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    Esperar un “rebote” de los precios de las materias primas sería “un sueño poco realista” dentro del actual escenario

    Alfonso Capurro, de CPA Ferrere, expuso en jornada de Syngenta

    Las expectativas de que pueda producirse un alza de precios de las materias primas en el mercado internacional como ocurrió luego de la crisis de Lehman Brothers en 2008, es “un sueño poco realista” y hay que asumir que la actual estructura de precios es “relativamente” permanente y que no mejorará por factores macro como sucedió en aquella oportunidad, afirmó el economista Alfonso Capurro, gerente del departamento de Análisis Económico de la consultora CPA Ferrere.

    El profesional expresó que “el contexto dejó de empeorar” y que esperan un año que “macroeconómicamente no va a ser malo”. Sostuvo que Uruguay va a seguir creciendo y no va a ser un año “dramático”, pero que los factores que provocaron un “rebote” de los precios en 2009 y 2010 hoy “claramente” no están presentes.

    Capurro, quien expuso en una jornada organizada por la firma Syngenta y realizada en el Hotel Sheraton de Colonia el pasado miércoles 22, señaló que obviamente la caída del precio de los commodities, y especialmente de los granos, es claramente una noticia negativa para el país y que a su juicio no hay otra forma de observar la realidad. Este apunte está relacionado con la afirmación formulada por un economista del equipo de gobierno en reuniones privadas en el sentido de que “la caída de los precios no preocupa tanto, porque en definitiva Uruguay recibió un shock que macroeconómicamente es neutral porque se compensa con la caída en el precio del petróleo”, según relató.

    Dijo que eso es efectivamente cierto y que “probablemente” el shock que recibió Uruguay sea “neutral”, ya que las importaciones de petróleo, que cayeron en más de 1.000 millones de dólares el último año, ayudan al balance externo de Uruguay, al caer el valor de las exportaciones, pero como contrapartida también a disminuir el valor de las importaciones. No obstante, relativizó esa premisa: “Si le digo a un agricultor que el shock de precios relativos es neutral, me tira adentro del tolvín y me pica, porque en realidad la caída del precio del petróleo no la vimos”.

    Capurro explicó que la baja del precio del petróleo la absorbió el Estado y que los privados no la recibieron, o la percibieron parcialmente por el aumento del dólar, pero que “en términos de agentes no es tan simétrico ni tan neutral; de hecho, es negativo”.

    El lado positivo, según dijo en tono algo irónico, es que “gracias a la caída del precio del petróleo estamos mejorando las finanzas públicas y eso puede llegar a evitar que suban los impuestos. Hay que buscar el costado positivo insistentemente”.

    No hay condiciones

    El economista comparó la situación actual con la ocurrida en 2008, cuando se produjo la crisis por el quiebre de Lehman Brothers. Señaló que la caída global de precios en los commodities, del orden del 30 %, proporcionalmente es menor a la que ocurrió en aquel período, cuando los precios disminuyeron más del 50 %. Sin embargo, destacó que seis meses después de aquella crisis los precios repuntaron y “vino un mundo idílico y maravilloso”. Ante la pregunta de si esta situación podría repetirse en esta oportunidad, dijo que si se miran los últimos meses hay una “pequeña suba esperanzadora”, pero que la noticia negativa es que “lamentablemente, los factores que hicieron rebotar los precios en 2009-2010 hoy no están”.

    Aclaró que hoy la formación de los precios dependerá exclusivamente de la oferta y la demanda específica de los mercados y de los efectos del clima, más que por los factores macro y financieros que en aquel momento “empujaron” todos los precios al alza.

    Alfonso Capurro reseñó que, en el período poscrisis de 2008, la economía global que venía creciendo a un ritmo de 6 % al 7 %, se derrumbó en 2009 y creció 0 %, pero que en los siguientes años, 2010 y 2011, volvió a evolucionar a un ritmo del 6,5 % anual. “China crecía al 10 % y eso no está más y hoy las expectativas es que la economía global lo haga a tasas más parecidas al 3 % o 3,5 % que al 7 %”.

    Afirmó entonces que el repunte de actividad que hubo pos Lehman Brothers que impulsó los precios hacia arriba, hoy no está dentro del escenario de lo que se espera para los próximos dos años, por lo cual “esperar un repunte de precios porque la economía global va a volver a explotar, hoy es un sueño poco realista”.

    Como otro factor diferencial de este momento respecto a lo ocurrido siete años atrás, es que “paradójicamente aunque EEUU estaba a punto potencialmente de colapsar, todos queríamos dólares. Si el mundo se termina prefiero tener dólares que yuanes, o reales o pesos. Con lo cual cuando todo colapsaba y EEUU era el epicentro de la crisis, el mundo financiero migró hacia el dólar”, lo que provocó un fortalecimiento de la moneda norteamericana, que fue buscada como “refugio” en la coyuntura, que volvió a debilitarse “cuando las cosas se calmaron”.

    El actual fortalecimiento del dólar, que se arrastra desde hace ya algunos meses y que tuvo que ver con la caída fuerte del precio de los commodities, es más permanente que transitorio, afirmó, porque está recogiendo más la debilidad de países de zonas como el euro y el real y y la “lenta” convergencia de EEUU hacia un proceso de normalización monetaria con tasas de interés más altas. Esto hace que “la debilidad del dólar empieza a quedar atrás y el mundo que se nos viene es de un dólar más fuerte, que no ayuda mucho al repunte del precio de las materias primas”.

    Los dos factores importantes que provocaron la suba de los precios después de Lehman Brothers hoy no están. Ni el dólar se va a debilitar como en 2009, 2010 y 2011, ni la economía global va a volver a repuntar fuertemente como lo hizo en 2010 y 2011, dijo, pero agregó que “no es un mundo en crisis ni en recesión, sino un mundo con menos dinamismo y crecimiento mucho más moderado”.

    En resumen, Capurro concluyó que hay que “asumir” que la actual estructura de precios es “relativamente” permanente y que podrá mejorar por noticias a nivel de mercados pero no por factores macro a nivel general. “La expectativa es de un proceso de crecimiento bastante moderado y de un dólar que lentamente tiende a fortalecerse”.

    Otro diferencial importante reseñado por el economista de CPA Ferrere es el relacionado con los riesgos financieros en China derivados de la crisis de la bolsa ocurrida en las últimas semanas. Dijo que esto, que el año pasado no estaba en la agenda y que hasta hace pocos meses no se manifestaba tan claramente, es una “amenaza nítidamente latente”.

    Indicó que hace mucho tiempo que está internalizada la desaceleración de China y que eso ya no es novedad, pero que el elemento nuevo es el de los riesgos financieros, que “como muchas cosas en ese país, todo el mundo percibe que están ahí pero nadie sabe bien de qué tamaño son ni cómo van a operar”. Y aclaró que esto, que hasta hace poco era una amenaza o un potencial efecto “que no se sabía bien su pelo y su color”, con el “reventón” de la burbuja financiera de las últimas semanas es un escenario nuevo y “potencialmente un desestabilizador de China que no sabemos bien dónde va a terminar”.

    Destacó que al igual que lo hicieron EEUU o Inglaterra en su momento, el Estado chino “desembarcó con todo” en la bolsa para poner un piso y tratar de controlar la caída de precios y los eventuales efectos de desestabilización.

    Lácteos y madera en los extremos

    Para el economista Capurro, lo más difícil de “digerir” es la situación del sector lácteo, que “obviamente” con los precios actuales tiene una relación insumo-producto y relaciones de costos difíciles de mantener, lo que “probablemente” es la nota más preocupante, debido a que los precios siguen bajando y el piso “no está del todo claro”. Dijo que la expectativa es que los valores empiecen a repuntar en la segunda mitad de año y hacia fin de año, “pero hoy todavía estamos en bajada con una situación bastante preocupante”.

    En el otro extremo, señaló que el único commodity que parece tener una tendencia relativamente positiva es la celulosa. Agregó que los operadores de la madera dicen que efectivamente la madera para celulosa y toda la madera no aserrable está bastante firme. O sea —señaló—que es uno de los sectores beneficiados de la estructura productiva primaria.

    Respecto al mercado de la carne, dijo que esta se mantiene con precios que en términos históricos no son malos, al estar dentro de los promedios de exportación de los últimos cuatro años, pero aclaró que “estamos claramente con una tendencia a la baja y ya hemos perdido casi U$S 1.000 por tonelada del precio de exportación”, básicamente porque el mercado internacional viene retrayéndose por la depreciación de la moneda en los países compradores.

    “Con esta foto, la situación para Uruguay es peor que la que teníamos internalizada y claramente tiene impactos en términos de perspectivas”, aseguró Capurro, quien dijo además que hasta hace poco tiempo, salvo los sectores que estaban directamente relacionados con la actividad, el resto del país, incluidos los dirigentes y el sistema político, estaba “de espaldas a esta realidad” y el “temor” era que las “promesas electorales, las expectativas presupuestales y las demandas de los trabajadores estaban totalmente desalineadas de la realidad”.

    Reconoció que “hoy la realidad se nos vino, y tanto en el sector público como en la percepción general, el contexto más deteriorado está más incorporado y el gobierno está tratando de que esto sea parte del esquema de decisiones y las expectativas estén más alineadas”.