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El putter por lejos es el palo más determinante en una bolsa de golf. Así ha sido por lo menos en la era moderna de este deporte, cuando este palo ha marcado en infinidad de ocasiones, carreras, alegrías y frustraciones. La definición del Charles Schwab Challenge el domingo 11, en lo que significó el retorno del golf a la actividad, fue una prueba más de la real importancia que tiene este palo en el golf.
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El norteamericano Collin Morikawa estaba a dos metros en el último hoyo y a un golpe de ganar su segundo título en la gira norteamericana. Su rival ocasional, Daniel Berger, había dejado la pelota a seis metros y tenía que meterla para forzar un desempate. Y sucedió: Morikawa falló, Berger acertó y ambos debieron jugar un playoff.
Minutos más tarde, en el playoff, Morikawa volvería a errar, esta vez desde más cerca, para dejar el título en manos de Berger. El putter se cargaba otro triunfo y, al mismo tiempo, con una derrota en un torneo de golf.
Ambos jugadores habían finalizado los 72 hoyos con un score de 265 golpes, 15 bajo el par de la espectacular cancha del Colonial Counytry Club ubicada en el estado norteamericano de Texas. En el primer hoyo del desempate, fue par de Berger contra bogey de Morikawa y título para el primero. En tanto, el chileno Joaquín Niemann fue el mejor golfista sudamericano, ubicado al finalizar en el puesto 32º. El certamen repartió US$ 7,5 millones en premios con un cheque de US$ 1.450.000 para el ganador.
Vale destacar que este torneo significó el retorno del golf al principal circuito norteamericano luego de una inactividad de más de tres meses a raíz de la pandemia del Covid-19.
El desarrollo de la competencia.
El torneo se disputó bajo un estricto protocolo. No hubo público, y los jugadores —solo 148 pudieron competir— y sus caddies debieron someterse a un test para probar que no estaban enfermos.
El jueves 11 dio comienzo el Charles Schwab Challenge, uno de los torneos más tradicionales del circuito norteamericano, que tuvo su edición inaugural en 1946. La sede fue la cancha del Colonial Country Club, conocida como “la casa de Ben Hogan” porque fue allí donde el legendario golfista llevo a cabo la mayor parte de su carrera. El cronograma de juego mostraba en la hora central la salida del grupo integrado por los tres mejores golfistas del momento: Rory Mc llroy, Jon Rahm y Brooks Koepka. El show debe seguir.
En esa jornada, el inglés Justin Rose quedó en lo más alto de las posiciones con una excelente tarjeta de 63 golpes. También para destacar fue el recorrido de 64 impactos logrado por el venezolano Jhonattan Vegas que lo dejó en la segunda posición. Aunque sin la ovación del público, en esa primera jornada el surcoreano Sungjae Im logró el primer hoyo en uno poscoronavirus, en el hoyo 13 con un hierro 9. También dentro de las notas destacadas de ese primer día de juego está el score de 65 golpes logrado por el excampeón Tom Lemhan a sus 61 años.
Dentro de la nueva normativa llamó la atención que algunos jugadores portaban micrófonos en sus cinturones, en lo que fue un acuerdo con la televisión para dar una sensación de cancha a la transmisión. Dicha medida no era obligatoria, pero por lo visto no fue muy aceptada por la mayoría de los participantes.
El golfista Harold Varner III, jugador afroamericano, quedó en lo más alto de las posiciones tras los 36 hoyos, lo que tuvo un fuerte impacto en todo el ambiente del deporte por los sucesos vividos en el país del norte en los días previos. Varner acumulaba 129 golpes en una jornada en la que el corte clasificatorio de 138 impactos dejó a 68 jugadores en competencia. El colombiano Sebatián Muñoz y el argentino Emiliano Grillo no pasaron dicho corte.
En la tercera vuelta, generalmente la de los grandes movimientos, el norteamericano Xander Schauffele quedó en la vanguardia con un acumulado de 197 golpes para los 54 hoyos. Sin embargo, seis golfistas estaban a tan solo un golpe de la punta a falta de 18 hoyos, por lo cual se adelantaba una apretada definición.
Los 72 hoyos no alcanzaron.
Con esa tensión se jugó la ronda final el domingo 14, donde ningún jugador a lo largo del día pudo sacar más de un golpe de diferencia con respecto al resto. Una ida recorrida en 33 golpes permitió a Morikawa subir al primer lugar de la competencia. A falta de 5 hoyos Schauffele alcanzó la línea de la joven estrella de apenas 22 años. Pero Schauffele, quien nunca había ganado un torneo siendo el líder de los 54 hoyos (lo que hasta ese momento había ocurrido en cuatro ocasiones), volvió a darle la razón a la estadística y en el hoyo 14 tiró al agua su segundo tiro, y adiós campeonato. El golf es así.
A esa altura del torneo, Justin Rose y Jason Kokrak compartían la punta del torneo con un score de 266. Hasta que Berger, con el birdie en el 18, bajó en uno dicho registro. Y luego Morikawa, jugando en el grupo siguiente, y también cerró el campeonato con 265 golpes. Así llegaron ambos al desempate.
Fue necesario un solo hoyo de desempate para que Berger se impusiera y ganara el torneo. Habían pasado cuatro meses desde la suspensión del golf por el coronavirus, justo después de jugada la primera ronda del Players Championship.
La tercera victoria de Berger en el PGA Tour fue como un bálsamo para el golfista de 28 años. Con ella logró cortar una sequía de tres años en la gira, marcados por una lesión de la muñeca izquierda que lo tuvo fuera de combate por un año y medio y lo llevó a pensar en el retiro. Así es el golf.
“Son sensaciones muy fuertes, he trabajado muy duro en este tiempo, buscando una buena recuperación, hoy me alegro de que haya alcanzado lo que tanto me esforcé”, dijo un emocionado Berger en la conferencia de prensa.