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Las pruebas están todas al alcance de un mínimo chequeo en las redes sociales y los medios de comunicación. Basta solo con juntarlas y ponerlas sobre la mesa o clavadas a una pared, como en las películas policiales, para hacer una deducción que hasta de tan evidente puede resultar obvia. Pero lo más obvio casi nunca se dice, ni se piensa. Habitualmente se descarta.
La conclusión, luego de analizar la evidencia, es que el presidente Luis Lacalle Pou está pensando en Laura Raffo, la candidata a intendenta de Montevideo por la coalición multicolor, como una de sus eventuales sucesoras políticas. Hasta ahora Raffo se encuentra realizando una buena campaña electoral para intentar asumir el gobierno de la capital, aunque es casi seguro que pierda, según concluyen todas las encuestas serias. Pero eso no es lo importante, porque la jugada del presidente es más amplia, va mucho más allá de la próxima elección municipal.
A las pruebas entonces, algunas más trascendentes que otras, pero todas válidas. La primera es que fue Lacalle Pou, personalmente, quien eligió a Raffo como postulante para Montevideo. Lo consultó con sus socios de la coalición de gobierno, pero el nombre fue sugerido por él y también fue el encargado de realizar el primer contacto y la propuesta a Raffo.
La segunda es que también fue él quien anunció públicamente la postulación de Raffo. Lo hizo el martes 4 de febrero, a las 16.23 horas, en su cuenta de Twitter. “La coalición multicolor ha decidido impulsar la candidatura de Laura Raffo a la Intendencia de Montevideo. Será acompañada por un equipo de todos los partidos que forman parte de la misma”, escribió el entonces presidente electo para hacer pública la noticia. No hubo ni conferencia de prensa ni comunicado ni nada. Eligió quedar él como el impulsor del inicio de la carrera política de Raffo. Un paso más que significativo viniendo de la principal autoridad política de Uruguay.
La tercera es que Raffo armó su comando de campaña en el mismo lugar en el que funcionó el de Lacalle Pou durante todo el período electoral que lo llevó a la Presidencia e incluso después de haber ganado. Fue un traspaso de manos, casi literalmente. Según contó Raffo en una entrevista con Búsqueda publicada el 6 de agosto, al instalarse en su oficina le escribió a Lacalle Pou un mensaje por WhatsApp: “Luis, acá todavía se siente tu vibra”. Y así se incrementó todavía más una comunicación entre ambos, que ya era muy fluida, con mensajes y reuniones frecuentes, como de padrino a ahijada.
La cuarta es lo que también relata Raffo en esa entrevista en referencia a su futuro político. “Me comprometí con el presidente Lacalle Pou a que este paso hacia la política era un paso a largo plazo. Eso es cierto”, responde ante la pregunta sobre si “va a continuar en política”. Su forma de desempeñarse ante las consultas periodísticas también guarda un toque de su mentor: frases cortas, desafiantes y con el intento de tener siempre el control.
La quinta es que Lacalle Pou no tiene intenciones, según lo ha manifestado más de una vez, de seguir el consejo de algunos que ya promueven su reelección inmediata en 2024, pero sí es posible que vuelva a intentar ser presidente en 2029, después de un período de gobierno. Para lograrlo, es probable que esté pensando en impulsar como su eventual sucesor o sucesora a alguien de su extrema confianza, como Raffo. Es cierto que ya hay otros y otras en carrera, pero Raffo aumenta el abanico de posibilidades y correrá con ventaja si logra una buena votación en Montevideo el último domingo de setiembre.
Hasta ahí las cinco pruebas como para pensar en Raffo como una de las posibles abanderadas del grupo político más cercano a Lacalle Pou para las elecciones nacionales. Cinco hechos que unidos dejan al descubierto una estrategia política previamente definida. Pero también son evidencias de errores que vuelven a repetir los opositores al Frente Amplio en Montevideo, tras no haber podido acceder a la intendencia en los últimos 30 años.
Fue un error presentar una sola candidata a competir con la fuerza política que cuenta con más de la mitad de los votos en la capital y que además ofrece un menú de tres postulantes, compitiendo cada uno con posibilidades serias de ganar, según las últimas encuestas. Se entiende que el mensaje que quiso dar la coalición multicolor a cargo del gobierno nacional, y en especial Lacalle Pou, es de unidad. En momentos en los que se iniciaba la nueva administración era importante mostrar la señal de que podían acordar también por Montevideo. Pero da la sensación de que priorizaron esa necesaria unión a ganar en Montevideo.
Y ese es, justamente, el problema de fondo. Hace mucho tiempo que los opositores al Frente Amplio no tienen una planificación para la capital que incluya candidatos y programa para mediano o largo plazo. En política el futuro llegó hace rato, parafraseando una vieja canción de Particio Rey y sus Redonditos de Ricota. Los que hoy tienen serias posibilidades de llegar a la cima es porque hace años que vienen subiendo la montaña, la misma montaña. No saltando de una montaña a otra.
Raffo podría apostar a seguir trabajando en Montevideo para las otras elecciones si finalmente pierde, pero obtiene una buena votación. Aunque también podría aspirar a una candidatura presidencial, repitiendo algo frecuente entre los postulantes con buenas votaciones, aunque perdedores en la capital, como Pedro Bordaberry y Edgardo Novick.
La disyuntiva es probable que la tenga, ya que cuenta con varios requisitos como para disputar la Presidencia de la República, el premio mayor, apoyada por el grupo más cercano a Lacalle Pou. Es cierto que ya hay otros dirigentes de ese sector con aspiraciones presidenciales, como el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Lema. Pero descartar a Raffo como posible competidora sería un error de principiante.
Lo que ya está anunciado es que Raffo tiene decidido continuar en política, pase lo que pase en las elecciones del 27 de setiembre. ¿En qué lugar? Dependerá de cuánta importancia le otorgue la coalición multicolor a Montevideo. Teniendo en cuenta los últimos antecedentes, la capital parece solo un terreno de ensayos para los opositores al Frente Amplio. Y así les ha ido.
