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Uno de los fenómenos que marcó la evolución del agro en Uruguay en las últimas dos décadas fue el dinamismo del mercado de campos, que registró altibajos, algún boom de negocios y de precios, así como la participación de jugadores de diferentes perfiles entre extranjeros y uruguayos.
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Unas 9,2 millones de hectáreas, lo que representa a algo más de la mitad del total de las tierras de uso agropecuario del país, que son 16,4 millones, fueron transadas entre 2000 y 2022, según datos del anuario de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (Diea), divulgado recientemente.
En dicho período el monto total que movió negocio de campos fue de US$ 16.529 millones, lo que equivale a cinco veces la cifra de inversión conjunta que requirió el emprendimiento de la segunda planta de celulosa de la empresa UPM, que fue de US$ 3.400 millones.
Considerando la nacionalidad de los que compraron y vendieron tierras en esos 23 años, los uruguayos vendieron casi 5,8 millones de hectáreas y adquirieron 3,6 millones de hectáreas, lo que deja un saldo negativo de 2,2 millones de hectáreas en cuanto a la pérdida de campos en propiedad de titulares locales, muestran los registros de esa repartición del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). Esos datos permiten revelar que del total de hectáreas de campo vendidas el 62% pertenecía a propietarios uruguayos, un 30% (2,7 millones de hectáreas) era de titulares que no son personas físicas, por lo que no se conoce su nacionalidad, en un menor porcentaje figuran brasileños (casi 300.000 hectáreas), argentinos (247.000 hectáreas) y de otros orígenes.
En cuanto a la condición jurídica del total de superficie vendida y adquirida, que fue de 9,2 millones de hectáreas en el período considerado, los datos señalan que la mayor participación correspondió a las personas físicas que vendieron 6,4 millones de hectárea y compraron 4,2 millones, y en segundo lugar figuran las sociedades anónimas que se desprendieron de 2,1 millones de hectáreas y adquirieron 4,2 millones de hectáreas.
Extensión y pico
El período en el que hubo años con más cantidad de hectáreas transadas fue entre 2003 y 2008, cuando se superaron las 600.000 hectáreas anuales en las operaciones de compraventa de tierras, con un pico máximo de 858.745 hectáreas en 2006, indican los registros del MGAP.
Muestran que los mayores montos alcanzados en el total de las transacciones fueron en 2013, con US$ 1.305 millones, luego en 2008 con US$ 1.260 millones, seguido por 2012 con US$ 1.166 millones, por 2011 con US$ 1.130 millones y luego de varios años fue en 2022 cuando la cifra del total de negocios de campos volvió a tener un incremento significativo al llegar a los US$ 1.089 millones.
El año pasado también hubo otro dato de relevancia en cuanto a la operativa de compraventa de tierras, y fue que el precio promedio de los negocios llegó a marcar US$ 3.741 por hectárea, figurando así en el segundo máximo histórico de la serie oficial de la Diea, que tiene en primer puesto el registrado en 2014 con US$ 3.934 la hectárea, y en tercer lugar al de 2018 con US$ 3.712.
Para los operadores del mercado de inmuebles rurales la apuesta inversora a los negocios de tierras en el campo local mantiene vigencia y el atractivo siempre está en la posibilidad de obtener una cierta rentabilidad, principalmente con el objetivo de sacarle el mejor provecho a la producción de alimentos.
La ganadería, como rubro tradicional e histórico de la economía uruguaya, está en la mira de los interesados, al igual que el rubro de los granos, especialmente de soja, trigo, cebada, arroz, pero también colza, sin dejar de considerar otras actividades que atraviesan dificultades en su rentabilidad, especialmente la lechería y la producción ovina.
En años recientes hubo algunas transacciones de campos forestados, que significó el traspaso de activos de miles de hectáreas entre fondos de inversión extranjeros, principalmente de Estados Unidos, con el objetivo de comercializar los productos de las plantaciones de eucaliptos para proveer a las plantas de pasta de celulosa.
El segundo emprendimiento industrial celulósico de la compañía finlandesa UPM, instalado en Paso de los Toros, generó una serie de movimientos en el mercado de tierras, más allá de la estrategia establecida por esa firma de concretar acuerdos con propietarios de campos para forestar en ellos.
Zonas y rangos
Paysandú lideró el ránking de departamentos que más superficie fue transada entre 2000 y 2023, con un total de 862.000 hectáreas, seguido de cerca por Tacuarembó con 854.000 hectáreas, luego figuran Cerro Largo con 806.000 hectáreas, Durazno con 719.000 hectáreas y Río Negro con 639.000 hectáreas, según Diea.
Otro capítulo de interés es el vinculado al rango de precios de los campos transados en el período de 2000 a 2022, en el cual de las 9,2 millones de hectáreas que cambiaron de propiedad, 4,5 millones de hectáreas correspondió al renglón de menos de US$ 1.000 la hectárea, según los datos del anuario de Diea.