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Como dijo nuestro señor presidente: “El que piense que hay dos Frente Amplios, que vaya a un psiquiatra”. ¡Hay tres! Sí, amigos, le damos la bienvenida al Frente Amplio D (Diputados Díscolos, Disidentes, Desalineados, Daríoperistas), son 4 gatos locos, literalmente: Darío Perez y Mier de la Liga Federal y otros dos que ni me acuerdo el nombre del PVP y del PC, pero tienen una capacidad para trancar las bolas como si fueran 100. El primer lío del presupuesto se dio con los recortes en educación, que más o menos se encauzó cuando recortaron los recortes a la mitad, y aunque al FA-D no le parecía suficiente para votarlo lo arregló Tabaré con su mera presencia, en realidad ni eso, mandó a Roballo a decir que un día de estos iban a contar con su presencia y el Frente Amplio D cedió. Pero después las pautas salariales del Poder Ejecutivo, mayormente integrado por el Frente Amplio A (Avaro, Antipopular, Astoristalcahuete), no le gustaron ni al Frente Amplio B (Bonachón, Benefactor, Bienpensante, Voluntarista), ni al Frente Amplio D, ni al PIT-CNT, ni a Murro.
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Contexto: como sabemos, al Frente Amplio A lo desvela el Grado Inversor, por eso siempre le preocupó el déficit fiscal. Pero el Frente Amplio B considera el déficit fiscal un invento del neoliberalismo para aplicar ajustes y postergar la redistribución de la riqueza, por eso un poco se cagó en todo eso durante el gobierno de Mujica y a la larga se terminó notando. El Frente Amplio B es más de la teoría económica: “El Estado es infinito y hay que darle hasta que reviente”, que aunque sea un delirio también es respetable como cualquier creencia o política económica —que son sinónimos—. Resultado: El Frente Amplio B deja más de 3,7% del PBI de déficit fiscal como herencia de una bonanza histórica por el precio de las materias primas, sin shock de infraestructura ni reforma del Estado ni Educación-Educación-Educación ni nada de lo que se había anunciado, salvo el éxito mundial del presidente de Facebook José Mujica y dos o tres leyes de convivencia social para la tribuna. Cómo sería el enchastre que cuando asume el gobierno el Frente Amplio A se describe su primer presupuesto con el oxímoron “audacia responsable”, una contradicción enternecedora, es como decir “improvisación premeditada”, otro oxímoron que increíblemente funciona a la perfección para describir el estilo de gestión que tuvo el gobierno del Frente Amplio B (el período Mujica estuvo plagado de “improvisaciones premeditadas”, aunque parezca imposible conseguir tal cosa, esa fue la constante del gobierno Mujica, su epítome fue el remate de los aviones de Pluna, no hay nada más gráfico y sencillo para entender el concepto “improvisación premeditada”).
Volvamos a la rendición de cuentas de este año y el choque por las pautas salariales (¿me siguen o ya están hiperventilando?), que según Astori y Tabaré eran intocables, hasta que Tabaré se juntó con el PIT-CNT y les dijo: “tranquilos, dejen que yo las toco”, y volvió a las del 2015 (hechas sobre la estimación errónea que sobrevaloraba la actividad económica), que era lo que le pedía Murro, con una pata en el Frente Amplio B y otra en la mesa ratona de su casa porque en un momento desafió hasta al propio presidente (y por lo visto le ganó la cuereada).
En el medio estuvo la interna del Frente Amplio, en la que supuestamente ganó el Frente Amplio A pero en realidad ganó el Frente Amplio B. El modus operandi del MPP se pareció bastante al de las elecciones pasadas del FA. En aquella oportunidad transformaron a Mónica Xavier en Sampras: lograron que le ganara a Agazzi. El MPP eligió un candidato propio (Agazzi), además de lanzar otro ajeno (Rubio) al que finalmente no le dieron el apoyo oficial pero lo manijearon de lo lindo, con el firme objetivo de perder, y que nadie los acusara de hegemónicos. En las de este año se suponía que querían ganar, eligieron un candidato propio (Sánchez) y manijearon uno ajeno (Conde), y dio la casualidad de que perdieron, los dos, otra vez. El Frente Amplio B dividió votos y el presidente del FA es del Frente Amplio A (Miranda). Pero Miranda tiene el plenario cooptado por el Frente Amplio B, y las bases que son todas del Frente Amplio B y hasta puede haber del D, aunque lo niega y dice que es un invento de la oposición y los medios. Pobre Miranda, no pudo con tres familias sirias, ¿va a poder con el Frente Amplio B en el Plenario y las bases que son como 29 familias sirias juntas adentro de un gimnasio? El MPP volvió a conseguir el milagro: perder y ganar al mismo tiempo. ¿Fue una idea brillante o una carambola involuntaria? El problema con los tupamaros es que uno nunca sabe si es una estrategia o si les sale mal la jugada y hacen como que fue una estrategia de antemano.
