Reynoso calificó a Uruguay como un país “amigo” y “similar” a su nación y añadió que espera ampliar los lazos comerciales entre ambos mediante el acuerdo “TPP” (Trans Pacific Partnership), una “conversación” de países asiáticos y americanos con costa al océano Pacífico, de la que Uruguay forma parte al ingresar como observador al bloque Alianza del Pacífico que lideran Chile, Colombia, Perú y México.
La embajadora admitió además que transmitió a las autoridades locales su “preocupación” por los “avances” de Irán en la región y en particular Uruguay.
Lo que sigue es un resumen de la entrevista.
—El lunes asumió su segundo mandato el presidente Obama. ¿Cuáles son los principales desafíos que tiene su país en los próximos cuatro años?
—El presidente planteó ideas muy concretas en su discurso relacionadas con la integración social, sobre cómo desarrollar más oportunidades para integrar más la nación, para darles más oportunidades a los que tienen menos o que han sido víctimas de discriminación histórica. Nombró mujeres, personas inmigrantes y de la comunidad gay, lesbianas. Entonces creo que vamos a ver políticas muy concretas en los próximos años para poder manejar ese avance. Eso a nivel social. También creo que la economía está avanzando pero esperamos ver resultados mucho más rápidos en los próximos años.
—¿Qué evaluación hace del relacionamiento de su país con el gobierno del presidente Mujica?
—La relación es muy constructiva. He tenido muy buen contacto con los miembros del gobierno a todo nivel. Y hemos avanzado en varios temas. Creo que este año vamos a avanzar aún más en lo que es una relación de beneficio y respeto mutuo.
—En varias oportunidades representantes de su gobierno han manifestado que Uruguay es un país importante. En el contexto regional y geopolítico, ¿por qué es trascendente?
—Porque es un modelo. De Uruguay se puede aprender, de su sistema para transferir poder de manera pacífica, el respeto a los derechos humanos y los principios básicos de democracia. El nivel de participación que existe acá es muy alto. También hemos visto en los últimos años gran progreso en asuntos sociales y los derechos a la comunidad gay, derechos en asuntos de género. Eso para nosotros demuestra que Uruguay es un país que aprende, que evoluciona y está económicamente muy estable. Es muy importante ver que somos tan similares, que tenemos tantos valores en común y que no estamos solos, que hay socios en la región con los que podemos trabajar.
—En el gobierno uruguayo estaban esperando que se definiera un segundo mandato para concretar una reunión bilateral con el presidente Barack Obama. ¿En qué está la negociación para concretarla?
—Estamos en marcha con esa cita. Tengo la impresión de que vamos a hacerlo lo más pronto posible.
—¿Será en 2013?
—Espero que sí, aunque no puedo dar fecha. Es una prioridad, me lo ha manifestado claramente la Casa Blanca y es un gran deseo que sea este año.
—¿Qué asuntos cree usted que deberían estar en la agenda de conversación entre ambos mandatarios?
—Hay varios asuntos importantes. Proyectos comerciales y económicos en los que creo que podemos avanzar. Tenemos el marco de inversión y comercio, el TIFA (Acuerdo Marco sobre Comercio e Inversiones) que puede ser utilizado de manera mucho más amplia. También queremos ver cómo podemos expandir el diálogo con Uruguay y los países del Cono Sur para avanzar en el comercio bilateral con nuevos mecanismos.
—¿A qué se refiere con eso?
—No estoy hablando de un Tratado de Libre Comercio. Tenemos el TPP (Trans Pacific Partnership), del que Uruguay ya es observador. Está en ese mecanismo (la Alianza del Pacífico) como participante, no miembro pleno pero igual. Creo que ese mecanismo va a ser uno de los principales marcos de negociación para nosotros.
—¿Es decir que su participación en la Alianza del Pacífico le permitirá a Uruguay profundizar sus acuerdos comerciales con Estados Unidos?
—Hay detalles que manejar, pero sí. Es una plataforma para conectarnos entre nosotros, los que estamos en la negociación y también con los países importantes de Asia. Para nosotros sería interesante que Uruguay siga participando de esa conversación.
—¿Su gobierno tomó con un buen gesto el ingreso a la Alianza del Pacífico como observador?
—Sí, creo que entre más países se incorporen al proceso que tengan valores similares a los nuestros, mejor. Luego hay otros temas que también tendrían que estar en agenda entre los dos presidentes. Hay varios asuntos regionales, de seguridad y el presidente Mujica tiene mucho interés también en avanzar en temas de ciencia y tecnología que para él es prioritario para poder tener más innovación y más tecnología. Estamos avanzando en proyectos con facultades y universidades de Estados Unidos que están planificando proyectos acá y con la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación).
—En marzo está previsto que se lleve a cabo una nueva reunión de avance del TIFA. ¿En qué temas concretos se adelantará en esa reunión?
—La agenda todavía se está desarrollando. Pero nosotros tenemos temas pendientes que son comerciales y muy importantes para Uruguay, particularmente en acceso al mercado norteamericano. Por ejemplo, productos agrícolas y en particular los cítricos. Esperamos que podamos ver avances este año en esos asuntos.
—En los primeros días de enero se hizo el lanzamiento de la Trump Tower, una torre de lujo que el empresario Donald Trump construirá junto a una firma argentina en Punta del Este. Es de las primeras firmas tan reconocidas que llegan a invertir en el rubro de construcción en ese balneario. ¿Cree que esta inversión en concreto puede atraer nuevos negocios para el futuro?
—Sí, la gestión de los Trump es importante como marca para poder demostrarle al mundo que Uruguay es un lugar donde se puede invertir y hacer cosas grandes. Entonces sí esperamos y normalmente ocurre que cuando llega la marca Trump le siguen otros, porque tiene la reputación de ser una empresa seria y que hace cosas conociendo el potencial que tiene. Podemos esperar que vengan otros grandes. Tenemos varias empresas de capital norteamericano que sí están explorando invertir particularmente en asuntos de construcción en Punta del Este.
—Este gobierno ha insistido mucho en el mensaje de que Uruguay es un buen lugar para invertir porque ofrece seguridad jurídica. Más allá de eso, ¿qué cree que le está faltando al país para desarrollar aún más la recepción de inversiones?
—Creo que están haciendo mucho y eso se puede ver en el número de empresas que están llegando. Pero si me atrevo a dar sugerencia, deberían ser más rápidos los procesos de dar ciertas licencias, de dar aprobaciones. Eso sí es algo que las empresas me han comentado, que los procesos pueden ser lentos, entonces eso frustra a ciertos inversionistas que quieren ver resultados rápidos. En ese sentido creo que se puede quizás ser más ágil. Otro tema son los precios. La competitividad está complicada en el sentido de que las cosas se están poniendo más caras aquí que en otros países vecinos. La mano de obra y también los productos, los costos, pueden afectar los deseos de empresas de entrar.
—Estados Unidos le ofreció a Uruguay un tratado de intercambio de información tributaria. ¿Qué espera obtener su país con el tratado?
—Nosotros siempre estamos abiertos a compartir información con países serios y esperar que ellos compartan con nosotros información para poder asegurar que si se desarrolla cualquier deficiencia en el intercambio de información o en asuntos de pago de impuestos, o cualquier duda en lavado de dinero o cosas semejantes, podemos coordinar con esos países para llevar a quien sea a la Justicia. Es parte de nuestra coordinación con nuestros amigos de la región para asegurar que podamos prevenir el abuso de individuos, organizaciones o corporaciones.
—El Congreso de su país aprobó una ley con votos de todos los partidos que insta al Departamento de Estado a generar una estrategia para contrarrestar los avances de Irán en esta región. En el debate se puso como ejemplo los acercamientos que se han dado en Uruguay. Entonces, ¿qué seguimiento se les está haciendo desde acá a esos contactos?
—La preocupación con Irán no solamente es en América Latina sino a nivel global. Nosotros queremos prevenir el desarrollo de armas nucleares y también la coordinación o la influencia de Irán y sus amigos en muchas partes del mundo, porque lo que vemos es que son asuntos de organización muy peligrosos. En América Latina en particular hemos visto que Irán ha avanzado en términos de presencia y lo último que vivimos fue el año pasado, cuando se gestó la convicción en Nueva York de que personal asociado con el gobierno iraní coordinó con miembros de cárteles en México para tratar de asesinar al embajador de Arabia Saudita en Washington. Esos vínculos que se han desarrollado se transforman en un riesgo ya doméstico para nosotros, dado que América Latina y México están ahí mismo, no estamos hablando de cruzar muchos charcos. Es muy relevante que podamos coordinar con esos países de la región para prevenir esos incidentes y ese tipo de criminalidad.
—Ese país ha aumentado su presencia y contacto con Uruguay. Ejemplos de eso son la reapertura de la Embajada en Montevideo o la visita que hace poco realizó el vicecanciller de Irán para América y Europa, Ali Asghar Khaji. ¿Usted ha manifestado su preocupación a las autoridades uruguayas?
—Sí. Nosotros hemos sido consistentes en nuestra preocupación de que Irán ha estado avanzando con asuntos que no benefician a la humanidad y no benefician a los países de la región.
—Usted dijo en una entrevista con El Espectador que se otorgan el 96% de las visas que se solicitan y que se está trabajando con Cancillería para ver que se puedan llenar “requisitos” para eventualmente en un futuro quitar ese trámite. ¿Cuáles son los requisitos que el país debería cumplir para ello?
—Después del 9/11 se sumaron más requisitos al proceso. Uno es que tienen que tener aprobación de más de 97 o 98% y ya Uruguay está ahí o casi. Otro es tener un cierto tipo de pasaportes que puedan ser escaneados de cierta manera para garantizar que no sean fácilmente falsificados. También hay un requisito de compartir información entre las aduanas, entre el Ministerio del Interior y Homeland Security, el Ministerio de Asuntos Interiores nuestro. Ahora mismo el asunto de los pasaportes es el más complicado. Sí hemos dado la señal de que hay interés de querer avanzar en este proceso, sin garantías.
Uruguay, “atractivo” destino “gay-friendly”
—El presidente Obama mencionó en su discurso del lunes la necesidad de equiparar en derechos a los homosexuales. Como persona que se integró a vivir en la comunidad hace algunos meses, ¿qué tan abierta ha visto a la sociedad uruguaya respecto a ese tema?
—Encontré una comunidad muy abierta, una población muy abierta. La gente está muy dispuesta al diálogo, hay mucho respeto, pueden tener diferencias de opinión pero sí hay avances en el sentido de la conversación y la dialéctica de las ideas. Eso demuestra una seriedad y una madurez a nivel de la población.
—Hace un tiempo la Embajada patrocinó un evento en el que la vicepresidente de Turismo de Nueva York, Donna Keren, alentó al país a instalar destinos “gay-friendly”. ¿Cree usted que en Uruguay existe capacidad para crear destinos con esas características?
—Sí, porque Uruguay es conocido como un país muy abierto y ese respeto a la diversidad, creo que si uno lo ve desde afuera ese discurso y esa práctica es muy atractivo para personas que están buscando tolerancia.
“No sé si hubiera ocurrido esto” si el auto era “de otra Embajada”
—¿En qué etapa está el acuerdo de cooperación en Defensa?
—Estamos avanzando bastante, creo que hemos llegado a un buen diálogo con las autoridades uruguayas y la idea es finalizar ese acuerdo lo más pronto posible.
—Cuando se lanzó dicho acuerdo se produjo un debate dentro del oficialismo, con críticos de los convenios con Estados Unidos en esa área. ¿Cree que existen prejuicios respecto a su país?
—Sí. Creo que hay cierta información que no está muy reciente. Es como información vieja que tienen algunos. Nosotros lo que estamos haciendo es básicamente crear un nuevo mecanismo para compartir tecnología y desarrollar más capacitación en Uruguay. Entonces yo entiendo que sí hay un interés por parte de los uruguayos de poder trabajar con nosotros porque tenemos gran capacitación y tecnología. Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos tienen la tecnología más avanzada del mundo. Entonces nosotros tenemos respeto por la capacidad de los uruguayos, particularmente por las misiones de paz en las que participan. Lo que queremos es asegurarnos que sean los mejores en ese esfuerzo.
—¿Ha trabajado con las autoridades para tratar de eliminar esos prejuicios de los que le preguntaba?
—Yo trato de corregir cualquier información equivocada que se plantee. Mi puerta está siempre abierta para poder tener diálogo. Si hay preguntas yo siempre le pido a la gente que me llame, que pregunte antes de lanzar a la calle.
—Ante la denuncia de un dirigente del Partido Nacional respecto a que existe patrullaje de policías uruguayos en autos diplomáticos de la Embajada norteamericana, al menos cuatro legisladores del Frente Amplio plantearon pedidos de informes al Ministerio del Interior porque no consideraron que sus respuestas hayan sido satisfactorias. ¿Por qué cree que se generó esta polémica ante esto, que, según usted, se trata de un acuerdo de décadas atrás?
—Ese es un asunto interno de los uruguayos. Nosotros estamos siguiendo la ley que habilita el servicio 222. Un servicio que varias Embajadas usan. No es un invento nuestro. Nos beneficia porque yo tengo una obligación con el personal de la Embajada de darle cierta seguridad y entonces décadas atrás el gobierno uruguayo determinó que esta es una manera de trabajar.
—¿Cree que el revuelo se generó porque se trataba de un auto de la Embajada norteamericana?
—Puede ser. No sé si hubiera ocurrido esto si hubiera sido un vehículo de otra Embajada.
Contratapa
2013-01-24T00:00:00
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