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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáUna herramienta digital presentada en noviembre pasado por Open Al, una de las empresas líderes en inteligencia artificial, se convirtió en la gran novedad tecnológica del 2023. El ChatGPT es capaz de hacer, de forma autónoma y en cuestión de segundos, el resumen de un informe o la traducción de un texto, puede redactar una noticia y hasta inventar un cuento o un verso. Todas estas posibilidades concitaron la atención de millones de personas que en pocos días utilizaron el sistema.
El sector educativo es uno de los tantos que sigue con atención, y en algunos casos inquietud, el desarrollo del ChatGPT. “Es un punto de inflexión de la industria de la tecnología digital, como lo fue Google a finales de los noventa”, afirma Juan Marrero, director del Centro de Transformación Digital de la Universidad Tecnológica (Utec), especialista en estrategias que integran tecnologías digitales en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Ve con optimismo esta evolución de los sistemas de generación de textos. Su potencial, asegura, es “demencial” porque “abre un abanico de posibilidades increíbles para generar nuevo conocimiento”.
Al mismo tiempo, el magíster en Business Intelligence con especialización en Data Science y Machine Learning por la Online Business School de la Universitat de Barcelona-EA, es prudente y admite que, pese a que esta herramienta genera expectativas enormes en todo el mundo, aún está en pañales y queda mucho recorrido. El modelo todavía tiene importantes limitaciones, entre ellas la falta de cita de fuentes y que la información que maneja fue producida hasta 2021.
Lo que sigue es una síntesis de la entrevista que concedió Marrero a Búsqueda.
–Satya Nadella, presidente y CEO de Microsoft, dijo el miércoles 18 en el Foro de Davos que el mundo asiste a un conjunto de tecnologías que implica un cambio “revolucionario”, aludiendo a ChatGTP. ¿En qué medida esta inteligencia artificial transforma la manera en que los humanos trabajan y aprenden?
–Internet o la World Wide Web fue creada por Tim Berners-Lee para que los investigadores pudieran compartir información en tiempo real, sin importar en qué lugar del mundo estén, para generar nuevos conocimientos de calidad. El ChatGPT lo que está haciendo es analizar y sistematizar muchísima información de una forma muy rápida, lo cual permite generar nuevos conocimientos de calidad. Es un punto de inflexión de la industria de la tecnología digital, así como lo fue Google a finales de los noventa. Y está basado en una tecnología nueva, que nació el año pasado y que analiza la información mundial disponible en la web y da respuestas a las preguntas que realizamos de forma rápida, original y atractiva. Por otro lado, está cambiando las reglas del juego de la industria digital. Materializa aquello de que la tecnología trastoca la forma de trabajo. En algunos casos es evidente, como la sustitución de cajeros de supermercado por cajas autogestionadas o la del tag del telepeaje. Pero ahora está pasando a una dimensión mucho más grande. Ya no es necesario que un emprendedor contrate a alguien para que diseñe su logo, ayude a crear la estrategia de negocio o haga un estudio de mercado; puede armar todo eso con inteligencia artificial. ChatGPT está cambiando las reglas del mercado. En dos meses tuvo más de 100 millones de usuarios. Y esto recién comienza.
–En el ámbito de la educación, esto simplifica el acceso a la información, pero ¿qué pasa con el proceso de la enseñanza y el aprendizaje?
–En educación, ChatGPT abre un abanico de posibilidades increíbles con base en una información disponible en línea y en grandes volúmenes. Es una fuente de información realmente grande y con un potencial enorme en los programas de aprendizaje. Es algo demencial, además, porque lo hace con una rapidez increíble. Es realmente grande su potencial para la educación.
–El ministro de Educación, Pablo da Silveira, también ve en estas tecnologías un potencial educativo enorme y una oportunidad para replantearse qué se pretende del acto educativo, según dijo a El Observador. ¿Cómo se acopla esta transformación a nivel de las políticas educativas?
–Es una muy buena oportunidad para integrar la tecnología en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Demanda diseñar políticas y criterios nacionales para abordar esta transformación digital educativa de una forma más integral. Es fundamental trabajar en el diseño del desarrollo de políticas flexibles que acompañen las transformaciones digitales, en el que participe toda la academia, equipos docentes, estudiantes e investigadores para desarrollar los cursos y una nueva estrategia didáctica pedagógica. De lo contrario, Uruguay volverá a cometer el error de no adaptarse rápidamente al cambio.
–¿Y cómo ha sido la experiencia en Utec?
–Incorporamos la tecnología digital desde el vamos. Eso quiere decir que cuando se realizó la planificación de cursos, se agregó la tecnología digital y se aplicaron estrategias y metodologías asociadas al aprendizaje activo, el aula invertida, la evaluación entre pares, el estudio de casos y la gamificación (juegos en clase). Se incorporó la dimensión digital, como el entorno virtual Moodle, simuladores, la plataforma de laboratorios remotos o ChatGPT para que los estudiantes analizaran esa información y resolvieran problemas. Este proceso de enseñanza-aprendizaje demanda más rapidez y habilidades de los docentes para diseñar las experiencias digitales de aprendizaje.
–Muchos educadores no parecen tan entusiasmados con estos cambios. ¿Qué responde a eso?
–Tal vez con la rapidez del cambio algunos educadores sientan que la tecnología pone en jaque al sistema educativo. Puede ser… porque no estamos preparados o aún no hemos logrado generar una alfabetización digital tan rápida como demanda la tecnología. En realidad, no es que ponga en jaque al sistema, sino que nos está diciendo que tenemos que adaptarnos y hacerlo mucho más rápido que antes.
–Hasta ahora, parte de la tarea docente era enseñar a los alumnos a buscar en Internet, para discernir entre fuentes fiables y no fiables, y poder interpretar los datos. ¿Con ChatGPT no se está más expuesto al plagio?
–Siempre estuvimos expuestos al plagio y eso con la tecnología digital se potenció. Lo que sucede con ChatGPT es que cada vez que le preguntás algo la reacción es distinta y no hay una forma de identificarla, por ahora. Capaz que estamos más expuestos al plagio, pero esto ocurre porque planteamos el plagio en relación a la metodología tradicional de evaluación: aquella de pedirle al estudiante que haga un resumen o defina un concepto. Bajo ese modelo estamos más expuestos al plagio. Ahora, si evaluamos al estudiante de otro modo, no podrá haber plagio.
–¿Cómo lograr estos objetivos cuando apenas uno de cada 10 alumnos de segundo año de liceo sabe usar la computadora sin asistencia, según un estudio del Instituto Nacional de Evaluación Educativa?
–Una dimensión fundamental es la analítica de datos. Hoy podemos saber todo lo que está haciendo el estudiante en los entornos virtuales de aprendizaje, como hacemos en Utec, para que los docentes puedan actualizar su planificación acorde a lo que pasa con sus alumnos. Yo no digo que haya que llegar a una personalización de la educación a través de los datos. Pero sí es preciso poder identificar patrones generales para que el docente se ajuste más a las demandas de los alumnos. Al mismo tiempo hay que generar una alfabetización en los estudiantes para que sean conscientes de qué están haciendo y cómo, y no crean por ejemplo que estuvieron participando en un foro virtual de forma activa cuando en realidad ingresaron a la plataforma dos veces al mes.
–¿Cómo es posible asegurar que los alumnos genuinamente aprenden y hacen las tareas que se les pide y que no lo hace la inteligencia artificial?
–¿Y cómo se sabe hoy que dentro del aula, en un modelo tradicional, el estudiante aprende genuinamente? ¿Cómo sabemos que no se está copiando con el viejo y querido trencito o machete? Hay que partir de esa base histórica. Por eso hay que diseñar y planificar los cursos, toda la carrera a través de la experiencia digital de aprendizaje. De ahí la necesidad de establecer un criterio de evaluación acorde al modelo educativo, como el de aprender haciendo o el de resolver problemas. Y después, sí: “¿Querés usar ChatGPT? ¡Usalo para lo que quieras!”. Ahora, te voy a evaluar viendo la forma en que aplicás física y matemática en el laboratorio. Esa es una mejor forma de evaluar y de establecer sinergias entre las unidades curriculares.
–¿No ve un problema ético en el uso de la inteligencia artificial en la educación?
–Hay un gran problema ético en el uso de la tecnología digital en sí. Por eso en el Laboratorio de Humanidades Digitales de Utec buscamos mejorar la vida y la calidad de las personas a través de un uso ético y responsable de la tecnología digital. Este desafío no es nuevo y es inmensamente grande. En el caso del ChatCPT también. Yo hago una búsqueda en Google y la versión web que obtengo la menciono en la fuente cuando presento un informe o una terea escolar. El problema con ChatCPT es que no sabés cuál es la fuente. Analiza y sistematiza millones de sitios pero no sabés qué tan confiable es. El desafío ético no es nuevo y es inmensamente grande. El objetivo en general es crear políticas que aseguren el bienestar en el mundo digital. De todas formas, no tenemos un sistema que asegure realmente la privacidad, la estabilidad y la tranquilidad de las personas. Es una batalla dantesca.