—En Presidencia no, que es donde estamos nosotros realizando esta transición específica. Y las transiciones de los ministerios también han sido buenas. En estas dos semanas podemos decir que es buena, de buen diálogo.
—Ocurre algo curioso en la conformación de Presidencia del gobierno electo y es que se cambian los roles: el prosecretario tiene un rol menos político y más técnico. Es al revés de lo que ocurre ahora con Toma y Roballo.
—Sí, lo hablamos con ellos. En las distintas reuniones salió ese tema y la verdad es que los perfiles son distintos ahora. Delgado es más político y tiene un perfil más parecido a Roballo y yo soy más técnico, con un perfil similar al de Toma. Eso no es ningún impedimento para que los dos trabajemos en conjunto en el mismo piso que el presidente. Trabajamos en conjunto, lo único que hacemos es dividirnos las tareas para complementarnos mejor. Pero sí, estamos como cruzados.
—¿Eso quiere decir que habrá un cambio de perfil?
—No, eso es algo que lo vamos a hablar con Delgado. Nosotros creemos en el trabajo en equipo. Así como hay cuestiones políticas que yo necesito comprender, Álvaro va a necesitar saber sobre cuestiones más jurídicas. Es importante trabajar en ese sentido. Después vamos a ver cómo nos organizamos bien, recién estamos en las primeras fases. Por los perfiles siempre hay uno que es el más mediático, el que da más los mensajes, generalmente eso tiene que ver con el perfil más político. Álvaro tiene más experiencia política, está acostumbrado. Yo tengo un perfil un poco más bajo, pero no quita que asuma un rol más protagónico. Lo más importante es que hay una buena coordinación. Y la hay y es excelente. No habíamos trabajado juntos antes y desde que empezamos hasta ahora nos repartimos el trabajo muy bien.
—Las reuniones en Presidencia siguen ahora después de Navidad. ¿Qué cosas van quedando pendientes en la transición?
—La reunión del jueves (hoy) es importante. Vamos a estar casi todo el día. Vamos a recibir por unos 30 minutos a cada director de las distintas unidades ejecutoras de Presidencia: Agesic (Agencia de gobierno digital), El Servicio de Seguridad Presidencial, la Junta Nacional de Drogas, El Sinae (Sistema Nacional de Emergencias), la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional, el Instituto Nacional de Estadística, entre muchos otros. Nos vamos reunir con los directores para saber cómo están organizadas las dependencias y cómo están funcionando.
—Parece que han crecido bastante las dependencias que funcionan bajo la órbita de Presidencia.
—Da esa sensación. Porque están las secretarías nacionales también.
—¿Y la intención es que permanezca esto así?
—En principio sí. No obstante el equipo económico tiene interés, por una cuestión de eficiencia en el gasto, y de superposición de competencias que muchas veces hay determinadas secretarías que son materias de ministerios, siempre que se pueda y sirva para ahorrar podían llegar a suprimirse y pasar a funcionar en otra órbita. Sobre todo porque nosotros creemos mucho en el control parlamentario, en los pedidos de informes, en las interpelaciones, los llamados a sala. Y eso es respecto de los legisladores con los ministerios y no con Presidencia.
—O sea que no descartan sacar de Presidencia algunas de estas dependencias.
—Y puede ser. Si me preguntás ahora no te podría decir una en específico porque va ir más atado al presupuesto nacional. Pero, si hay unas secretarías que ya no se justifican en la Presidencia porque hay un ministerio que realiza lo mismo, la lógica de la buena administración es concentrar todo en uno.
—¿La secretaría de cambio climático en el Ministerio de Medio Ambiente que se planea crear?
—Por ejemplo.
—¿Le parece que en este crecimiento de las secretarías en Presidencia hubo una pérdida de control parlamentario?
—No… Yo he visto que… las secretarías de Cambio Climático, las de Ciencia y Tecnología tampoco han tenido una actividad que uno diga demasiado preponderante. Lo que hay que ver es si se justifica tenerlas o no. Eso implica un análisis de costo-beneficio para el país. Creo que algunas de esas secretarías pueden estar en el ámbito del Poder Ejecutivo.
—¿Tienen pensado mover la Junta Nacional de Drogas?
—No, no. La Junta Nacional de Drogas funciona en la Presidencia hace muchísimo tiempo. Y además tiene tareas en las que coordina con otros ministerios. Es más de coordinación que de ejecución de políticas.
—Además de lidiar con la transición, hace meses está encargado de redactar la ley de urgencias. ¿Ya está listo el borrador?
—Hace unos 20 días se lo entregué al presidente electo. El primer borrador realizado con base en el programa del Partido Nacional; pero, como dijo Lacalle Pou, es un proyecto abierto e incluso lo ha llamado como un proyecto popular, que se va a empezar a trabajar en el verano con los socios del gobierno de coalición para que puedan empezar a modificarse artículos o a sacar o agregar. Por lo cual va a haber una segunda versión en poco tiempo.
—Entonces no está cerrado.
—No, no, en absoluto. Además el presidente Tabaré Vázquez anunció propuestas para incluir, que las recibimos de muy buen ánimo. Está bueno que desde el gobierno también se quiera utilizar este mecanismo de la ley de urgencia como algo válido para proponer cosas que Uruguay precisa y que puedan salir rápido.
—De alguna manera está validando la herramienta que fue cuestionada en la campaña.
—Valida la herramienta y está bueno que el presidente haya querido proponer cosas.
—¿Este borrador es el que se le va a trasladar al resto de los partidos de la coalición?
—Sí, y ahora empieza ahora un trabajo de todo el gobierno por ministerios, y probablemente se hagan modificaciones y se introduzcan proyectos de artículos que hoy todavía no están. Hay una base que es el “compromiso por el país” firmado por los miembros de la coalición. Entonces, esta primera versión del proyecto de ley se va a juntar con el “compromiso por el país” para ver cuáles son las coincidencias que tenemos.
—¿En esta primera versión no hubo aportes de los otros partidos?
—Aún no. La primera versión se hizo solo con el programa del Partido Nacional. A partir de ahora los partidos de la coalición van a empezar a realizar sus propuestas a esa primera versión. Ese trabajo va a empezar ahora. Todavía no empezó. La idea es que sea un proyecto consensuado, con la mayor cantidad de coincidencias posibles. Y se modificará todo lo que se tenga que modificar si no hay acuerdo. No hay misterios.
—¿Es un proyecto abierto?
—Absolutamente.
—Y teniendo en cuenta que usted es quien más ha estado encima de este proyecto, ¿qué observa como lo más urgente?
—El cambio en la gobernanza de la educación me parece trascendental. En materia de seguridad pública, sin lugar a dudas, hay toda una serie de cambios que solo tiene por finalidad su mejora inmediata. Cuestiones vinculadas al fortalecimiento policial en el ámbito metropolitano, en el ámbito rural, medidas que se recitan para terminar con la inseguridad.
—¿Incluye aumento de penas?
—Hay modificaciones en ese sentido en una primera instancia para delitos gravísimos.
—¿Es similar a la propuesta del futuro ministro del Interior, Jorge Larrañaga?
—Tenemos muchas coincidencias, sí. Se necesitan garantías legislativas, cambios en la legislación para que el procedimiento policial sea más eficiente y el ejercicio de la autoridad pueda darse con mayor eficiencia. Hay muchas normas en materia de narcotráfico, cárceles.
—¿Se piensa en sacar las cárceles de la órbita del Ministerio del Interior?
—No, no. Pero hay que mejorar mucho el manejo interno de las cárceles. Con la seguridad interna y los reclusos y todo el tema del trabajo, que si bien se hace, hay que mejorarlo mucho y de acuerdo a la normativa internacional que establece estándares. Hay toda una parte humana que tenemos que tratar de lograr y reinsertarlos en la sociedad lo máximo que se pueda.
—¿Y medidas de desarrollo productivo?
—Primero que nada hay una medida de orden que es la regla fiscal como instrumento de control de gasto público: no gastar más de lo que te entra. A veces es necesaria ponerla por ley esa regla, para que se cumpla y para poder equilibrar mejor algunos aspectos de la macroeconomía. Pero por debajo de eso hay medidas que apuntan a la mejora de la competitividad y de la productividad de las pequeñas y medianas empresas en lo que tiene que ver con su tributación y condiciones de trabajo. Medidas que den oxígeno al sector agropecuario.
—¿Se va a liberar la importación de combustible?
—Ese es un capítulo que está en el primer borrador de la ley. Yo tengo que ser muy prudente en esto. Hay acuerdo en que hay que bajar las tarifas. Pero todavía hay que conversar con los otros integrantes del gobierno de coalición cuál es el mejor camino para eso. Si vos me decís: ¿está el tema de la derogación del monopolio en la importación del combustible en la primera versión del proyecto? Sí, está, porque es una medida que pusimos en nuestro programa de gobierno. Pero es un tema que ahora deberá ser conversado con los demás integrantes de la coalición, que no necesariamente todo deben tener la misma opinión de cuál es el camino. Y sobre todo dependerá de la decisión del presidente y del equipo económico.
—¿Cree que va a ser una ley popular, como dijo Lacalle Pou?
—Como todo proyecto de ley grande siempre van a haber voces encontradas o grupos que no estén de acuerdo con determinados artículos. Y eso es propio que suceda en toda democracia. Yo creo que va a ser un proyecto de ley que va a estar en la consideración de todos los actores políticos y cuando llegue el momento de enviarlo ya habrá camino ganado, se habrá debatido bastante. Creo que va a ser grande y popular, no solo por las medidas, también porque se abre a todo el mundo. Ya el presidente Vázquez está sugiriendo temas.
—Pero los sindicatos van a estar en pie de guerra. ¿Cree que va a aumentar la conflictividad en esos meses?
—Es natural que la haya. Cada sector defiende sus intereses, y esto está bien. Pero creo que va a estar lo suficientemente discutido y va a ser lo suficientemente público para que la conflictividad no sea demasiado diferente a cuando se vota un presupuesto o una rendición de cuentas. No veo que haya motivos, conociendo el texto de la ley, para que haya algún tipo de protestas mayor a la que ha habido siempre, no. Si hay consenso y hay mayorías políticas no va a haber mayores problemas.
Recuadro de la nota
? Lacalle Pou será un presidente “muy firme en el ejercicio de la autoridad; capaz que como no se ha visto hasta ahora”