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Las declaraciones de Daniel Sturla luego de ser designado arzobispo de Montevideo, cargo que asumirá el 9 de marzo, despertaron expectativas “muy alentadoras” dentro y fuera de la Iglesia Católica, debido a su “apertura” con respecto a temas sobre los que la institución solía quedar enfrentada a la mayoría de la población y a que sigue la línea del papa Francisco, opinan obispos, sacerdotes, laicos y representantes de organizaciones sociales.
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En declaraciones a Búsqueda publicadas la semana pasada, Sturla dijo que la Iglesia debe bautizar a los niños de parejas del mismo sexo, que tiene amigos homosexuales y que cuando habla con adolescentes que “viven su orientación como un problema”, les ha dicho: “Dios te ama por lo que sos y no porque te orientes a un lado u otro desde el punto de vista sexual”. Con respecto a la despenalización del aborto, el nuevo arzobispo dijo a “El País” que “hay que mirar para adelante porque la ley ya está aprobada” y que “lo importante es la Iglesia que sale a curar heridas de la sociedad, que sigue defendiendo la vida del concebido, desde el primer momento de la concepción hasta la muerte natural”. Durante el programa “En Perspectiva”, de radio El Espectador, Sturla afirmó: “Obviamente nosotros no cambiamos nuestra mirada, no es que ahora vamos a entender que el aborto está bien ni nada por el estilo. El tema es asumir la realidad como es”.
“Las declaraciones” de Sturla “me parecen muy alentadoras”, declaró a Búsqueda el obispo de Melo y secretario general de la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU), Heriberto Bodeant. En ellas “se puede ver como telón de fondo el efecto del pontificado de Francisco y en especial la exhortación Evangelii Gaudium” (un documento escrito por el Papa en diciembre).
“Creo que el pontificado del papa Francisco, las nuevas Orientaciones Pastorales (de la CEU) 2014-2019 y el inicio del episcopado de monseñor Sturla como nuevo arzobispo de Montevideo son oportunidades importantes para asumir los dos desafíos señalados por el papa Francisco en su discurso a los obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano en Rio de Janeiro: la renovación interna de la Iglesia, poniendo fuerza en salir al encuentro, en la misión y el diálogo con el mundo actual, a partir de hacer nuestros los ‘gozos y tristezas, las angustias y esperanzas’ de los hombres de hoy”, añadió.
Consultado acerca de la entrevista que publicó Búsqueda, el obispo de Minas, Jaime Fuentes, integrante de la Prelatura del Opus Dei, respondió: “Estoy totalmente de acuerdo con él”. Agregó que las declaraciones del nuevo arzobispo van “totalmente en línea” con lo que el Papa plantea “en el sentido de que es necesario enfrentar la realidad, de ser realistas y de que es necesario ir adelante fortaleciendo la familia. Eso no lo dice exactamente así, pero lo deja entrever”.
Salvedades.
El obispo de Salto, Pablo Galimberti, comparte en “términos generales” las declaraciones de Sturla porque “está totalmente en sintonía con el papa Francisco” y su idea de “desburocratizar a la Iglesia, sacarla de su imagen oficinesca y salir al barro, a las situaciones, a las periferias en el sentido más existencial del término”.
Es “muy esperanzadora la actitud de Sturla” cuando dice que “tiene amigos homosexuales”, dijo Galimberti. “Es lindo que lo exprese con naturalidad: No son un cuco, no son excluidos”.
No obstante, en cuanto a la posibilidad de bautizar a los hijos de parejas homosexuales, sostuvo que el tema “merece un encare mucho más realista y global, porque el simple rito del bautismo, que puede ser un gesto muy simpático, inclusivo, no es una vacuna, es un comienzo que requiere un apoyo, por lo tanto, no se lo puede aislar totalmente de lo que sucede el día después”.
“De pronto, le podemos ayudar a buscar un padrino a una pareja de estas características, un padrino o madrina que apoyen su educación cristiana porque, si seguimos esquematizando el ejemplo, es probable que esta pareja esté muy alejada de la Iglesia. Entonces, el día después (del bautismo) prácticamente se hace inexistente”, añadió. “Si multiplicáramos este esquema de demanda y repuesta, estaríamos cayendo en una Iglesia simpática, cercana, pero que no cambia nada”.
Sobre la necesidad de adaptar el “Evangelio a la realidad de hoy”, como lo plantea Sturla en la entrevista, Galimberti dijo que está de acuerdo, pero que hay que “trabajar” sobre esa afirmación. “El hombre de hoy, en términos genéricos, es depresivo, por eso viene la marihuana, el uso placentero, el hombre de hoy es consumista al máximo (...). Entonces, adaptarnos al hombre de hoy es ser neuróticos, consumistas, donde todos los vínculos se licúan, obviamente que no”, dijo. Además agregó: “El evangelio debe ser también cuestionador de mi vida cómoda, de mi vida aburguesada, de mi vida corriendo detrás del pan y circo”.
Cambio.
No solo dentro del nivel de la jerarquía de la Iglesia las declaraciones de Sturla fueron bien acogidas. Fuentes consultadas por Búsqueda dijeron que entre sacerdotes y en ciertos ámbitos laicos, en particular aquellos que no compartían la gestión del hasta ahora arzobispo Nicolás Cotugno, las primeras señales de Sturla, un salesiano de 54 años, son vistas como “positivas” y auguran un cambio en la institución.
El docente de Antropología Filosófica en la Universidad Católica y de Historia de las Ideas en la Universidad de la República, Nelson Villarreal, opinó que Sturla muestra “una actitud que convoca al diálogo, la confluencia y jerarquizar en lo fundamental qué contribuye al espíritu tolerante de la sociedad uruguaya”.
Incluso para personas que están fuera de la Iglesia las ideas de Sturla son una buena señal. El presidente de la Asociación de Familias de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans y Homoparentales del Uruguay, Omar Salsamendi, declaró a “Montevideo Portal” que “lejos de negar la homosexualidad, como otros colegas suyos”, el arzobispo designado “admite que tiene amigos homosexuales, y dice que Dios te ama por lo que sos, no es nada más ni nada menos que el reconocimiento a la comunidad homosexual, es una lección a la sociedad.”
En diálogo con Búsqueda, Salsamendi dijo que la posición de Sturla está “lejos” de las declaraciones “segregacionistas y divisorias” como las que manifestó Cotugno en el pasado y en las que comparaba “en cierto sentido” a la homosexualidad con una “enfermedad de quien sufre en el propio ser y en la propia carne los desvíos y la desvirtuación de lo que llamamos naturaleza humana”.
Salsamendi informó que propondrá a los miembros de la organización que preside solicitar una reunión formal con el nuevo arzobispo después de que asuma el cargo.