El ministro añadió que otra línea de acción es reforzar las facultades sancionatorias, porque “si se hace el control” pero la sanción —en caso de incumplimiento— “no es otra que requisar la mercadería, va a seguir viniendo con otra partida”.
“Muchas veces nos hemos encontrado que está la norma pero no se aplica, o que se aplica pero no tiene efecto real”, ilustró Kreimerman.
Se refirió, además, al cumplimiento de extracción de muestras, pruebas de laboratorio, tiempos de expedición de la mercadería y qué canales son los utilizados.
Kreimerman explicó que se trata de realizar “ajustes” en esos procesos porque, por ejemplo, “a veces se hace el análisis y la mercadería ya no está”.
Precisó que el gobierno apunta a equiparar las exigencias de los productos importados con los nacionales. “Se trata nada más que de asegurar iguales condiciones”.
Eso es a lo que aspiran los industriales locales en general y así lo vienen reclamando desde hace tiempo. Ellos señalan la disparidad en el tratamiento y exigencias técnicas para competir en el mercado interno con bienes importados y, también, en ocasión de las compras públicas.
Hace un año, cuando Argentina endureció los requisitos a los importadores solicitando la tramitación de declaraciones juradas anticipadas para poder ingresar la mercadería, los industriales uruguayos reclamaron instrumentar controles de calidad y fijar precios de referencia para las mercaderías adquiridas afuera como forma de evitar la “invasión” de productos desde el exterior.
Desde el viernes 25, el gobierno de la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner anunció la flexibilización de las trabas comerciales impuestas para los países del Mercosur, al derogar las licencias no automáticas para una lista amplia de bienes del rubro automotor, productos metalúrgicos, hilados y textiles, calzado y sus partes, juguetes y artículos para el hogar, entre otros.
Pese a que el camino anunciado por el Poder Ejecutivo satisface a los industriales, Carrau advirtió que la aplicación de las medidas puede llevar tiempo. “Para festejar hay que esperar”, acotó.
“Lo justo”.
Actualmente hay diferentes requisitos que las mercaderías importadas deben cumplir, se trate de productos alimenticios, medicamentos de uso humano o animal, envases, etcétera, a efectos de proteger la salud de las personas, la fauna y flora silvestres, combatir el uso indebido de drogas, garantizar la seguridad nacional (armas de fuego, explosivos) y otros propósitos.
Carrau declaró a Búsqueda que fortalecer el control sobre los productos importados es “lo justo” porque “si le exigen a la industria nacional (cumplir con cierta normativa) también se lo tienen que exigir a los que vienen a vender de afuera”.
“Es fundamental para evitar la competencia desleal, porque a veces al producto nacional se le exige más que al importado”, insistió.
En esa línea, los laboratorios uruguayos demandan hace tiempo el establecimiento de un “contralor de los productos importados”.
Plantean que se inspeccionen las plantas en el exterior “con el mismo criterio y rigor que se aplica a las instalaciones industriales radicadas en el país” (Búsqueda, Nº 1.671).
En cuanto a los productos alimenticios, un ejecutivo de la gremial sectorial explicó que Uruguay “como país chico es fiel cumplidor de la normativa” y que “basta con recorrer las góndolas de los supermercados para constatar que hay productos (importados) que vienen incumpliendo normativas (de calidad)”.
El ejecutivo dijo que en la región hay diferentes exigencias en cuanto a la rotulación de los productos, la información de los ingredientes y las normas de calidad, y “pueden encontrarse productos que no están ni registrados en la Intendencia”.
No obstante, reconoció que esto también sucede con artículos elaborados en Uruguay.
“Estamos a años luz de lo que debería ser” y faltan “muestras más extensivas, de lote a lote, análisis más propicios, ampliar la lista de productos controlados y que existan multas fuertes”, destacó.
El vicepresidente de la CIU, Gabriel Murara, que trabaja en el rubro siderúrgico, dijo que “los aceros que vienen al país y que compiten, no cumplen las normas de calidad” que a las empresas locales les son exigidas.
“Por ejemplo, un hierro redondo tiene que tener determinado diámetro y si viene con menos carbón o con menos manganeso, no cumple la resistencia que pide la norma internacional. Lo que pedimos es que vengan con certificaciones en origen para ingresar al país”, apuntó el empresario.
Consideró que el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (Latu) “controla lo que tiene que controlar, pero no puede actuar de oficio sino que tiene que estar mandatado”.
Murara opinó que “se tiene que ampliar el universo de productos que controla” dicha institución.
Desde 1982, el Latu es el organismo designado por el Poder Ejecutivo para la certificación de alimentos industrializados y bebidas importadas, antes de su venta en el mercado interno.
Para ello, extrae una muestra, la evalúa en sus instalaciones y, si cumple con los requisitos, emite un certificado de comercialización.
De constatarse algún incumplimiento, ese documento no es expedido y el Latu informa al cliente así como a los organismos estatales involucrados (Ministerios de Salud Pública o de Ganadería, Agricultura y Pesca).
En esos casos, el producto debe reexportarse o destruirse, según establecen las normas vigentes.
A partir de 2007, el Latu también examina los juguetes, luego de que el MIEM asumiera una reglamentación técnica de seguridad de esos artículos entre los socios del Mercosur.
Esos bienes son sometidos a análisis físicos, químicos y eléctricos para corroborar la información que ofrecen a los usuarios o consumidores, y evalúa eventuales riesgos para la salud y si son acordes a las edades para las que los juguetes fueron diseñados.
Además, el Latu certifica la calidad de la lana y de calentadores de agua (calefones), entre otros productos.
Importaciones en 2012.
En todo 2012, las importaciones de bienes totalizaron U$S 11.297 millones, un aumento de 5,3% respecto al año anterior que implica un nuevo récord anual, según las cifras oficiales.
Subieron tanto las cantidades (4,2%) como los precios (3,4%) de los bienes importados por las compras hechas desde Europa (principalmente Rusia), Asia y Medio Oriente. Las importaciones desde América y, más aún, desde el Mercosur, disminuyeron durante el año. Entre los países de la región, solo las compras provenientes de México, Chile y Venezuela aumentaron (en este último caso crecieron más de 100% debido a las mayores adquisiciones de petróleo desde ese país).
Más allá de la variación respecto a 2011, los países que vendieron bienes por mayores montos a Uruguay fueron Brasil y Argentina (casi 19% del total en cada caso), China (13%), la Unión Europea en su conjunto (12%) y Estados Unidos (10%).
La importación de bienes de consumo aumentó 5,5% más que en 2011; en cambio, la adquisición de bienes de capital disminuyó 2,5%, aunque eso responde a las menores compras de maquinaria y equipos por parte del Estado. En el sector privado, las inversiones en bienes de capital aumentaron algo más de 7%.
También los equipos de transporte se importaron en mayor medida, tanto por el gobierno como por privados (6,6%).
Los bienes intermedios mostraron un incremento en su valor importado de 7%, pero eso está relacionado con la compra de energía eléctrica y de petróleo, por lo que si se aíslan esas importaciones los bienes importados como insumos para la producción nacional descendieron casi 3% en 2012 respecto al año anterior.