En la frontera entre Ruanda y la República Democrática del Congo (RDC) hay una calle empedrada de unos 50 metros que es conocida como el “limbo”; un espacio en el que ya se salió de Ruanda pero aún no se entró al país vecino y donde todos los que cruzan deben hacer el correspondiente papeleo.
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Allí llegó el miércoles 13, varias horas más tarde de lo previsto, el contingente de 200 soldados uruguayos que integraban el primero de cinco vuelos para relevar a las tropas de la misión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la RDC. Tras formar pacientemente durante unos 40 minutos, los militares tuvieron autorización de cruzar la frontera hacia la base, situada a unas 20 cuadras del borde.
Pero no todos los que arribaron a esa calle de la ciudad ruandesa de Gisenyi pudieron pasar. Una delegación de 14 civiles (entre ellos ocho periodistas), invitados por el Ejército Nacional a cubrir sus movimientos en el Congo, quedaron estancados en un problema legal básico: no tenían la visa para entrar.
La situación se alargó por unas dos horas, en las que diferentes cargos del Ejército intentaban apelar a la “buena voluntad” de “los morochos”, sin suerte alguna. Sin visa, no se entra al Congo, repetían en un entreverado inglés los funcionarios de migración. Desde Montevideo, el día de la partida y ante la preocupación de varios civiles sobre la falta de visa, los militares a cargo dijeron que “fueran nomás”, que la frontera “se pasaba”, basándose en lo que había sucedido siempre hasta esta rotación.
Con ese escenario, los uruguayos fueron alojados en la madrugada del jueves 14 en un hotel a pocas cuadras de la frontera, con la confirmación por parte de los responsables militares de que el problema “se arregla mañana”, ya que el director de Migraciones del Congo “ya había autorizado” la entrada.
Días en Gisenyi.
Una semana y varios intentos frustrados después, la delegación de civiles seguía en el mismo hotel ruandés. Los problemas administrativos se sucedieron uno tras otro y el trámite pasó por varias oficinas congoleñas.
El miércoles 20 llegó la autorización para entrar a la RDC, pero Ruanda no dejaba salir a los civiles, ya que tenían vencida su visa temporal de tránsito por ese país. A última hora se destrabó la situación y la delegación llegó a la base uruguaya en Goma, donde pasó un día, para luego volver a Uruguay.
Durante su estadía en Ruanda, los civiles recibieron la visita de varios altos mandos militares que buscaron informarles de la situación.
“Fue una situación lamentable por la que pasaron los civiles. Hicimos los trámites como todos los años y nunca hubo problemas. Cuando surgió este inconveniente enseguida nos pusimos en contacto con Cancillería, que estuvo haciendo gestiones infructuosas toda la semana”, dijo a Búsqueda el comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos.
El viernes 15 el general Juan Saavedra, que vino con el primer vuelo para realizar tareas de observación dentro de la base, se reunió con los civiles y les explicó la “frustración” del Ejército por esta situación. Reconoció que hubo una “falla” desde Uruguay de la que debieron “hacerse cargo” los militares apostados en la RDC.
“Tengan claro que esto se va a investigar”, dijo Saavedra, quien agregó que es “la primera vez” que se les exige visa a delegaciones de la ONU entrando a la RDC. El militar también aseguró que, además del error original, existió “un claro trancazo” por parte del gobierno congolés.
Problemas políticos.
El martes 19, el coronel Arturo Merello, quien fuera jefe de la base uruguaya en Congo hasta ese día y que formó parte de los intentos por hacer ingresar a la delegación, se reunió con los uruguayos varados en Ruanda.
Merello sostuvo que la imposibilidad de entrar a esta altura era “por un tema político”.
“El ministro de Defensa uruguayo se contactó con el de acá (RDC) por este tema. Yo creo que no podría demorar más de dos horas la solución más allá de un reto, pagar una multa y que hagamos las cosas bien para la próxima”, añadió.
El gobierno de la RDC está pidiendo el retiro de la misión de la ONU de su país, pero la organización internacional entiende que aún no están dadas las condiciones para hacerlo.
“Esto ya no es un error del Ejército. A como está la situación hoy, si hubieran traído la visa los hubieran parado porque no tenían el peso justo de la cámara o cualquier otra cosa. Esto no es un caso aislado”, señaló Merello.
“Desde el momento en el que se decidió cambiar de pasaportes diplomáticos a pasaportes de turista, hubo militares que expresaron que eso podría generar problemas”, agregó.
El sustituto de Merello en la base es el coronel Luis Mangini. Fue el que recibió a la delegación y el primer tema abordado fue el atraso y el poco tiempo que tendrían en la base.
“Lo que pasó no nos afecta ni nos interesa a nosotros en la base. Estamos concentrados en el tiempo que queda acá para hacer algo. Lamentamos mucho pero no tenemos nada que ver, estamos por fuera de esto”, dijo el militar.
Visas y culpas.
Desde Uruguay se entiende que el problema surgió en el Congo, ya que se siguieron los “procedimientos de siempre”. El responsable del visado y toda la logística de la delegación civil y militar que viaja en las misiones es el Centro Coordinador de Operaciones de Paz (Cecope).
Sin embargo, se procederá a hacer una “revisión interna” ya que hubo “elementos de información” que no se consideraron, dijeron a Búsqueda fuentes militares.
Desde el 4 de mayo del 2015 la RDC exige visas a todos los civiles que quieren ingresar al país, vayan o no en delegaciones oficiales, según la pagina web oficial del país.
El jefe del Cecope, el coronel Luis Viñoly le escribió a la delegación mientras estaban detenidos en Ruanda. “Nada me ha molestado más que este inconveniente y miren que en estos días tengo un montón de cosas que me sacan de las casillas”, dijo.
Sostuvo que no dejaran de culparlo por el “pequeño inconveniente”, al igual “que medio planeta”.
“Ninguna y algo de culpa tengo”, agregó.
Complicaciones.
Durante su estadía en Ruanda, los periodistas quedaron varados en un bote que se quedó sin nafta y que luego fue interceptado por la policía ruandesa. También recibieron la visita de los oficiales de migración del país, que les advirtieron que “dejaran de hacer notas” porque no tenían la visa para trabajar.
La visa temporal de Ruanda fue otra de las complicaciones que surgieron. Para ingresar al país los que no tienen pasaporte oficial precisan de una visa. El problema salió a la luz el lunes 11, horas antes del despegue. Desde el Ejército les pidieron a los viajeros que intentaran sacar la visa online, pero como demoraba varios días ya era tarde. A la llegada a Ruanda, la principal demora fue obtener esa visa. Una vez tramitada, los civiles tenían tres días para cruzar a Congo.
Estos imprevistos más el alojamiento de los civiles generó costos diarios de U$S 1.000 aproximadamente. Además, el Ejército se hizo cargo del pago de las visas de Congo, a un costo total de U$S 4.200. En total la demora le ocasionó al Estado un costo de al menos U$S 13.200.
Información Nacional
2016-04-28T00:00:00
2016-04-28T00:00:00