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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLos últimos acontecimientos públicos que involucraron lastimosamente al Partido Colorado, nos llevan a la reflexión profunda de lo sucedido, pero fundamentalmente al compromiso de todos los que somos parte de este partido, sin excepción, a trabajar por un cambio. Un cambio que tiene que ir unido a una renovación de cuadros, postulados, proyectos y a reconquistar la visión de futuro del país, que fuimos lentamente perdiendo.
No se puede pensar el Uruguay sin reconocer el papel trascendente que tuvo el Partido Colorado en la historia del país, desde su nacimiento hasta nuestros días.
Somos una colectividad política que va más allá de las personas que la integran, de sus agrupaciones políticas, de sus autoridades, de sus representantes parlamentarios o de las personas que ocasionalmente ocupan cargos de gobierno. El Partido Colorado somos todos, no hay nadie que por sí solo se pueda adjudicar ser el dueño del partido, menos el mesías salvador o el responsable de su actual situación. Esta es una colectividad política que está basada en una profunda concepción humanista, solidaria, pluralista, policlasista (como contraposición a la lucha de clases), democrática, y nos definimos como defensores de la República. Siempre estuvimos comprometidos con el hacer y con la construcción de un Estado moderno y solidario que fuese el escudo de los más débiles. Es así como se fue construyendo el Uruguay, con el aporte de todos los colorados que creemos en estos valores. Es por eso que tenemos la certeza de que los mismos deben continuar y perdurar, sin importar los últimos resultados electorales ni la crisis de liderazgo imperante, producto de las conductas erráticas de dirigentes que no comprendieron la historia y la responsabilidad de representar un partido como el nuestro, y que abandonaron el barco ante la adversidad. Todo esto nos hizo perder el norte, nos llevó a no estar alineados con el proyecto de país que somos capaces de forjar. Nos hizo perder la confianza en nosotros mismos, porque erosionamos la credibilidad en la ciudadanía. Pero estos hechos nos tienen que convocar a revelarnos ante esa situación y trabajar para rescatar los valores, principios, postulados y la visión de país que siempre nos distinguió del resto, comprometidos con el gobierno de coalición como herramienta para hacer las transformaciones que la sociedad necesita. Son momentos difíciles, pero no podemos abandonar las banderas de justicia social, de libertad y respeto del Estado de derecho por sobre todo interés político. Es evidente que muchos intolerantes desearían que desapareciéramos o quedáramos reducidos a la mínima expresión, para repartirse el electorado colorado como si fuera un simple botín. Para ello nos agreden en redes diciendo que desapareceremos, y al mismo tiempo se visten de colorado o dicen apropiarse del Batllismo, distorsionando la realidad para parecer moderado y de esa forma conquistar el espíritu reformista que nos caracteriza a los colorados. Pero lamento decirles a quienes manejan esa teoría mezquina que eso no va a ocurrir, sino todo lo contrario, vamos a resurgir como el ave fénix, no tengan la menor duda, porque tenemos la enorme oportunidad de reformarnos a nosotros mismos hacia nuestra mejor versión. La gente quiere políticos auténticos, que digan la verdad, que no pongan poses o imiten personas como un mimo, porque eso es también engañar. Porque utilizando recursos inescrupulosos se podrá ganar una elección, pero el chasco se lo lleva la gente y la frustración es grande, y me refiero al pasado reciente. Es hora de reivindicar a los verdaderos servidores públicos de la política, que dejan la zona de confort familiar o particular para luchar por el bien común por sobre todas las cosas, siendo auténticos y fieles a sus convicciones, sin necesidad de mentir en promesas o postulados inalcanzables que generan descrédito a la gente, diciendo la verdad por sobre todas las cosas. Porque eso es un verdadero político, un Servidor con mayúscula. Para cumplir con esto, no es necesario ser dueño de ninguna varita mágica, ni tener el monopolio de altura correcta de la vara ética y la moral, con la cual clasificar a quienes califican y a quienes no.
Luchemos todos juntos hoy por este sueño, los que estamos en la cancha y los que quieran venir a cambiar a mantener la llama de la libertad y la república, encendida y más viva que nunca. Porque vale la pena luchar por las ideas y los principios, por lo que ellos significan y no en función de los resultados, como decía el expresidente Jorge Batlle. Tenemos mucha gente valiosa que está pidiendo pista y quiere una oportunidad para devolverle la mística a este partido, que es y será siempre una garantía sólida en la conducción del país. Todas las instituciones políticas, y del Estado, fueron concebidas con la participación decisiva de las ideas y hombres del Partido Colorado. Pero también todas las reformas políticas o de la Constitución, o cambios de rumbo en políticas sociales, como en la enseñanza, la seguridad social, la promoción del empleo o fomento de distintos sectores estratégicos que necesitó el país, fueron forjados por los colorados a lo largo de su historia. Nunca nos quedamos quietos ni atados a dogmas que nos impidieran soñar cómo modificar la realidad, y nunca tuvimos temor a discrepar y debatir con respeto con el adversario. Como dice nuestro himno y les confieso no puedo dejar de emocionarme al escribirlo: “El Partido Colorado victoriosamente va. Si alcanzamos una cumbre, siempre hay otras más allá, siempre claras, luminosas y más altas cumbres hay…”.
Dr. Guzmán Acosta y Lara