La ciudad recuperó un espacio histórico: el ex Teatro La Máscara, donde se estrenó la primera pieza de Florencio Sánchez en Montevideo (en 1899), reabrió como Teatro Delaguja, en honor al Sindicato Único de la Aguja, propietario de la sala desde inicios del siglo XX. Allí se instaló el Ateneo Popular, plataforma de figuras como Baltasar Brum y Emilio Frugoni, y allí resonaron las voces jóvenes de Eduardo Mateo y Daniel Viglietti. La Compañía La Fábrica de Ilusiones se hizo cargo de la sala (Río Negro 1180, con 200 butacas) y homenajeó con dos placas a la realizadora Teresa Acosta y al músico Roy Berocay, con cuyos nombres se bautizaron la tertulia y la platea. Las comedias Íntimas e Historias de la cama van los sábados a las 21 y 22. La tía de Carlos va los viernes a las 22.30 y las obras infantiles Pateando lunas y Ernesto el exterminador, de Roy Berocay, los sábados y domingos a las 15.30 y 17.