N° 1999 - 13 al 19 de Diciembre de 2018
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa Real Academia Española define la expresión Chivo expiatorio como el “macho cabrío que el sumo sacerdote sacrificaba por los pecados de los israelitas”. El Frente Amplio, en su plenario, encontró el suyo: Raúl Sendic, con su ladero Leonardo de León. Sacrifiquemos al ex- vicepresidente y quedaremos eximidos de todo pecado, ya no importa el fracaso del gobierno en áreas fundamentales de su gestión: inseguridad creciendo a pasos agigantados, políticas sociales ineficientes, deuda que embreta el poder de maniobra, presión fiscal que limita fuertemente la inversión, aumentos en las tarifas para pagar la ineficiencia, un sistema de seguridad social insostenible.
Sí, parece que finalmente la suspensión política llegará. Pero, que esto se haya convertido en un hecho extraordinario con amplio destaque en todos los medios, más bien parece propio de una aldea y no de una nación que se precia de ser casi moderna. Las sanciones deberían ser simplemente la consecuencia natural de los delitos ya comprobados: un hecho menor. Pensemos en la poca trascendencia que el caso Sendic puede tener para nuestro futuro como país, salvo como ejemplo de lo que un gobernante no debe ser, esto es, creerse el dueño del cargo sin importarle que es un mandatado de la ciudadanía.
En el paquete de sanciones del Plenario del Frente Amplio está también la expulsión de Luis Almagro por haber cometido el pecado mortal de atacar a una vaca sagrada: el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, esta vez haciendo alusión a costumbres religiosas de la India.
Elevando la mira y evitando caer en el circo armado para la reunión del Plenario este fin de semana, vemos a un gobierno que parece haber terminado sus funciones más de un año antes del final de su mandato, quizás por su propia inoperancia, pero también debido a la pérdida de influencia en su interna de los sectores más moderados, realidad que se hizo notoria con la salida de Danilo Astori como candidato presidencial.
Ya hicimos referencia a los enormes temas que debemos enfrentar, pero que insólitamente parecen postergados para un próximo gobierno. No es razonable. El bienestar de la población está en juego y temas como la seguridad —entre otros— no deberían esperar para la circunstancia de un calendario electoral.
Dándole continuidad al ejercicio de observar más lejos, un trabajo del Focus Economic Consensus Forecast Latinfocus, publicado el miércoles 12 en El País, un sondeo que se realiza a bancos y consultoras, nos recuerda que “hay nubes oscuras en el horizonte; la economía enfrenta considerables riesgos a la baja el próximo año”, debido a la situación que enfrenta Argentina y también a un posible retroceso del comercio mundial. Los consultados fueron bajando las expectativas de crecimiento de nuestra economía en los últimos cuatro meses y hoy consideran que estará en 1,9, la segunda con menor crecimiento de la región para 2019, año en que todavía estará en funciones la actual administración. Argentina y Venezuela tendrán caída del PBI.
Mientras los grandes temas que hacen al futuro de nuestra nación se siguen postergando, los sectores más radicales nos distraen con la decapitación de un par de políticos que ellos mismos crearon. ¿Qué lugar ocupará este episodio en nuestra historia? Ninguno. ¿Qué lugar debería ocupar el encare de la problemática real y profunda que enfrentamos? Un lugar esencial, sin dudas, porque es el que hace a nuestro desarrollo. Pero ese lugar, hasta el momento, sigue postergado.