El Vaticano transmitió al embajador uruguayo su “disconformidad” con las leyes de aborto, marihuana y matrimonio homosexual

REDACCIÓN  

El 9 de enero Guzmán Carriquiry comenzó oficialmente su misión diplomática como embajador uruguayo ante el Vaticano al entregar sus cartas credenciales al papa Francisco. Durante el acto hablaron sobre la importancia de que los países resuelvan los conflictos mediante la paz, la necesidad de defender los regímenes democráticos e incluso la posible visita del papa al Río de la Plata. Tras la reunión Carriquiry fue recibido por el cardenal Pietro Parolin, quien como secretario de Estado del Vaticano es la mano derecha de Francisco y desempeña todas las funciones políticas y diplomáticas. Parolin le presentó una posición menos protocolar al manifestar la discrepancia de la Iglesia católica con ciertas leyes aprobadas por Uruguay en los últimos años.

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