Hace varios años un famoso local de comida rápida instauró un sistema para poder servirse los condimentos para acompañar a las hamburguesas y las papafritas. Era un self service en donde cada comensal podía rellenar a su gusto unos pequeños potes de cartón usando una especie de canillas de las que salían mayonesa y kétchup. Al poco tiempo el restaurante canceló el servicio por el mal uso que le daban los comensales que cargaban de más los potes, rompían las canillas o incluso se llevaban condimentos en potes propios para fuera del local.
En el año 2019, la empresa Grin, que brindaba servicio de monopatines eléctricos de uso compartido, llegó a Uruguay. El servicio era muy sencillo: los monopatines estaban esparcidos por varios puntos de la ciudad y cualquier persona con una cuenta activada podía desbloquearlos, usarlos por el tiempo que quisiera y dejarlo en cualquier lado de la ciudad para que otra persona lo utilizara para un próximo viaje. Un año después, la empresa cerró las operaciones en Uruguay y entre los varios motivos estaba el mal uso que le daban algunos usuarios al sistema y la cantidad de monopatines perdidos o robados.
En ambos casos los comentarios fueron similares: “Este tipo de cosas no funciona en Uruguay”. Reniego creer que ese comentario sea el fundamento por el cual fallan las iniciativas creativas, disruptivas o que mejoran la calidad de servicio o brindan mejores propuestas a los usuarios de una empresa. Es más, esos mismos usuarios, en otros países o mercados se comportan de manera similar haciendo caer el argumento de que acá las cosas no funcionan.
En el año 2008, tres amigos se propusieron hacer una reunión de verano durante la primera quincena de enero en Punta del Este. El objetivo era reunir a personas y colegas para hablar de tecnología, tendencias de emprendimiento y sobre el futuro que podía estar por venir. En un momento del año donde todo el mundo piensa en playa, descanso, paseo y diversión, estos tres socios fueron contra la corriente e intentaron hacer algo diferente.
La primera reunión, que fue en la casa de uno de los tres socios, convocó a unas 70 personas y el menú eran unas empanadas acompañadas de refrescos y algunas cervezas. Según dicen, al cierre de ese encuentro los propios invitados los desafiaron a repetir el evento al año siguiente.
El Punta Tech, nombre con el que bautizaron esta reunión, tuvo el pasado martes 10 su edición número 15 y fue liderada por Sergio Fogel y Pablo Brenner, dos de los tres fundadores originales. Se llevó a cabo en el Centro de Convenciones de Punta del Este y, según los números preliminares, convocó a más de 1.200 personas y tuvo la presencia de varios referentes del mundo empresarial, educativo, personalidades del gobierno, emprendedores e inversores.
Durante estos 15 años el Punta Tech convocó a speakers, tales como Marcos Galperín, fundador de Mercado Libre, Yuval Noha Harari, conocido escritor e historiador israelí, autor de Homo deus y Sapiens, entre otros libros, y al catedrático de psicología norteamericano-israelí Dan Ariely, experto en temas de economía comportamental.
¿Por qué dedicar y detenernos a hablar de este evento? ¿Qué es lo relevante y qué mensaje nos puede dejar como comunidad empresarial y emprendedora uruguaya? Hay tres aspectos clave que son interesantes para resaltar y que trataremos de explorar a continuación: el poder del networking, la potencia de los speakers y la convicción de que en Uruguay las cosas bien pensadas pero sobre todo ejecutadas en forma sistemática y profesional sí funcionan.
Uno de los pilares del evento es el networking, esta palabra algo bastardeada y que a veces la usamos en forma algo peyorativa pero que tiene en este tipo de instancias un potencial enorme. Si se sabe aprovecharlo en forma correcta, facilita la creación de conexiones y relaciones profesionales permitiendo que diversas personas puedan conocer a otros profesionales en su campo y establecer conexiones valiosas que puedan ayudarlos a desarrollar sus carreras y sobre todo explorar oportunidades en conjunto.
Alzando la mirada por el amplio local del centro de convenciones, que estaba armado al mejor estilo de feria internacional con varios locales de sponsors, se podía ver al mismo tiempo a Omar Paganini, ministro de Industria, hablando con algunos emprendedores, a Robert Silva, presidente de ANEP, conversando con docentes de alguna universidad, o a algunos emprendedores mostrando sus productos a potenciales inversores.
El networking es la capacidad de poder tener conversaciones potentes con personas a las que quizás no conocemos y permite mostrar habilidades y logros a una audiencia más amplia. Además es una instancia única de aprendizaje continuo, ya que habilita a las personas a aprender de otros profesionales en su campo, lo que puede ayudarlos a mantenerse actualizados en las últimas tendencias y desarrollar nuevas habilidades.
Por último, y para mí el punto más importante, es el poder de la colaboración, pues permite que diversas personas puedan explorar el hecho de trabajar juntas en proyectos y áreas complementarias, lo que puede ayudarlos a lograr metas que serían imposibles de alcanzar por separado.
Otro punto importante del evento fue la presencia de tres speakers, quizás a priori no tan conocidos o “famosos” como solemos decir, pero que dejaron tres mensajes fundamentales en el mundo empresarial del futuro. Fueron potentes mensajes que nos deben hacer pensar en el mundo que está llegando y qué podemos hacer como empresarios y emprendedores para subirnos a ese tren.
En primer lugar tuvo su momento de escenario Matías de Tezanos, desarrollador de sitios web y CEO de BrokersWeb.com. Matías fundó los sitios Hoteles.com, ClickDiario.com, que ahora es .FOX, y además fue galardonado por World Economic Forum como Young Global Leader. En su charla De Tezanos hizo hincapié en la globalidad. Como pequeño país tenemos la obligación de trabajar en forma local para un mundo y mercados globales. El desafío que tenemos hoy desde nuestra comunidad empresarial y emprendedora es pensar en generar productos y servicios para un mercado mucho mayor que nuestro pequeño mercado de 3 millones de consumidores.
Luego tomó la palabara Déborah Palacios Wanzo, que es emprendedora, madre y cofundadora de Tuvis, empresa tecnológica que ya tiene presencia regional y promueve el empoderamiento femenino. Déborah hizo hincapié en la posibilidad de contactar y conocer gente a través de las redes para hacer negocios. Déborah se contactó con su socio y comenzó a trabajar con él a través de Linkedin y solo lo conoció en persona unos años después.
¿Qué posibilidades y retos tenemos como empresarios hoy para desarrollar esta dimensión? ¿Qué uso le estamos dando a las redes sociales para contactar a socios, inversores, clientes o simplemente conocer a personas en forma remota? Siendo un pequeño país, con una conectividad limitada, desarrollar esta potencialidad puede convertirse en un diferencial enorme para los empresarios uruguayos.
Finalmente cerró el momento de oratorias Shai Reshef, empresario e impulsor de la educación israelí-estadounidense. Es el fundador y presidente de la Universidad de la Gente, una universidad en línea acreditada, sin fines de lucro y gratuita que brinda acceso a la educación superior a personas que no pueden pagar las universidades tradicionales. Reshef ha sido reconocido por su trabajo en educación y ha recibido varios premios y honores por sus esfuerzos para aumentar el acceso a la educación superior.
Reshef dejó plantada la reflexión de cómo repensar nuestro modelo educativo terciario y qué posibilidades tenemos de poder llevarlo a un esquema colaborativo, voluntario y online para poder dar más y mejor acceso a personas que hoy no están pudiendo acceder a esta posibilidad de educación.
Globalidad, conectividad y educación. Tres aristas que nos desafían como país y que explotadas en forma correcta pueden ayudarnos a dar pasos en cualquiera de las áreas en las que nos toque desarrollarnos. Ya sea que estemos en el sector público o privado, en cualquier rama de actividad y sin importar el tamaño de nuestro negocio, podemos explorar cómo darle más protagonismo a alguno de estos tres pilares.
El Punta Tech llegó a la edición número 15 dejando el mensaje que desde Uruguay podemos hacer eventos y tener propuestas de calidad y nivel mundial. Perseverancia, constancia y la convicción de que sí se pueden hacer las cosas diferentes. Derribemos nuestras limitaciones y creencias autolimitantes cuando pensemos en “esto en Uruguay no puede funcionar”. En Uruguay, sí se puede.
