Sr. Director:
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPor la presente le solicito tenga a bien publicar en “Cartas al Director” la siguiente nota que transcribo más abajo y anexo en los adjuntos.
Desde ya, muchas gracias.
Ignacio Martínez
Escritor
CI 1.385.476-3
Carta abierta al senador Jorge Larrañaga en relación a la educación y a su visita a Finlandia. Estimado señor Senador Dr. Jorge Larrañaga. De mi mayor consideración. En relación a su visita a Finlandia con el fin de interiorizarse en el sistema educativo de aquel país nórdico, creo que es muy importante que Ud. tenga en cuenta algunas cifras y datos, si es que no los obtuvo en esa oportunidad de su viaje.
Como Ud. debe saber, el Presupuesto Nacional de la Educación en Finlandia en relación al PBI es, en la actualidad, del orden del 6,8%, pero los gastos complementarios del Estado y de los Ayuntamientos con partidas especiales están entre el 11% y el 12%, llegándose al 20% en relación a esos aspectos anexos al acto educativo, lo que significa, como Ud. comprenderá, una cifra muy superior a la que se destina en Uruguay.
El máximo de alumnos por clase es de 20 individuos, llegándose a 24 como excepción, y la matrícula por local de estudio es particularmente baja, convirtiendo a cada centro educativo en lugares con dimensiones humanas y pedagógicamente adecuados.
El sueldo medio de un docente en Finlandia gira alrededor de 37.450 dólares anuales, es decir unos 2.880 dólares mensuales, si lo dividimos entre 13 meses para asegurar el aguinaldo. Si multiplicamos por 20, pensando en un dólar más bajo de lo que hoy está en plaza, cada docente gana 57.600 pesos mensuales, sea maestra/o de primaria o profesor/a de secundaria.
En relación a la formación docente, solo acceden al estudio terciario para educadores aquellos alumnos que hayan tenido la mejor calificación durante su vida estudiantil.
El sistema educativo, sobre todo en las primeras edades, hace principal énfasis en el juego, las artes y el relacionamiento social de niñas y niños, por encima de la enseñanza curricular que recién comienza a los 7 años.
Sin embargo, y a pesar de estos aspectos, señor Senador, los tan mentados estudios PISA que también abarcaron a Finlandia resultaron en que ese país, ubicado en la cima dentro de la mejor educación del mundo, cayó al décimo segundo lugar; que la lectura y la comprensión lectora cayeron del primer lugar al sexto y que algo similar sucedió en matemáticas y en ciencias, del primer lugar al quinto. El diario finlandés “Helsingin Sanomat” amaneció con el siguiente titular: “Suomi putosi Pisa-kärjestä” (“Finlandia cayó de la cima de PISA”).
Aquí, en nuestro país, hay muchas cosas que cambiar en el terreno educativo. Los datos PISA no deben politizarse ni ser los únicos referentes para analizar nuestro país y esos cambios.
Yo comenzaría por los primeros números de esta nota, señor Senador, pensando seriamente en los recursos que se deben destinar a la enseñanza, pero además lo invito a que recorra nuestro país y vea experiencias tales como las del liceo 31 de Montevideo o el liceo de La Coronilla, o la escuela de Balneario Solís o la escuela 177 de Vista Linda o la escuela 93 de Empalme Olmos o la UTU de la ciudad de Colonia o el liceo de Suárez o el liceo de San Antonio o los liceos y las escuelas de Artigas, todos sitios que he visitado recientemente y en donde he visto los mejores esfuerzos de nuestros docentes, los alumnos y la comunidad. A veces pienso qué se llegaría a hacer con esa población hacedora y los recursos finlandeses, señor Senador.
Porque de eso se trata: de que esos tres vectores confluyan en la construcción de la nueva educación para el país nuevo que estamos construyendo, con la asistencia de nuestros propios pedagogos como Figari o Rodó o Vaz Ferreira o Reina Reyes o Jesualdo o Luis A. Gómez o Miguel Soler o Víctor Brindisi, entre tantos otros.
Fraternalmente lo saluda
Ignacio Martínez
Escritor