El pase del año

“He vivido adentro del monstruo y conozco sus entrañas”, decía el prócer cubano José Martí refiriéndose a los Estados Unidos. Algo parecido dice Valeria Ripoll tras haberse ido de la dirección de Adeom y del Frente Amplio. Conoce las entrañas de Adeom y del PIT-CNT como la palma de su mano. Toda persona que abandona una organización radical, extremista o totalitaria, sea una religión o una secta, una ideología o movimiento o partido, que en vez de llamarse discretamente a silencio se incorpora con bombos y platillos a otra organización adversaria, automáticamente pasa a ser perseguida por sus camaradas de antaño como apóstata, blasfema, renegada, desertora, perjura, impía, conversa, infiel y traidora. Por haber vivido en las entrañas del monstruo la renegada conoce a fondo todos sus trucos y picardías y pasa a ser un peligro para sus aviesos planes de dominio. En la sharia musulmana todavía se recomienda el asesinato del blasfemo, como se quiso hacer con Salman Rushdie, que perdió un ojo y una mano por un ataque a cuchilladas. En Rusia prefieren la delgada aguja envenenada. Por suerte en nuestros partidos socialistas que cultivan la visión milenaria y utópica que salvará a la humanidad por mil años, se usa solamente enchastrar la imagen del desertor para desprestigiarlo y así reducir los posibles daños de su testimonio. Como Valeria Ripoll es tremenda dirigente, polemista con un pico de oro temible, más aguda que la propia Graciela Bianchi, en estos meses le van endilgar todo tipo de tropelías financieras, gremiales, sociales y personales para evitar que se lleve diez o veinte mil votos municipales y montevideanos a la coalición multicolor del malla oro. ¡Que suba el telón y comience el show!