Debido sobre todo a la insuficiente demanda externa y a problemas de competitividad, entre otros factores, el sector fabril uruguayo utilizó el 63% de su capacidad instalada en el tercer trimestre del año pasado.
, regenerado3Debido sobre todo a la insuficiente demanda externa y a problemas de competitividad, entre otros factores, el sector fabril uruguayo utilizó el 63% de su capacidad instalada en el tercer trimestre del año pasado.
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El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEso es apenas un punto porcentual más que el mínimo histórico que se había tocado en julio-setiembre de 2015, pero tres puntos por debajo de igual trimestre de 2016, informó ayer miércoles 4 la Cámara de Industrias (CIU) basandose en encuestas entre empresas asociadas. El aumento de la capacidad ociosa de las fábricas está en línea con la desaceleración de la producción, agregó en un informe.
En la comparación con julio-setiembre de 2016, en promedio, las industrias pequeñas y medianas disminuyeron la utilización de la capacidad instalada en cuatro puntos porcentuales, mientras que en las grandes el indicador bajó dos puntos.
Al comparar el nivel de capacidad ociosa de la industria uruguaya respecto a la de Brasil y de Argentina, hubo una evolución inversa en el tercer trimestre de 2017, ya que creció en ambos países.
“Lo único positivo (del año que acaba de terminar) es que la producción industrial dejó de caer. Porque la pérdida de competitividad y los demás aspectos que complican la actividad industrial siguen todos presentes”, evaluó el presidente de la CIU, Gabriel Murara, en el semanario Crónicas del 29 de diciembre.
“Esperamos que la economía siga creciendo en 2018, a pesar de que proyectamos que la producción industrial siga rezagada con respecto a los demás sectores. Queremos pensar que el gobierno, en un contexto de mejor actividad, baje el gasto público y equilibre las cuentas. El déficit fiscal en Uruguay tiene impactos a muchas bandas. Para financiarlo se aumentan los impuestos, cuando la carga fiscal ya es enorme, tanto para las empresas como para los ciudadanos. Al mismo tiempo, suben las tarifas, con incidencia en los costos de las empresas y también en la inflación, y para combatirla se termina reduciendo el tipo de cambio, generando una doble afectación a los sectores productivos”, añadió.
De cara al 2018, la “baja competitividad” y el “atraso cambiario” fueron identificados por los ejecutivos del sector industrial uruguayo como los principales problemas que deberán enfrentar, reveló la XXII Encuesta Anual de Evaluación y Perspectivas Empresariales de Búsqueda (ver Nº 1.950).