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La noche del 12 de octubre de 1973 habría sido la última que el ex tupamaro Héctor Amodio y su pareja Alicia Rey (que se mantiene clandestina) pasaron en una unidad militar uruguaya. Según el relato contenido en el libro “Palabra de Amodio. La otra historia de los tupamaros”, ambos salieron al día siguiente a bordo de un Fiat amarillo desde el 9º de Caballería, donde habían quedado alojados luego de una temporada en el batallón Florida, en compañía del entonces segundo jefe de la Región Militar Nº 1, coronel Luis Queirolo, y del teniente Armando Méndez.
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Los cuatro habrían viajado juntos hasta Rivera. Al día siguiente los liberados habrían seguido viaje con pasaportes falsos aportados por el Ejército y dinero de familiares hasta Madrid vía San Pablo.
Según el relato de Amodio, durante los primeros tiempos en España habrían sobrevivido gracias a sus habilidades como gráfico en la falsificación de documentos, aprovechando un contacto familiar con el hampa.
El primer regreso a Montevideo se habría producido en la Navidad de 1997. “Nos quedamos en un hotel de Malvín, cerca de la rambla. Aparte de mi familia, me encontré con Susana, compañera de la escuela,(...) colaboradora del MLN-T y amiga de (la fallecida militante tupamara) Jessie (Macchi) y fue la que nos puso en contacto.”
Amodio y Macchi se habrían encontrado —con sorpresa para ella— en un bar. No reconoció al tipo canoso y de barba que la abordó. “Al principio se pensó que era un tira o milico y no me dio pelota, hasta que le empecé a soltar datos de sus cartas y casi se desmaya. Nos comimos unas pizzas con cerveza y nos fuimos al bar ‘Los Yuyos’”, contó.
De acuerdo con ese relato, Amodio regresó otras cuatro veces a Montevideo entre 1998 y 2007. “Después comprendí que masoquearme no me servía para nada y dejé de venir.”