En un lugar de la Toscana

escribe Pablo Staricco 

El consejo llega con ese tono que solo la sabiduría y el paso del tiempo saben condimentar. Frente a una cámara, en uno de los tantos diálogos que mantendrá con ella, el señor Orlando Menoni conversa con paciencia con su nieta, la cineasta salteña Alicia Cano Menoni. Hasta donde se puede suponer, en este punto de la historia, el comienzo, la directora planea visitar Bosco di Rossano, un pueblo perdido entre bosques frondosos de la provincia de Massa y Carrara, en la región de la Toscana, del que provienen sus antepasados y los de Orlando, quien jamás, a lo largo de su longeva vida, lo ha visitado. Cinco días serán más que suficientes para comprender el encanto que el lugar ofrece, advierte el abuelo. Fueron 13 años, al final, el tiempo en el que la realizadora visitó al Bosco, conoció a sus habitantes y decidió convertir esa experiencia, y la de su abuelo, en puro cine.

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