“Deben ser mutantes”. Esa es la explicación que encuentra el ministro de Educación, Ricardo Ehrlich, para que en los últimos dos años se revirtiera la caída de la matrícula en formación docente. Solo en 2012, las carreras de Profesorado, Magisterio, Maestro Técnico y Educador Social en los distintos institutos que el Consejo de Formación en Educación (CFE) tiene en todo el país contaban con 22.331 alumnos matriculados.
Es la cifra más alta desde el 2000 y las autoridades de la enseñanza esperan que sea superada cuando en febrero se terminen de recopilar los datos de inscripciones de 2013, lo que consideran uno de los grandes logros conseguidos por la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).
“Si hay una actividad que hemos desalentado especialmente en nuestros jóvenes esa es la profesión docente. ¿Cuántas familias han desalentado a sus hijos en estos tiempos a seguir el rol de maestro o de profesor? Desde 2003 a 2010 las inscripciones para formación docente estaban en caída libre”, afirmó Ehrlich el 30 de diciembre durante la presentación de un programa conjunto entre la ANEP, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el PIT-CNT y las cámaras empresariales. “Las señales que estábamos dando, a pesar de que hubo una recuperación salarial importante, no alentaban ni a nuestros jóvenes ni a las familias para apoyarlos a seguir la profesión docente. Desde el 2010 hasta acá estamos en franca recuperación de inscripciones. Deben ser mutantes, porque no reciben las señales de la sociedad”, dijo sobre los estudiantes.
En el 2013 un aumento de los reclamos por salarios y problemas de infraestructura marcaron la agenda de los sindicatos docentes, lo que acentuó una visión negativa en la sociedad uruguaya sobre las condiciones de trabajo que existen en la profesión. Sin embargo para Wilson Netto, presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, a los estudiantes de formación docente “no les importa todo eso que se habla de la educación, no les entra ese casete”.
“Son de distintos niveles socioeconómicos. El que quiere ser maestro es maestro, el que quiere ser profesor es profesor. De repente si ganaran más habría más, es cierto, pero sería por una opción económica solamente. Yo sé que lo económico importa, que no es solo el tema de la vocación, pero hay gente que no se cuestiona eso, muchos no se lo cuestionan”, declaró el jerarca a Búsqueda.
Según Netto, en la sociedad actual “está todo armado desde el punto de vista de la plata y sin embargo hay gente que está en otra cosa, a la que no les interesa la plata sino su vocación porque siente que ahí proyecta algo. Para aquella persona a quien no le gusta trabajar con niños ese trabajo debe ser insalubre. Ahora, a la persona que le gusta...”.
El consejero del Codicen Néstor Pereira planteó un concepto similar al de Netto el 27 de diciembre durante la entrega de títulos a 254 egresados del Instituto de Profesores Artigas (IPA) en el Teatro Solís. “Más allá de las dificultades profesionales y del presupuesto que hay que mejorar, estamos entusiasmados por abrazar esta profesión que, sin duda, nos cuesta mucho dejar. Por tanto, ¡viva la docencia, viva la educación pública!”.
Régimen escolar.
Pese a lo que afirmó Ehrlich, entre 2003 y 2010 no existió una “caída libre” sino un aumento en la matrícula de formación docente hasta el 2008, cuando había 22.108 estudiantes, y luego una caída durante tres años sucesivos, según los datos del MEC. En 2012, se alcanzó un pico de 22.331 estudiantes.
En cambio, en ese período sí hubo una fuerte baja en los egresos: en 2003 se graduaron 1.141 maestros y 772 profesores, mientras que en 2010 fueron 683 y 557, respectivamente. Hoy aumentó el número a 853 Egresados en Magisterio y 764 en Profesorado.
Edith Moraes, directora del CFE, explicó a Búsqueda que la cifra histórica de matriculados y la recuperación en los titulados es consecuencia de “dos grandes líneas de estrategia y de política educativa que han venido dando resultado” y que fueron diseñadas y aplicadas por el Consejo en el 2011.
Por un lado se instaló un sistema de becas para promover el acceso, la permanencia y el egreso en tiempo de los estudiantes a través de distintas categorías: la ayuda económica, la residencia, alimentación y transporte, y la financiación de viajes académicos, cursos de ampliación, intercambios estudiantiles y realización de pasantías. Las becas no solo toman en cuenta el cupo de los institutos y la situación socioeconómica y escolaridad de los candidatos, sino también la especialidad de las carreras. “Hay más de un tipo de becas. Hay becas que son exclusivamente para profesores y dentro de las de profesores hay becas que tienen un monto mayor que son para las especialidades en las que hay menos titulación, como física, para intentar desarrollarlas”, dijo Moraes.
La otra línea de estrategia refiere a modificaciones en las normativas de los planes de estudio. “Tiene que ver con requisitos de pasaje de curso, por ejemplo. Ahora no precisan los alumnos tener rendidos tantos exámenes para estar habilitados a cursar al año siguiente y cosas de esas. Porque por poco antes esos alumnos quedaban repetidores y eso a nivel terciario no tiene ningún sentido. El régimen de pasaje de grado era muy escolar”, criticó la jerarca.
Según Moraes ambas políticas están influyendo para que los alumnos puedan cursar las carreras de manera más rápida porque “el gran problema” es cuánto demoran en hacerlo. “No tardan cuatro años como está estipulado, tardan mucho más. Eso se está mejorando en este momento”. Mencionó el caso de la carrera de maestro técnico, en la cual se diseñó “un plan mucho mas flexible” que incluye la acreditación de conocimientos. “No es lo mismo que revalidar, es mucho mejor, es la nueva tendencia en lo que se llama flexibilización curricular que es lo que está tendiendo a hacer la Universidad de la República. Para ser maestro técnico por ejemplo en el área agraria, una persona que haya cursado estudios de agronomía acredita esos conocimientos y no tiene que cursar de nuevo todo, entonces la carrera queda más corta o más liviana en horas de jornada, en horas por cada año”, indicó.
Para Netto, sin embargo, la mejora de indicadores en formación docente es consecuencia principalmente de una mejora en la enseñanza media. “En primer lugar están egresando más bachilleres. Ahora hay más gente que entendió que tiene que estudiar y se ha hecho mucha cosa desde la ANEP para que termine la gente el bachillerato”, dijo.
Más allá de las razones para el aumento de la matrícula en formación docente, el presidente del Codicen valoró el hecho de que se haya producido en un período en que los estudiantes tienen una mayor oferta terciaria y también una mayor oferta laboral. “Crece a pesar de que los jóvenes tienen mucho más oportunidades de educación terciaria que antes. Antes había Magisterio o algún Profesorado, ahora tienen un montón de opciones terciarias que antes no estaban y sin embargo creció formación docente. Eso es significativo. También es significativo que crece el empleo, más gente se emplea y más gente estudia. En mi época de estudiante del IPA cuando venía la crisis del desempleo se llenaban las aulas, cuando crecía el empleo se vaciaban. Toda la vida fue así. Ahora estamos viendo un fenómeno distinto, crecen las dos cosas”.
Surtidor.
El Consejo de Formación Docente tuvo en 2012 un total de 8.827 inscriptos en institutos de Montevideo y 13.504 en el interior. Esas cifras marcan una tendencia, ya que en 2008 los matriculados de la capital eran 11.444 y los del resto del país 10.664. La disparidad territorial es tal que la matrícula total de formación docente entre 2011 y 2012 creció un 5,6%: en Montevideo bajó un 5,1% y en el resto del país aumentó un 14,5%.
Netto lo atribuye a que ahora “hay lugares del interior donde hay más gente que ingresa a bachillerato y de repente quería entrar a formaciones de ese tipo pero tenía que culminar lo anterior”. En ese sentido se refirió a propuestas que el Consejo de Educación Técnico-Profesional impulsó en distintos puntos de Uruguay que permitieron a “las primeras generaciones de familias terminar el bachillerato. Ya ni había expectativa en algunas familias que pasara eso”.
Para Moraes la diferencia radica en la cantidad de centros educativos, ya que en Montevideo, por ejemplo, hay un único centro para formar maestros, mientras que en el resto del país hay 23. “Y con profesorado sucede lo mismo porque tenés acá en la capital el IPA y en el interior tenés seis centros regionales”, añadió. “Por suerte, porque el centralismo no corre, es lo más ineficiente que hay. Artigas es un surtidor de maestros por ejemplo porque tiene muy pocas cosas para ofrecerles a sus estudiantes, entonces el instituto de formación docente es el único centro de educación terciaria que tiene Artigas”.