“Las reformas no nos pararán” es uno de los estandartes de la coordinadora “Este año cierra el zoo”, cuyos militantes se manifestaron por última vez el jueves 4. La convocatoria estaba pautada para las 18:00 horas en Luis Alberto de Herrera y 26 de Marzo. Respondiendo a un llamado en sus redes sociales y en su página web, por donde se comunican y difunden sus protestas, al lugar fueron arrimándose decenas de jóvenes. Las personas de más de 30 años se contaban con los dedos de una mano. Quienes participaban eran vegetarianos, veganos o veían ese estilo de vida con buenos ojos.
Algunos de los manifestantes tenían la cara tapada con pañuelos y otros llevaban máscaras de animales. Sobre las 19:00 horas, arrancaron a caminar por la avenida en dirección al zoológico, cortando la calle y cantando sus reclamos. Las viejas tonadas de la izquierda, asociadas a los derechos humanos y al repudio a la dictadura militar (1973-1985), se transformaron en un grito en reclamo por la igualdad de los “hermanos animales”: “Liberar, liberar, a los animales ya”, “Ay ay ay, qué risa que me da, si no cierran el zoo, qué quilombo se va armar”, coreaban mientras avanzaban y llegaban a la intersección de Luis Alberto de Herrera y Rivera. Allí, para sorpresa de algunos, en vez de girar a la izquierda hacia Villa Dolores, la marcha siguió por la avenida con destino a la clínica particular de Fernando Cirillo, que era el director técnico del zoológico cuando se le practicó la eutanasia a la elefanta Yothi porque estaba muy enferma. Luego de un intento fallido de Cirillo para aplicarle inyecciones que le permitieran pasar a mejor vida, Yothi fue ejecutada por la Guardia Metropolitana de dos disparos en la cabeza el lunes 4 de junio de 2012.
Frente a la casa de dos pisos, donde además de la veterinaria de Cirillo vive una persona mayor, una joven leyó una proclama: “Al encierro y a la mercantilización de la vida le oponemos nuestra lucha sin negociaciones, para que esto no suceda nunca más, para que no haya jaulas grandes ni chicas nunca más, para que no haya vida encerrada, ya sea autóctona o exótica, nunca más, y para que el zoológico Villa Dolores no abra sus puertas nunca más”.
Luego, un muchacho con la máscara de zorro pintó en el muro de la casa y en la vereda con aerosol negro la palabra “Asesino”, seguido del símbolo anarquista. En la reja de la casa colgaron un cartel que decía “Fernando Cirillo asesino Yothi 1951-2012”, y con una pintura que simulaba sangre de los animales, tiñeron de ráfagas rojas las paredes exteriores de la clínica y estallaron contra sus paredes y ventanas al menos dos botellas de vidrio. Después del “escrache” la marcha dio la vuelta y se dirigió hacia el zoológico pegando carteles con la cara de Cirillo. En los muros del zoológico estamparon otros reclamos, como “Adeom explotadores”.
Dentro de Villa Dolores había varios policías que custodiaban el lugar. Había manifestantes que rechazaban la violencia y sólo querían liberar a los animales bajo el reclamo de “amor” e “igualdad”. Otros iban más allá: “¡Hijos de puta! ¿A ustedes les gustaría estar encerrados?”, gritaba una mujer.
Cuando llegaron a la puerta, un puñado de manifestantes dirigió insultos a los policías y funcionarios que esperaban adentro, a unos pasos de la reja de entrada. Allí, otro joven, con la máscara de águila, leyó la última proclama de la noche. Después de nombrar a los jerarcas de la IMM vinculados al zoológico y al intendente electo Daniel Martínez, dijo: “Que todos ellos recuerden lo que dicen los muros en las calles, que todos ellos recuerden lo que decimos nosotros acá… y que sepan que no son sólo palabras: ¡las reformas no nos pararán! ¡Al Villa Dolores lo vamos a cerrar!”. Búsqueda pidió una entrevista con alguno de los voceros de la coordinadora pero respondieron que la política es la de no dialogar con medios con el “perfil” del semanario.
El grupo “Este año cierra el zoo” empezó sus actividades a principios de 2014 y es una de las organizaciones más “combativas”. “Acción y reacción” es otro de los grupos que reivindican la causa de los “hermanos animales”. Los militantes de los distintos grupos se repiten en las manifestaciones, como las que realizaron este año y los anteriores en la Criolla del Prado. Hace unas semanas también hubo una manifestación en la explanada de la IMM, donde existió un enfrentamiento menor entre los militantes y la policía que estaba protegiendo la entrada del Palacio Municipal.
En ese mismo edificio, en su despacho, el secretario general de la comuna, Ricardo Prato, es categórico con la postura que mantendrá el gobierno departamental: “El zoológico no va a cerrar”. El jerarca ironizó sobre los grupos de activistas y apeló a una vieja máxima marxista para criticarlos: “Hay que distraerse de las cosas importantes e ir sobre cosas estúpidas. Hay que distraerse de lo que es la contradicción principal de nuestra sociedad, que es entre el capitalismo y el socialismo, y dedicarnos a hablar de los animales y del clima”. Para él, esas reivindicaciones “distraen la atención” y son “una política” que impone el “imperialismo” para dejar de hablar de la “explotación del hombre por el hombre”. Además, defiende a Villa Dolores como un paseo tradicional, que es visitado por 1.500 personas cada semana y da trabajo a 65 funcionarios.
“Eutanasia” y “ética”.
Al día siguiente de que su clínica fuera escrachada, el viernes 5, Cirillo fue a la Seccional 10ª de Policía a hacer la denuncia por los ataques, como lo había hecho hace dos años en un juzgado penal por las amenazas que había recibido por parte de los activistas en su página de Facebook. “Este año cierra el zoo” difunde las direcciones de correo de los responsables del zoológico y de la IMM en su página web.
Cirillo era el veterinario encargado de Villa Dolores cuando se resolvió matar a Yothi. Una vez que se hizo público el hecho, Cirillo dirigió una carta a la Facultad de Veterinaria para que hiciera un estudio sobre el procedimiento y para aclarar “versiones de prensa” que daban a “entender que se procedió en forma cruel, sin tener en cuenta el bienestar animal”.
En la misiva del 4 de setiembre del 2012, el profesional explicó: “El animal presentaba una artrosis irreversible en sus miembros anteriores, lo cual le llevaba a no poderse mantener en pie, y utilizaba su trompa como sostén en lugar de sus miembros anteriores. Se le realizaron múltiples tratamientos paliativos, hasta que se determinó por unanimidad de los integrantes del Cuerpo de Veterinarios del zoológico realizar la eutanasia debido al sufrimiento que el animal estaba padeciendo”.
Se intentaron aplicar distintos fármacos y como no dieron resultado se terminó recurriendo a la Guardia Republicana, que disparó dos balazos al animal. La elefanta tenía 56 años.
Unas semanas después, el 20 de setiembre, la Comisión de Ética en el Uso de Animales de la Facultad de Veterinaria respondió al pedido de Cirillo y concluyó que “aprueba sin objeciones técnicas (…) el procedimiento desarrollado por los técnicos actuantes del Servicio Veterinario del Zoológico Villa Dolores”.
El 8 de junio, después de los ataques, la Sociedad Médica Veterinaria del Uruguay difundió un comunicado respaldando a Cirillo y planteando el “repudio” al “cobarde atentado”. También solicitó una entrevista “urgente” con el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, una “profunda investigación” y el “mayor peso de la ley”. La carta, firmada entre otros por el decano de la Facultad de Veterinaria, Daniel Cavastany, manifestó que no se permitirá “el avasallamiento de la libertad profesional en el tratamiento de los animales por presiones de individuos que carecen de preparación técnica y, en virtud de los hechos, de ética civil y moral ni de las mínimas normas de convivencia pacífica”. Fuentes del Ministerio del Interior dijeron que “siguen” las manifestaciones de esos grupos.
En diálogo con Búsqueda, Cirillo explicó que los técnicos son contratados para cumplir una función en una organización pública, la cual es técnica, y no inciden en la toma de decisiones. “Las protestas de estos grupos deberían centrarse en el sector político que gobierna la administración”, razonó el veterinario luego de que atentaran contra su clínica.
La IMM no ha salido a defender públicamente a Cirillo y sigue reivindicando las reformas que emprendió el año pasado.
El gerente del Sistema Departamental Zoológico, Eduardo Tavares, sostiene que Villa Dolores tiene un papel importante en la “conservación, la reproducción, la investigación” y la “educación ambiental”.
Parado al lado de la jaula del cóndor, Tavares explicó que algunos de los animales exóticos que están excluidos del programa de transformación, como la jirafa y la hipopótamo, terminarán sus días en su jaula de Villa Dolores debido a su edad. Esa suerte también correrá el ave que, mientras el técnico hablaba, se escondía debajo de las rocas de su jaula compartida con caranchos, donde apenas se veía.