—¿Vio lo lindos y baratos que están los limones? —le dijo doña Juana a su vecina doña Carmela mientras se detenían en medio de la feria para una de sus habituales charlas informativas, a veces un poco ríspidas, porque doña Carmela es frentista y doña Juana es blanca, o sea, coalicionista, pero este neologismo no es muy usado.
—¡Ay, sí! —respondió la interpelada—, ¡pero los tomates están por las nubes! Cien pesos un tomate grandecito… Un sobrino mío dice que, en vez de fiesta de quince, le va a hacer a la hija una ensalada con tomate… ¡Deben ser los especuladores neoliberales que hacen subir los precios! ¡El costo de la vida está por las nubes! —afirmó.
—Sí, la cosa está brava, pero ahora se viene la reforma del sistema de previsión social y las cosas van a mejorar mucho, lo va a ver usted… —afirmó muy responsablemente doña Juana.
—Mire —replicó Carmela—, yo mucho de eso no entiendo, pero lo que sé es que Fernando y la Cosse dijeron por la tele que la reforma es un mamarracho y que van a bajar las jubilaciones y no se va a poder jubilar hasta cumplir los 80, o algo así.
Ni corta ni perezosa, doña Juana le preguntó a su amiga si tenía unos minutos para que ella le explicara de qué se trata este asunto, a lo que doña Carmela aceptó gustosa.
—Mire —arrancó—, de entrada nomás le digo que la edad que hay que tener para jubilarse cuando se apruebe la reforma empieza por los nacidos en 1973, que se van a jubilar con 63 años en el año 2037, y después siguen los nacidos en 1974, que se van a jubilar con 64 años en el año 2038, y después sigue con los nacidos en 1975, que se van a jubilar en el 2040 con 65 años, ¿me entiende?
—Ay, sí, más o menos la entiendo, pero esa ensalada de números me supera, doña Juana… No le voy a pedir que me lo repita porque nos pasamos la mañana acá, pero…
Doña Juana la interrumpió. Tenía el discurso bien pensado y aprendido. Prosiguió.
—Además, en el caso de las pensiones de sobrevivencia para las personas viudas, como nosotras dos, si bien el sistema se mantiene como hasta ahora, ¡fíjese lo que le voy a decir!, actualmente la distribución de los aportes personales es el 7,5% para el BPS y el otro 7,5% para las AFAP, con la reforma pasará a ser un 10% para el BPS y 5% para las AFAP ¡Una reforma extraordinaria!
—Bueno, qué quiere que le diga, doña Juana, sigo medio confundida con sus informaciones… ¡Yo de eso no entiendo nada!
—Permítame que le diga, Carmela, que la reforma pone especial énfasis en que la gradualidad la haga imperceptible, para que no signifique un perjuicio para quienes hemos trabajado y deseamos lograr vivir unos años de tranquilidad como pasivos…
—¡Ay, Juana!, la escucho hablar y me parece que estoy escuchando al doctor Sarandain, o algo así, que sale a cada rato por la tele a explicar lo que nadie entiende…
Pero Juana seguía implacablemente con su libreto, que se lo había aprendido sin entenderlo mucho, pero que sabía que lo iba a tener que recitar para ponerle la tapa a esta opositora a la que nada le viene bien.
—Fíjese, Carmela —retomó doña Juana—, que el gasto en jubilaciones asciende actualmente a 6 millones de dólares, casi el 10% del pebeí…
—Doña Juana, por favor…, ¿qué es ese pebeí que usted nombra?
—Mire, son las iniciales de Producto Bruto Interno, que es una magnitud macroeconómica que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país o región durante un período determinado, otro día se lo explico con más tiempo, y vea que, si no se hace la reforma, se van a necesitar 400 millones de dólares más en el 2040, que es cuando entra en vigencia la nueva normativa que se va a probar, y vea eso… ¡en el 2070 el gasto extra va a ser de 1.800 millones de dólares! ¡Esto tiene que salir sí o sí! Enfatizó.
—Doña Juana, ¿usted sabe dónde vamos a estar usted y yo en el 2040?, ¿y en el 2070? ¡Mirando crecer las margaritas desde abajo! ¿Qué nos importa a nosotras dos todo esto, si es para los nietos?…
—¡Por eso se lo digo, es para los hijos y los nietos! No será usted tan egoísta de no aceptar que esto es así porque no hay otra… Por otra parte, doña Carmela, tampoco va a ser difícil para los que vienen después que nosotros, el ritmo es suave, como una especie de degradé a lo largo de los años… Vea el inteligente argumento que ha manejado la coalición que integramos los blancos con cuatro partidos más… Dicen que de aquí a que se jubile el primer uruguayo a los 65 años, que va a ser después del Campeonato Mundial de Fútbol, que parece que se va a jugar en Uruguay, y que es en el 2030, van a pasar cinco mundiales más, y cuatro elecciones, que vamos a volver a ganar nosotros, ni lo dude…
—Bueno, doña Juana, no le voy a decir que me convenció porque la mayor parte de lo que me dijo no lo entendí —dijo doña Carmela, —lo que no sé es que si los tomates siguen subiendo, junto con la harina, el aceite y los fideos, no sé si las elecciones que vienen las ganan ustedes o van a tener que bancarse a la Cosse en la Torre Ejecutiva y, para peor, si es que hay elecciones, porque con los misiles rusos en Ucrania y la guerra mundial que se viene capaz que ya ni el planeta se la va a bancar… La dejo que se me hace tarde, y muchas gracias por la clase…