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Quienes aman esta música lo comprenderán fácilmente. Que un festival capaz de reunir a los mejores jazzeros internacionales —los mejores en serio— tenga una vida ininterrumpida de más de 20 años, es milagroso, o tal vez esa magia tenga que ver con su fundador y director, el persistente Francisco Yobino. El asunto es que una vez más tendrá lugar en la finca El Sosiego de Punta Ballena el Festival Internacional de Jazz de Punta del Este, esta vez con su edición Nº 22, que posibilitará a los buenos oídos disfrutar entre el jueves 4 y el domingo 7 de enero de pianistas como George Colligan, Chano Domínguez, David Feldman y Donald Vega, de saxofonistas como Grant Stewart, Nicole Glover, Jon Irabagon y Paquito D’Rivera, de trompetistas como Bruce Harris, Brandon Lee y Diego Urcola, de contrabajistas como Popo Romano, Clovis Nicolas y Boris Kozlov, de bateristas como Jason Marsalis, Eric Dobb y Neal Smith, entre muchos otros músicos.
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Es sencillo: durante esos cuatro días, los jazzófilos solo hablamos de música, de lo que ocurrió en el escenario la noche anterior y de la química que se puede desatar al día siguiente. Podrá haber alguna distracción momentánea, pero básicamente los focos apuntan a los caños, las cuerdas y los parches.
George Colligan llega por primera vez al festival. Es pianista y compositor, un tipo que no anda por el trillo habitual de los que se sientan ante las teclas blancas y negras, como lo demuestra su sorprendente disco The Endless Mysteries, grabado para el sello independiente Origin Records, junto a Larry Grenadier y Jack DeJohnette. Los tres músicos se juntaron, tocaron un par de temas para entrar en calor y en unas pocas horas el disco ya estaba terminado. Así nomás. Es ese entendimiento sublime que permite esta música tan delicada en sus balances y tan libre en sus formas.
Colligan se presentará en cuarteto (viernes 5 y domingo 7) con la joven saxofonista Nicole Glover, que tiene un delicado perfil de actriz francesa pero sopla como Sonny Rollins. Glover ama el jazz gracias a su padre. Comenzó tocando el clarinete a los 10 años y luego se pasó al saxo tenor. Ha tocado con Wynton Marsalis, Esperanza Spalding y el propio Colligan. Es más: está en More Powerful, el último disco del pianista, ese que tiene en la portada una ola gigante que se viene encima de una pobre casita.
Otro tenor que llega por primera vez a Punta Ballena es Stephen Riley. Es de la vieja escuela, de los que aman el subtono, como Ben Webster, y soplan las notas con mucho aire. Estuvo un tiempo en la Mingus Big Band, también colaboró con Wynton Marsalis y con el grupo del pianista Marcus Roberts. Creció en Florida y esto es noticia entre los buenos jazzeros: no vive en Nueva York; vive en Greenville, Carolina del Norte, donde nació. Ama el blues rural y aboga por los estándares, como lo demuestra en su disco Baubles, Bangles and Beads, grabado para el sello Steeple Chase.
Viene acompañado por Jon Cowherd en piano, Rodney Jordan en contrabajo y Jason Marsalis en batería. El cuarteto de Riley se presentará el jueves 4 y el sábado 6.
Cuando Donald Vega pisó Los Ángeles con su madre desde su natal Nicaragua, tenía 14 años y sabía decir solo dos palabras en inglés: Bud Powell. Primero apadrinado por Billy Higgins y luego por la sapiencia de Kenny Barron, hoy en día Vega es uno de los pianistas más reclamados en la escena jazzística. Es, por ejemplo, el señor que se encarga de las teclas en el grupo de Ron Carter, con quien estuvo en el Auditorio del Sodre hace unos años. El quinteto de Vega (con Jon Irabagon en tenor y Brandon Lee en trompeta) realizará un homenaje a la música fresca, mestiza y vibrante del gran compositor y pianista Horace Silver, cofundador junto a Art Blakey de los Jazz Messengers. Imperdible (jueves 4 y sábado 6).
Dijo Wynton Marsalis: “Uno de los cinco jóvenes trompetistas que hay que conocer”. Se refiere a Bruce Harris, quien arriba al festival después de editar en agosto de 2017 Beginnings, su primer disco solista. Este trompetista del Bronx, apadrinado por Jon Faddis, estará con su cuarteto (Emmet Cohen en piano, Clovis Nicolas en contrabajo y Pete Van Nostrand en batería), más la presencia de Gran Stewart en saxo tenor el viernes 5 y el domingo 7, en un homenaje a la música de Clifford Brown y Max Roach.
El pianista español Chano Domínguez repasará con Zachary Brown en contrabajo y Eric Dobb en batería la música de Thelonious Monk (viernes 5), y por allí se puede colar Paquito D’Rivera.
Pero hay más. El festival —como siempre con tres conciertos diarios que comienzan puntualmente a las 20— se abre el jueves 4 con los Amigos de El Sosiego, talentosos músicos de la línea del Ecuador hacia abajo como David Feldman (piano), Popo Romano (contrabajo), Nicolás Mora (guitarra), Diego Urcola (trompeta) y Pipi Piazzolla (batería), a quienes se agrega el saxo tenor Chris Cheek para repasar temas de uno de los mejores compositores del jazz contemporáneo: Benny Golson.
El festival finaliza el domingo 7 con la banda del saxofonista alto y clarinetista Paquito D’Rivera, en una jam session a todo trapo que promete invitados sorpresa. Creo que no hay más nada para agregar: la mesa está servida.