El gobierno llegó a un acuerdo para rescindir el contrato con la empresa GNLS, que construía la planta regasificadora en Punta Sayago. Lo anunció la ministra de Industria, Carolina Cosse, en su primera intervención de la interpelación que protagonizó ayer miércoles en la Cámara de Diputados para explicar ese mismo contrato.
La regasificadora es uno de los mayores proyectos de obra pública del país, pensado para abastecer la demanda uruguaya y exportar energía el exterior. El emprendimiento es gestionado por Gas Sayago, una sociedad anónima formada por Ancap y UTE, que le adjudicó la obra a la multinacional GDF Suez, que se asoció con Marubeni y formó en Uruguay la sociedad GNLS.
“El costo de la obra se estima en 600 millones de dólares, de los cuales hasta 2014 se ejecutaron 210, restando 390 por concretarse en el período. A la fecha de presentación de este Presupuesto Nacional GNLS SA y GSSA (Gas Sayago) negocian la rescisión del contrato que las vincula, dada la imposibilidad de la primera de continuar con el proyecto. Finalizada esta etapa, GSSA seleccionará un nuevo adjudicatario para dar continuidad a la obra”.
“Leonino”.
Con ese estado de situación llegó la interpelación convocada por el diputado blanco Pablo Abdala. El legislador dijo que se trata de “un proyecto de enorme magnitud que ha fracasado” y afirmó que el contrato que se firmó fue “leonino”. En su opinión “el concesionario queda a buen resguardo y libre de todo riesgo ante el caso de incumplimiento”. Dijo que “es mentira” que las obras realizadas, en ese caso, quedarían para el “dominio público”.
También criticó que, con el dinero que el Estado ya invirtió en la obra, estimado entre U$S 120 millones y U$S 140 millones, “le ha costado más que lo que la garantía está en condiciones de cubrir”. Sostuvo que “está en duda en qué medida la multinacional GDF Suez respalda” el contrato con GNLS.
Abdala dijo que hay “elementos sospechosos que hacen dudar de que se haya actuado en la elección de ese socio con la debida probidad”, ya que “la oferta ganadora”, presentada por GDF Suez, “no fue la económicamente más conveniente”, sino que “fue una de las más caras” y tampoco era la mejor “técnicamente”.
Dijo que “cuando una autoridad actúa de manera tendenciosa y lo hace conscientemente, configura abuso de autoridad”.
“Han circulado versiones (…) de que aquí hubo una intervención y una actuación de buenos oficios, un lobby, del entonces presidente Lula con el entonces presidente Mujica para que el llamado (...) beneficiara a la empresa OAS, que después terminó en los más escandalosos casos de corrupción”, dijo Abdala. Sin embargo reconoció que no podía “probar” esa teoría.
El diputado mencionó que el gobierno estaba “negociando” con el concesionario. “Se dijo que el contrato era tan perfecto que solo había que ir al banco a cobrar la garantía (…). Pero se está negociando. ¿Qué se está negociando?”, preguntó.
Acuerdo “óptimo”.
La respuesta llegó enseguida, cuando la ministra Cosse hizo su primera intervención.
Cosse sostuvo que el proyecto se enmarca en la política energética que lleva adelante el gobierno y significará eliminar un “cuello de botella” en la generación de energía. Por eso ratificó la decisión de abastecer la matriz con gas natural y de instalar la regasificadora para “garantizar reglas de juego estables y transparentes”.
Dijo que el gobierno está “evaluando las opciones” y deberá “salir al mercado nuevamente para determinar los costos con precisión”, aunque anticipó que el costo de la obra “será menor que el estimado para el proyecto original”.
Cosse afirmó que el país cuenta ahora con “activos tangibles por un valor superior a los U$S 100 millones” más “las inversiones propias ya realizadas por Gas Sayago de U$S 87 millones”. Además sostuvo que el país adquirió “activos intangibles”, como “información climática, información de suelos, tecnologías, información sobre mercados”.
“Las premisas fundamentales no cambian. Si acaso, han mejorado”, afirmó.
A continuación la ministra dijo que el gobierno estuvo “negociando” con GNLS y repasó los incumplimientos. “A la fecha GNLS no alcanzó dos hitos: el del 3 de enero de 2015, que estaba marcado en el contrato, que era tener lista la plataforma del muelle para el montaje electromecánico, y el otro hito es el del 11 de julio de 2015, cuando no alcanzó la fecha del preinicio de actividades de la terminal pactada”.
Cosse dijo que Gas Sayago “tiene derecho a rescindir el contrato a los nueve meses a partir de la fecha en que no se cumplió el primer hito”, lo que se cumpliría el 3 de octubre. Además, “a partir de la fecha en que debió verificarse el segundo hito comenzó a generarse una penalidad de aproximadamente 500.000 dólares diarios a favor de Gas Sayago”.
GNLS, dijo la ministra, “comunicó a Gas Sayago a fines de julio formalmente su imposibilidad material de continuar con las obras y posteriormente ofreció negociar una salida inmediata”, ya que el contrato no permite la rescisión unilateral de parte de GNLS, y Gas Sayago recién puede rescindir en octubre.
“En este período, después de un intenso trabajo, se elaboró un acuerdo que al día de hoy está sujeto solo a las formalidades correspondientes”, anunció.
Cosse dijo que Gas Sayago recibirá una compensación “equivalente al total de la garantía de fiel cumplimiento de contrato” y GNLS “le transfiere todos los activos que se encuentran en el mar y el obrador”.
“Si comparamos este acuerdo con el resultado más optimista que se podría haber obtenido por la rescisión unilateral, y probablemente el litigio, el acuerdo es óptimo”, evaluó
Dijo que las compensaciones que recibe el Estado “son idénticas” a las que prevé el contrato y el valor de los activos “se estima en U$S 100 millones”. Aclaró que “una parte menor” de ellos, equivalente a unos U$S 800.000, “están siendo reclamados en el concurso de activos de OAS contra GNLS”.
La ministra agregó que Gas Sayago “asume el control total” del emprendimiento y GNLS “declara expresamente que permanece como único responsable frente a terceros” por incumplimientos.
Además “quedan sin efecto las garantías de Ancap, UTE y el Estado”, que según el contrato eran respaldadas por una fianza solidaria y la garantía soberana tramitada por el Ministerio de Economía.
“Aun yendo a litigio, Gas Sayago no hubiera obtenido una mejor compensación”, afirmó Cosse.
Abdala no quedó conforme con la situación y siguió cuestionando. “¿El acuerdo es suficiente para retomar el proyecto a partir de allí? Sobran razones objetivas para llegar a la conclusión de que no. No es simplemente sale una empresa constructora y entra otra. Hay que rehacer el proyecto”, dijo.
Cosse insistió en que “se ha negociado con todo el marco normativo vigente defendiendo los intereses del Estado y se ha alcanzado un muy buen acuerdo”. Dijo que “el proyecto está en inmejorables condiciones para continuar”.
El diputado interpelante levantó el tono y acusó al gobierno: “¡Trajeron delincuentes para hacer esta obra (…) y háganse cargo!”, dijo en medio de la discusión.
La ministra afirmó que “gracias a este acuerdo de negociación el Estado no perdió, el país no perdió”.
El diputado comunista Óscar Andrade resumió la sesión con un comentario ácido cuando llegó su turno. “La derecha compra un circo y le crecen los enanos”, dijo. “Viene hablando de un contrato leonino, llega el día de la interpelación y le rescinden el contrato. Le crecieron los enanos”.