Cada vez que se abre un llamado para cubrir vacantes en el Estado se presentan cientos o miles de personas. Sin embargo, los uruguayos dicen ser mucho más proclives a emprender de lo que ello sugiere.
Cada vez que se abre un llamado para cubrir vacantes en el Estado se presentan cientos o miles de personas. Sin embargo, los uruguayos dicen ser mucho más proclives a emprender de lo que ello sugiere.
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáMás de la mitad de los uruguayos (54%) elegirían empezar su propia empresa en vez de trabajar como empleados, si pudieran optar, reveló una encuesta hecha por la consultora Cifra especialmente para Búsqueda. Apenas el 38% preferiría esa segunda opción, la de ser dependiente.
En concreto se preguntó: “Si pudiera elegir trabajar como empleado o empezar su propia empresa, ¿qué preferiría?”.
Los datos que arroja el sondeo pueden sorprender, porque a menudo se habla de la falta de espíritu empresario en el país. En términos comparativos los uruguayos muestran una actitud emprendedora similar a la de la población de Estados Unidos, y mucho mayor al promedio de los residentes en la Unión Europea. Según un relevamiento del Eurobarómetro de junio de 2012, el 51% de los estadounidenses preferiría tener su propio emprendimiento (y el 46% trabajar en relación de dependencia), mientras que sólo el 37% de los europeos preferiría tener su propio emprendimiento (y el 58% trabajar como empleado).
Sin embargo, en Brasil —que también se incluyó en la medición del Eurobarómetro— los encuestados muestran más espíritu emprendedor que los uruguayos: el 63% de los brasileños preferiría tener su propia empresa a trabajar como empleado.
En Uruguay los ocupados totalizaban unos 1.599.000 en 2012 y los asalariados (trabajadores en relación de dependencia, es decir empleados) eran amplia mayoría —1.175.000 asalariados—, según estimaciones del Instituto Cuesta-Duarte del PIT-CNT a partir de estadísticas oficiales. La diferencia entre ambas cifras son las personas que de uno u otro modo despliegan actitudes más emprendedoras, ya sea como empresarios (patrones, con personal dependiente), integrantes de cooperativas o trabajadores por su propia cuenta.
Son varios los dirigentes empresariales que sostienen que no son reconocidos debidamente por la sociedad en general. Por estos días, incluso, desde las cámaras que los nuclean sienten cierta hostilidad desde el gobierno, porque en un documento difundido en agosto discreparon con la gestión de las finanzas públicas y advirtieron preocupación por la competitividad comercial del país.
Las “condiciones
objetivas”
La encuesta de Cifra —un sondeo telefónico a 1.021 uruguayos de 17 o más años de edad efectuado entre el 10 y el 21 de julio pasado en Montevideo, y una muestra de localidades del interior— reveló que los jóvenes son los que muestran mayor entusiasmo respecto a empezar su propia empresa: el 65% de los menores de 30 años preferiría esa opción antes que trabajar en relacion de dependencia. Y a medida que aumenta la edad disminuye la proporción que preferiría el emprendimiento propio al trabajo como empleado.
Varios expertos han señalado que el sistema de enseñanza en Uruguay no promueve el espíritu empresario. Esta encuesta no es concluyente, pero sí se observa que los uruguayos con educación terciaria son un poco menos entusiastas respecto a empezar una empresa propia (55% lo haría) que los que tienen estudios secundarios pero no han accedido al nivel terciario (60% lo haría).
Sí hay un vínculo entre el espíritu empresario y el nivel socioeconómico: cuanto más alto es, mayor es la proporción que preferiría el emprendimiento propio. El 62% de los de nivel “medio alto” y “alto”.
Es posible que la imagen usual de los uruguayos como “poco emprendedores” no sea una descripción adecuada de las predisposiciones de la población. Pero podría ser adecuada en cuanto a las “condiciones objetivas”.
Los expertos tienden a coincidir en que el problema principal en Uruguay (como en muchos otros países) no es la falta de espíritu empresario sino la ausencia de condiciones adecuadas para que los potenciales empresarios logren su objetivo. Esas condiciones se vinculan a la facilidad para obtener recursos financieros, a la regulación sobre el empleo, a la simplicidad de los trámites burocráticos, etcétera.
El espíritu empresario no parece faltar en Uruguay. Faltaría, entonces, que esos potenciales empresarios sientan que tienen posibilidades reales de concretar sus aspiraciones.