La app del Prof. Braulius Rottenmind continúa con su apabullante éxito dilucidatorio.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn efecto, la Rottenmind App, que utilizamos hace un par de semanas para transparentar la verdadera esencia del pensamiento de los líderes políticos uruguayos, tras la reunión en la que decidieron “bajar la pelota al piso”, está siendo utilizada estos días en Nueva York.
El grupo internacional de psicólogos y politólogos denominado La Vérité de la Milanaise, que funciona desde hace algún tiempo en la Universidad de la Sorbona en París, se ha trasladado a Nueva York para asistir a la 77ª Asamblea General de las Naciones Unidas. Se informa que han pagado una fortuna por acceder a la famosa aplicación, pero sus integrantes aseguran que no tiene precio poder evaluar lo que los jefes de Estado asistentes piensan realmente, cuando dicen lo que dicen, al momento de pronunciar sus discursos.
En contacto con el Lic. George Seetrough, de la Universidad de California, he logrado que me pasara algunos de los informes que están obteniendo con el uso de la desconcertante aplicación. No ha sido gratis, por cierto. Tuve que prometerle que lo invitaré a comer unas tiritas de asado de feedlot en el Mercado del Puerto, cuando venga en diciembre a Montevideo para asistir a un seminario de su especialidad.
El primero de los informes que me pasó fue el del discurso del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
En el mismo, el mandatario brasileño expresó, entre otras cosas: “Protegeremos a la Amazonia como lo desea no solo la humanidad, sino también nosotros mismos, responsables como lo somos de preservar el pulmón del planeta, así como la vida de sus habitantes indígenas, la fauna y la flora de la selva y la pureza de las aguas del río. Respetaremos los derechos humanos, y propenderemos a un trato respetuoso con la oposición política, esencial para la convivencia democrática”.
Cuando le aplicaron la app, resultó lo siguiente: “Si conseguimos buenos precios por las tierras selváticas para cultivar soja y trigo, le metemos fuego a los árboles, desmalezamos y a otra cosa. Si el glifosato se vierte al Amazonas, morirán algunas pirañas, y si mueren algunos indios, bueno, qué le vas a hacer. El progreso es el progreso. Y si conseguimos algún otro juez que lo meta preso a Lula, a la cárcel con ese bandido ladrón”.
No menos sorprendente resultó el informe del canciller alemán, Olaf Scholz, el sucesor de la recordada Angela Merkel. Este señor dijo en su discurso que “continuaremos combatiendo y aislando a la Rusia de Putin tras el infame ataque a Ucrania, y asimismo continuaremos la incorporación pacífica y constructiva de los inmigrantes musulmanes que han llegado a Alemania, buscando paz, refugio y progreso para sus vidas. Veremos asimismo cómo logramos sustituir el gas ruso para que la crisis energética no afecte los hogares y la industria de nuestro país”.
Cuando pasaron el texto de Scholz por la Rottenmind App, salió lo siguiente: “Continuaremos negociando en secreto con Putin, ese bandido chantajista, para ver cómo hacemos para meter algún gasoducto clandestino, porque si no, este invierno nos morimos de frío. Ya le ofrecimos mandarles cerveza gratis a los soldados rusos en Ucrania, y dice que eso no es suficiente, y quiere cerveza gratis para todo el ejército ruso, y para el Kremlin también. Ladronazo y abusador. Y con los refugiados, vamos a ver cómo hacemos para sacarlos cuanto antes de Alemania para que vuelvan a las malolientes pocilgas de sus países. Una idea es pedirles que digan en alemán y con acento alemán Danke Schön und auf Wiedersehen, sin que se les note que son extranjeros. Si no lo logran, de vuelta a casa, muchachos”.
El último de los informes que recibimos fue el del discurso del presidente chino Xi Jinping, que dijo en un pasaje de su discurso: “Continuaremos promoviendo la paz y el entendimiento entre las naciones, aprovechando nuestra privilegiada ubicación como árbitros entre los países de Europa y los Estados Unidos enfrentados contra Rusia. Ansiamos la paz para el mundo. Y continuaremos promoviendo la investigación científica desde nuestros laboratorios, llenos de sabios que trabajan para la salud y el bienestar de todos los habitantes de la Tierra”.
Y cuando la app le pasó por encima a estas palabras, lo que salió fue esto: “Le seguiremos vendiendo armas a todos, para que se maten entre ellos, y nos hagan las cosas más fáciles. Al fin de cuentas, que la guerra siga, y nosotros embolsamos millones de dólares. Y en los laboratorios, ya estamos muy avanzados con otro virus fatal, que va a matar a los que sobrevivan a la guerra. Y ¿saben qué? También tenemos la vacuna lista para ese nuevo virus…”.
Todo esto muestra que las naciones serán naciones, pero lo de “unidas”, es bastante discutible.
Hay una imperdible, y quiero creer que verídica, anécdota del discurso que pronunció el embajador egipcio en ocasión de la primera Asamblea General de la ONU. La contaba el gran Eduardo Jiménez de Aréchaga en sus clases de Derecho Internacional, allá por los años sesenta del siglo pasado.
Según se cuenta, el embajador pidió la palabra y dijo: “Voy a decirles cómo yo veo el funcionamiento de este nuevo sistema de la Organización de las Naciones Unidas. Si hay un conflicto entre dos países pequeños, interviene la Organización, y pone fin al conflicto. Si el conflicto es entre un país grande y uno pequeño, interviene la Organización, y pone fin al país pequeño. Y si el conflicto es entre dos grandes países, interviene la Organización, y es el fin de la Organización”.
Vaya uno a saber cuánto falta para este apocalíptico final…