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¿Sabían que hay una guía del MSP para médicos de cómo tratar al joven borracho? Como sé que en verano hay mucho jovencito que empieza a experimentar con el alcohol, la transcribo para que puedan ser médicos en sus propias casas con sus hijos perdidos.
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La guía habla de 4 pasos técnicos (esto es estrictamente cierto).
1. “Evaluación de riesgo”, valorado de acuerdo con la edad y la frecuencia de consumo.
Interpretación: Si toma alcohol todos los días pero tiene 11 años, por ejemplo, no es muy riesgoso. Principalmente porque a un botija de 11 años se lo reduce con facilidad, mediante el dominio físico, a menos que tenga un arma. Y además el botija de 11 años que le da duro al chupe no se expone a muchas situaciones de riesgo: no maneja, no tiene esposa a la que golpear borracho, no puede tener sexo con animales, etc. Convengamos que más que perder en la primera pantalla del juego de autos del play station porque se dio de frente en una curva no va a pasar. En el peor de los casos romperá el joystick por un brote de frustración violenta hija del alcohol o le pegará una patada al perro. Nada grave.
2. “Guiar al usuario” con preguntas sobre su entorno y cuál es la relación que tiene con el alcohol.
Interpretación: Hágale preguntas capciosas, tales como: “¿Y vos no te sentís una porquería inútil, un contrapeso para tu familia y para la sociedad tomando vino a las 11 de la mañana, gurí?”. Así lo va guiando, “¿no te parece que andar fermentando en el trabajo todo lo que tomaste anoche un poco empaña tu imagen de empleado?, ¿vos te creés que con un bañito antes de ir a laburar ya no hedés más a whisky?, ¿desde tu ingenuidad alcohólica suponés que desprendés un atrapante aroma a crema de enjuague? ¿Sos pelotudo además de borracho, vos?”
3. “Consejo y tratamiento”. El médico debe valorar “todas las dimensiones de la vida del adolescente” y “considerar aspectos psico-emocionales y la necesidad o no de atención de salud mental”.
Interpretación: ¿Valorar “todas las dimensiones de la vida adolescente”? ¿Cuántas dimensiones tienen esos entes pegados al celular con un vocabulario que consta de 7 palabras? Con los aspectos psico-emocionales se refiere a si le pega el pedo triste y se queda con los ojos vidriosos inyectados en sangre tocando el tambor, si le pega el pedo chorizo y le da por afanar a cualquiera que ande medio distraído, el pedo daño que se da mucho en el joven: pasa por el jardín de una casa y lo mismo roba el regador o defeca en el pasto; el pedo gay —que ahora está mejor visto pero igual molesta— y empieza a los besos con los compañeros y el “te quiero mucho, sabés cómo te quiero” y todo eso. Es importante para saber ante qué tipo de alcohólico nos encontramos. Hay un catálogo con más de 15 posibilidades, entre las cuales están las cuatro recién mencionadas.
Guía: 4. “Seguimiento y apoyo” del paciente, involucrar a la familia y amistades si es necesario, y marcar futuros objetivos para mantener al joven alejado de un consumo problemático.
Interpretación: ¡Involucrar a la familia las pindongas!, yo no voy a dejar de chupar porque mi sobrino se dio vuelta con grapa, es él el que no sabe tomar no yo. Marcarle objetivos sí, al principio fáciles: no vomites adentro de tu casa. Y después más difíciles: no te mames en el cumple de 3 años de tu hijo, que es casualmente el resultado de una noche de alcohol. Ese es un objetivo duro, mucho botija correteando con los cachetes colorados y los bigotes de cocacola, mucha familia, mucho animador, mucha guita que se te está yendo en eso, y el objetivo es no terminar en pedo limpiándote la grasa de los pebetitos en la cabeza de algún compañerito de jardín de tu hijo y diciéndole cosas inconvenientes a tu suegra. Si pasás la prueba te regalo una botella de whisky.
