los próximos cuatro años como respaldo, algo que el BSE hizo en diciembre pasado en una sola vez.
Amorín recordó que en 2020, cuando asumió al frente del BSE, faltaba reservar unos US$ 190 millones en la cartera previsional, que arrojaba un déficit técnico. “Se fue llevando a una situación de equilibrio. Ahora queremos tener no más que una pequeña utilidad (en esa rama), para que los jubilados cobren lo máximo que se pueda”, alegó.
Sobre el nivel de pólizas previsionales emitidas en 2023, reconoció que se esperaba un mayor crecimiento, pero alegó que quienes no se jubilaron el año pasado lo harán seguramente en este.
Además del rubro previsional, otra cartera relevante en la facturación del BSE es la de automotores.
“La mejor noticia del año es que en automóviles estamos con resultado técnico equilibrado. Cuando arrancamos estábamos 22% abajo”, comentó el titular del BSE. Explicó que eso se logró con mucho trabajo para reducir el costo siniestral y mejorar la recuperación de vehículos, además de una primera etapa donde se ganó mercado por precio.
Para este año, dijo que la aseguradora estatal se enfocará en lograr un resultado positivo en esa rama, en la cual se mantiene en torno al 45% de participación. Si se logra —señaló—, se procurará trasladar la mejora al precio de la póliza para competir más. En ese segmento, el BSE aumentó 5,4% las ventas en 2023, algo por debajo del resto del mercado.
Amorín afirmó que en la última zafra el BSE concentró gran parte de la suscripción de pólizas rurales. “Crecimos mucho, teníamos 60% del mercado y ahora el 70%. Pasamos de cubrir con seguros de rendimiento 180.000 a 260.000 hectáreas”, destacó.
En conjunto, la comercialización de pólizas por parte del BSE y de las compañías privadas se incrementó 3,2% respecto a un año atrás en términos reales, calculó Búsqueda a partir de los balances de las empresas publicados por el Banco Central. En 2022 el crecimiento había sido mayor (7%).
Las pólizas de vehículos aumentaron por encima de ese promedio (6,1%), al igual que las de responsabilidad civil (8,5%), rurales (14,5%) y todo riesgo operativo (28%). En contrapartida, hubo caídas en la facturación de varias ramas: incendio (15%), hurto (19%), caución (8%), transporte (14%), crédito (27%) entre otras.
Para este año, Amorín proyectó un buen nivel de actividad y un mejor resultado para la aseguradora estatal.
Accidentes laborales
Otra de las metas que el titular del BSE planteó al asumir su cargo fue reducir el costo de las pólizas de accidentes laborales, que funciona bajo monopolio legal desde su creación y que es de contratación obligatoria para las empresas.
En esta rama, el BSE facturó unos US$ 300 millones en 2023, 2% real menos que el año anterior.
En todo el año pasado hubo 2.599 accidentes laborales más que en 2022, informó. En total, fueron 31.166 (7,5% de aumento).
“Una de las cosas que decía todo el mundo cuanto entré acá, es que el banco subsidiaba la cartera de automóviles con la de accidentes de trabajo. Entonces dije: vamos a ir sacando de a poco eso de la cabeza de la gente. Desde que asumí bajamos 26% —en promedio— las tarifas de accidentes, por eso venimos bajando la facturación y en la cartera de vehículos estamos en equilibrio”, apuntó para desestimar el subsidio.
Añadió que puede haber “más espacio” para seguir con la reducción del valor de las pólizas mediante el ajuste y “revisión permanente” de los indicadores de riesgo y accidentes. Comentó, como ejemplo, que el promedio de pago de renta temporaria a los accidentados en el trabajo bajó de 33 a 23 días en este período de gobierno.
La tasa que aplica el BSE varía en función de la peligrosidad del riesgo a cubrir, la actividad, el establecimiento y los resultados del seguro en años anteriores. Por ejemplo, la tasa por mil es de 47,3 para la actividad de aserraderos de madera y de 5,4 en el caso de los servicios administrativos.
Según una tabla con unas 125 “claves” o tipos de actividad, las tasas más altas que aplica el BSE es a las pólizas que cubren el riesgo de accidente de los jockeys (210,8 por mil); entretenimientos como circo y domas (127,2); pesca y servicios relacionados (92,4); frigoríficos (62); fábricas de baterías (61); cuidadores de stud, haras, peones de caballos de carrera (49,9).
En contrapartida, entre los que tienen menor tasa —además de los servicios administrativos— se encuentran las fábricas de gases industriales (4,5); bancos y empresas de intermediación financiera (4,5); elaboración de especias; elaboración de cervezas y maltas (8,6); café y alimentos envasados (9,5).