El índice Big Mac

El índice Big Mac

La columna de Guillermo Sicardi

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Nº 2227 - 1 al 7 de Junio de 2023

El índice Big Mac(1) es una medida informal utilizada para comparar el poder adquisitivo entre diferentes países, tomando como base el precio de esta hamburguesa elaborada por McDonald’s, ya que es un producto absolutamente estandarizado que lleva los mismos gramos de carne, de pan, de tiempos de cocción o de mano de obra en cualquier país del mundo.

La Big Mac más cara la pueden comprar en Suiza, con un precio de US$ 7,26. En Noruega cuesta US$ 6,59; en Suiza, US$ 5,62; en Dinamarca, US$ 5,41; en Estados Unidos, US$ 5,15. ¿Saben cuánto cuesta en Uruguay?: ¡US$ 6,85! Ocupamos el segundo lugar de las hamburguesas más caras del mundo y el primer lugar en América Latina. ¡Uruguay nomá!

Este índice fue creado por la revista The Economist en 1986 y se calcula al dividir el precio de una Big Mac en un país por el precio de una Big Mac en otro país, utilizando el tipo de cambio entre las dos monedas. El resultado se compara con el tipo de cambio real para determinar si una moneda está sobrevalorada o subvalorada.

De acuerdo a los datos de diciembre de 2022, el peso uruguayo está sobrevaluado en un 27,8% contra el dólar, pero lo estaría en un 52,7% si se ajustara por el PBI (Producto Bruto Interno). Esto significa que los precios internos en dólares en Uruguay están “caros”, lo cual perjudica las exportaciones (recibimos dólares “baratos” que al cambiarlos por pesos uruguayos tienen menor poder de compra local). También perjudica al turismo, ya que Uruguay es caro para los extranjeros. Y a la inversa, facilita las importaciones y fomenta hacer turismo de uruguayos en el exterior.

Esto lleva a que en Uruguay no sea rentable “agregar valor” a los productos primarios, por lo que termina siendo más conveniente exportar ganado en pie o carne en bruto que una hamburguesa ya terminada, empaquetada y etiquetada para poner directamente en la góndola de un supermercado en Estados Unidos, Europa o Asia.

Este es uno de los motivos por los cuales Uruguay crece a tasas del 2% o 3% anual, cuando deberíamos crecer a tasas superiores al 7% u 8%, ya que el crecimiento económico es la única manera de generar empleo genuino y con mejores salarios.

Esto ya lo decía Adam Smith en 1776 (hace 247 años), cuando publicó su obra Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, donde afirmaba que la clave del bienestar social está en el crecimiento económico, que se potencia a través de la división del trabajo y la libre competencia. “No es la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero lo que nos procura nuestra cena, sino el cuidado que ponen ellos en su propio beneficio. No nos dirigimos a su humanidad sino a su propio interés, y jamás les hablamos de nuestras necesidades sino de sus ventajas. Solo un mendigo escoge depender básicamente de la benevolencia de sus conciudadanos”.

El presidente Luis Lacalle Pou ha intentado introducir algunos (tímidos) cambios para ir por este camino, apuntando a bajar el tan mentado “costo país”, procurando desmonopolizar el mercado de combustibles, bajando impuestos, buscando acuerdos de libre comercio con el mundo o atrayendo empresas tan prestigiosas como Google o la Universidad de Harvard.

Hay que seguir avanzando por el camino de la libertad, el libre comercio, la desregulación, la reducción de la burocracia estatal, la flexibilización laboral y la mejora en la educación, aun contra los palos en la rueda que pueda poner la izquierda política, sindical, periodística o intelectual.

Coraje no le falta. Ya lo demostró en la fantochada reunión de “retiro espiritual” organizada por el ultraizquierdista Luiz Inácio Lula da Silva y su cómplice, el dictador venezolano Nicolás Maduro.

Dejemos que ellos se junten, sean felices y coman perdices. A nosotros que nos dejen comer hamburguesas con nuestra excelente carne criada a pasturas naturales. Y, por supuesto, que cada día sean más baratas y más competitivas.

(1) https://www.economist.com/big-mac-index.