• Cotizaciones
    jueves 03 de julio de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    La palabra rara

    Nº 2150 - 25 de Noviembre al 1 de Diciembre de 2021

    Cuando tenía 17 años falleció su padre y debió sostener económicamente el hogar familiar, desde siempre sumido en la pobreza. Amaba la música del tango, aunque hasta entonces no había podido estudiar, y de pronto estaba colocando azulejos en obras de construcción.

    La vida parecía castigarlo con toda su dureza, pero ante Ricardo Luis Brignolo (nacido en Buenos Aires en 1892 y muerto en la misma ciudad en 1954) amaneció inesperadamente la esperanza. Una noche fue con amigos a un oscuro café de La Boca, donde tocaba el bandoneonista Genaro el Tano Spósito en un cuasi insólito dúo junto con el pianista negro norteamericano Harold Philips.

    Brignolo se entusiasmó de tal modo con el estilo de Spósito, un típico autodidacta del instrumento, que se acercó a pedirle que le enseñara a tocar.

    —Pero pibe… —le dijo el músico— si yo soy orejero… ¡qué te voy a enseñar! Mejor andá con el viejo Chiappe, que sabe…

    Sin embargo, la insistencia de Brignolo fue tal que Spósito, al final, aceptó trasladarle de modo muy poco académico algunos aspectos del manejo del bandoneón. Fue suficiente, aunque años más tarde el inquieto muchacho estudiaría solfeo con Anselmo Aieta y completaría su formación en Francia. Hay que decirlo ya: Brignolo terminó siendo un espléndido bandoneonista y también pianista, compositor y letrista, al que su amigo de juventud Eduardo Arolas apodó la Nena, dada su constante preocupación por vestir y actuar con elegancia.

    Brignolo debutó en La Olla Popular, un sitio engañosamente presentado como “academia de tango”, donde había mujeres contratadas para bailar con adinerados señores del patriciado porteño. Ese nombre aludía, cual paródica imitación poco respetuosa, a las casas donde se daba de comer a los pobres y desempleados a causa de la crisis desatada por la I Guerra Mundial: un plato de sopa y un pedazo de pan. Y fue allí, en La Olla Popular, que Brignolo oyó a una bailarina decirle a su compañero:

    —¡No me hagás chiqué…!

    Esa palabra, ya incorporada entonces al lenguaje popular rioplatense por fuerza de la inmigración europea, fue tomada del argot du milieu (dialecto de los mafiosos franceses), una abreviación que se fue deformando de las expresiones chiquer contre, chiquer comte y chiquer comtois, todas con la misma acepción: mentir y simular o engañar con falsas apariencias. Chiquer también significa mascar tabaco y, por extensión, la actitud de inflar una mejilla con la punta de la lengua, como si se hiciera eso, indicaba que lo que iba a decirse no debía ser tenido en cuenta.

    Así nació, en 1920, el primer tango de Brignolo, Chiqué, título al que José Gobello califica como “el primer registro literario en el Río de la Plata de esta voz lunfarda” y que, durante los años de censura, fue sustituido por El elegante. El autor compuso solo la música, pero luego se le amoldaron dos letras: una, obra del propio Brignolo escondido en el seudónimo Ricardo Corazón de León, y otra del poeta Juan Carlos Fernández Díaz; ninguna alcanzó popularidad y múltiples interpretaciones de Chiqué por las mejores orquestas, con gran repercusión, han sido hasta hoy instrumentales. Valgan como ejemplo las de Canaro, De Caro, D’Arienzo, Pontier, Maderna, Piana, Ortiz, Troilo, Basso, Pugliese, Pansera, Requena y Piazzolla. Solo aparece en la vieja discografía, como excepción, una versión por Ignacio Corsini de la letra de Brignolo.

    Como en toda la historia del tango de la primera mitad del siglo XX, también aparece la siembra de dudas que jamás se resuelven y solo dañan al autor: varios investigadores, incluyendo a Oscar del Priore, han sugerido que en la versión definitiva de Chiqué intervinieron Juan Carlos Cobián, en la línea melódica inicial, y el Alemán Fritz —un eximio chelista de cuyo apellido no hay registros— con dos inspirados contracantos. Del Priore aduce que “entre la partitura original y otras posteriores hay una diferencia en la armonía; en estas aparece una especial para violoncelo, aunque más tarde escrita para violín, y aquel era el instrumento de Fritz”.

    ¿La verdad? No importa. Chiqué es inmortal, más allá de la modestia de su autor, quien también compuso Por seguidora y por fiel e Íntimas:

    —Yo volqué en la pieza un fantaseo que me parecía de muchas ínfulas para un bailable. Sonaba bien aquello, pero lo encontraba pretencioso. Y como para curarme en salud, le puse ese título…