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Una encuesta de satisfacción entre funcionarios públicos hecha hace algunos años arrojó que el 28% quería dejar el organismo para el cual trabaja en los siguientes dos años. La idea de que un puesto era “para toda la vida” ha ido perdiendo fuerza y ese porcentaje, para el Estado uruguayo, resulta “alarmante”, comentó Fabiana Dutra, una especialista en recursos humanos de la Oficina Nacional del Servicio Civil (ONSC). “Estamos perdiendo talento” que se pasa al ámbito privado, y la posibilidad de hacer teletrabajo en el sector público es una forma de tratar de retenerlo, sostuvo.
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Además de dar flexibilidad y poder mantener a los recursos humanos, instalar el homeoffice como una modalidad mixta permanente —y no solo para contextos como el de la pandemia de Covid— va de la mano de un reenfoque más profundo impulsado por el Poder Ejecutivo. Se apuntará, mediante una reglamentación que está elaborando la ONSC, a un “cambio de paradigma” donde lo que importe sean los resultados más que la cantidad de horas que trabajan los funcionarios, avanzó.
Paralelamente, Servicio Civil se encuentra redactando una reglamentación que aplique a todo el Poder Ejecutivo con “lógicas similares”; algunos entes y servicios descentralizados, como OSE, Antel, UTE y el Banco Central, ya cuentan con “reglas” propias para la modalidad de teletrabajo, reseñó la funcionaria. En su opinión, el trabajo remoto “es algo que vino para quedarse”.
Agregó a su vez que, para los funcionarios públicos, el homeoffice tiene otras “ventajas”, como los menores tiempos de traslado a los lugares de trabajo —con beneficios, además, ambientales y de descongestión del tránsito— y la reducción de gastos, además de ayudar a “conciliar” la actividad laboral con la vida familiar. Eso, dijo, “redunda en una mayor motivación y satisfacción”. Según Dutra, “las personas quieren teletrabajar, no todas, pero una gran mayoría”, sí.
“Queremos empezar a gestionar por resultados. Hoy (la gestión) está enfocada en la carga horaria y no en lo que se hace”, insistió. Afirmó que las experiencias de homeoffice en el Estado uruguayo han mostrado que, en algunas áreas, se logró incrementar la productividad, lo que redunda en un mayor “valor” que “se está entregando a la ciudadanía”.
Reglas
La reglamentación que prepara la ONSC para la administración central va a determinar, en primer lugar, “tareas y procesos teletrabajables”, explicó.
Para los funcionarios, cumplir con su trabajo a distancia será “voluntario y reversible. No se va a obligar a nadie”, aclaró Dutra.
El procedimiento será el siguiente. Las personas designadas por sus superiores —siempre que acepten— y quienes opten por esta modalidad de manera voluntaria tendrán que adherir por medio de un formulario de consentimiento, certificando que cumplen con las condiciones de seguridad y salud (espacio, iluminación adecuada, conexión a Internet y computadora); la funcionaria de la ONSC lo comparó con una “especie de declaración jurada”. Los trabajadores podrán declarar hasta dos domicilios en los que cumplirían con sus tareas de manera remota.
“Si adhieren, asumen los compromisos”, y entre otras cosas, los funcionarios en régimen de teletrabajo deberán atender los llamados que reciban desde la oficina y tendrán que concurrir si son convocados por su jefe. Dutra acotó que el “derecho a desconexión está contemplado” en la futura reglamentación y dijo que un teletrabajador tendrá la misma carga horaria diaria que en la modalidad presencial, aunque la persona puede cortarla en acuerdo con el jefe y si el servicio lo permite.
Por otro lado, adherir a esta modalidad de trabajo con la reglamentación que prepara la ONSC implicará, para el funcionario, someterse cada tres meses a una evaluación del cumplimiento de los resultados acordados. En función de eso, el jerarca determinará si la persona puede continuar o no con el trabajo a distancia. También el funcionario podrá optar por discontinuar con este régimen si así lo desea.
Servicio Civil presentará la reglamentación como una propuesta y también un plan para su implementación.
Resultados
Dutra se refirió a todo esto como una “oportunidad principalmente para empezar a trabajar por resultados” a partir de la metodología conocida por la sigla OKR (por “objetivos y resultados clave”, en inglés). “Implica tomar de la planificación estratégica cuáles son los objetivos específicos por área y, a partir de eso, definir los resultados clave para llegar a aquellos”, lo que supone “alinear metas” individuales y de los equipos en el Poder Ejecutivo. “Y poder medir” los resultados, algo que actualmente no se realiza, señaló. “Esto ayuda, al involucrar a las personas con los resultados. Hoy muchas veces ni siquiera conocen los objetivos, hacen tareas y no tienen idea para qué”, planteó. Insistió en que, con este tipo de metodología, se genera “autonomía” y un “compromiso diferente” de los recursos humanos.
La propuesta de reglamentación que elabora la ONSC prevé que los resultados a perseguir bajo esta metodología sean fijados para períodos trimestrales. Dutra Dijo que ese plazo “da flexibilidad” para ir modificando las metas e indicó que los OKR son “transparentes” y estarían disponibles para que “todo el mundo pueda ver lo que el área está haciendo”.
Según la funcionaria, esto está en línea con el propósito de instalar un modelo de “gestión por competencias para todos los funcionarios públicos”.
Estos cambios asociados con el teletrabajo suponen un “cambio de paradigma” y, metafóricamente, implican —dijo— “dejar el reloj” para que las áreas de gestión humana “lleven la brújula para orientar” en cuanto a los resultados a perseguir.
Dutra puntualizó que se prevé que el trabajo remoto conviva con un mínimo de tres días a la semana de asistencia al puesto. “Es importante la presencialidad” porque favorece el desempeño en equipo, sostuvo. Y contó su postura personal: “Estoy con la bandera del teletrabajo desde antes de la pandemia, pero no me gusta”. Ella prefiere ir a la oficina.
