El ex vicepresidente Gonzalo Aguirre (1990-1995) sostiene que si bien la mayor parte de los jueces tuvo un comportamiento digno durante la dictadura, hubo algunos magistrados que fueron funcionales a ese régimen que gobernó Uruguay entre 1973-1985.
El ex vicepresidente Gonzalo Aguirre (1990-1995) sostiene que si bien la mayor parte de los jueces tuvo un comportamiento digno durante la dictadura, hubo algunos magistrados que fueron funcionales a ese régimen que gobernó Uruguay entre 1973-1985.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEsa reflexión está contenida en una carta que Aguirre envió a Búsqueda a propósito de la posición de la Asociación de Magistrados del Uruguay sobre el papel de los jueces uruguayos en ese período. El presidente de esa gremial, Rolando Vomero, expresó la semana pasada que los jueces uruguayos, a diferencia de los chilenos, no deben pedir perdón por su actuación en esos años porque les fue quitada la competencia de juzgar los delitos políticos a manos de la Justicia Militar (Búsqueda Nº 1.730).
Aguirre sostiene que “en líneas generales” comparte esa idea, aunque afirma que hubo “excepciones”.
“Así, el doctor Enrique Tarigo, brillante luchador contra el gobierno de facto, así el profesor Luis Hierro López, fueron procesados por jueces penales del Poder Judicial”, indica.
Para el experto en Derecho Constitucional, el hecho de que se haya privado a la Justicia ordinaria de intervenir en los delitos políticos “no habilita a suponer que si así no hubiese sido todos ellos (los jueces) no se hubieran igualmente prosternado ante los detentadores del poder. A la vista está, en el caso de Tarigo y Hierro López (...) quienes sufrieron dicho procesamiento por delitos inexistentes, dispuesto por dos jueces a quienes sería de mal gusto nombrar”, añade.
Según fuentes judiciales, Tarigo fue procesado por el ex ministro de la Suprema Corte de Justicia Daniel Gutiérrez y Hierro López por el ex juez Daniel Echeverría, según recordó el propio Hierro en diálogo con Búsqueda. En ambos casos se trató de un delito de opinión por artículos publicados en el semanario “Opinar”.
“Descontamos que lo hicieron porque en caso contrario hubieran sido destituidos por el ministro de Justicia, doctor Bayardo Bengoa, quien pasó a la historia como el más arbitrario titular de dicho cargo y no como el destacado profesor de Derecho Penal”, reflexiona el ex vicepresidente.
Junto a estos jueces, Aguirre menciona otros magistrados “genuflexos” que “se encaramaron en la entonces llamada Corte de Justicia”.
“Para lograrlo, cometieron la indignidad, antes de asumir sus cargos, de jurar respetar la Constitución archivada desde el 27 de junio de 1973, ante los oficiales generales, quienes, junto a los consejeros de Estado, integraban el olvidado Consejo de la Nación”, opina.
“Una decena de jueces —más o menos— además de una juez, se sometieron a tal indignidad para llegar a la Corte. Entre ellos, no olvidamos a los doctores Gatto de Souza y López Rivas, porque fueron los más sumisos ante los detentadores del poder. Esa es la verdad histórica, que conste así”, concluye.