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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáComo tantos días de su vida, Julia Stewart, jubilada como profesora de inglés del Instituto Crandon, con sus 74 años a cuestas, caminaba el pasado sábado 18 a las 10 de la mañana por la calle Estomba, en el barrio que la vio nacer y crecer.
Había sido asaltada en la vía pública dos veces y realizado las denuncias correspondientes, pero, como tantos, no renunciaba a caminar por su querido Prado. Llevaba la cartera en banderola, con mínimas pertenencias, hecho que le resultó fatal. En efecto, dos delincuentes en moto, sin detenerse, tomaron la cartera por su correa y la arrastraron varios metros provocándole serias heridas en la cabeza, que resultaron en muerte cerebral.
Julia falleció el sábado 25. Julia se había ganado el derecho a jubilarse con trabajo, no con subsidios, formó una familia y disfrutaba de ella. No “dejó una ventana abierta”, célebre frase del Ministro Bonomi, tal vez ahora se diga: “la culpa es de ella por salir con cartera”, o por salir a caminar en lugar de quedarse “encerrada en su casa”, para justificar la rapiña. Simplemente, a pesar de sus anteriores experiencias, no quiso renunciar a su derecho de trasladarse libremente por la ciudad. Como a tantos, le costó la vida. Ahora se sumará a estadísticas que no justifican lo injustificable e irreparable.
Jorge Ciasullo
CI 793.978-7