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    Las mil y una noches en Wuhan

    Obras maestras: The Wild Goose Lake, un reciente policial de Diao Yinan

    “Con frecuencia sueño que soy ejecutado”, ha dicho en una entrevista el cineasta Diao Yinan. Dejando su temor de lado y a la tan temida China aparte, el asunto es que semejante malestar le sirvió de inspiración y lo llevó a escribir y dirigir The Wild Goose Lake (2019, en la videoteca de Mubi, abierta para todos sus asociados), un policial de cine negro ambientado en Wuhan, en estos días la ciudad maldita del planeta por haber sido donde se originó la pandemia de coronavirus, que en este caso nada tiene que ver. En 2012, en Wuhan ocurrió un congreso de ladrones de motos. Sí, como en todos los congresos: se reunieron, explicaron tácticas, intercambiaron ideas. En un viejo hotel se dieron cita los delincuentes, mientras los otros huéspedes dormían a pata suelta, y decidieron repartirse las zonas. Hubo concursos para ver quién robaba más motos y de ese modo se quedaba con las zonas más densamente pobladas de rodados. La noticia salió en un diario y Diao Yinan escribió una historia ambientada en ese contexto, en la que el líder de uno de los grupos delictivos es implacablemente perseguido por la policía.

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    Gracias a un preciosismo visual que impacta al instante, con una paleta de colores bien contrastados y predominio del rojo y violeta neón, la película arranca en una estación desierta en la que el fugitivo se encuentra con una misteriosa mujer que dice estar allí para ayudarlo, bajo una incansable lluvia que parece eterna. Fuman, hablan pausadamente y se mueven como figuras perdidas en la melancólica noche. Hay una doble sensación trágica y romántica, apoyada en una música sugerente y envolvente que proviene de instrumentos tradicionales chinos. El hombre, que está acorralado, no tendrá más remedio que confiar en la mujer y seguir su trazado.

    Diao Yinan demuestra una clara predilección por el policial estetizante, jugado entre una realidad sucia, concreta, de los oscuros recovecos de la calle, y las ondulaciones oníricas e irreales que le permiten diseñar meticulosamente las imágenes. Dirigió tres películas más que en cierta forma también se enmarcan en el mismo género: Uniform (2003), Night Train (2007) y Black Coal, Thin Ice, premiada en 2014 con el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín.

    Yinan se toma un buen tiempo para realizar cada encuadre, y ese procedimiento obsesivo recorre los 113 minutos de The Wild Goose Lake. Estuvo dos años trabajando en el guion y un año esperando a que los actores adecuados estuviesen libres. El rodaje insumió cinco meses y la gran mayoría de las tomas se filmaron de noche. No es demasiado el cine chino que se ve por estas latitudes, pero estilísticamente su película podría emparentarse con Largo viaje hacia la noche, de Gan Bi. La nocturnidad, la predilección por el agua, el tono melancólico y poético de las figuras protagónicas recortadas en un paisaje, aunque no tanto por el lado del tiempo encapsulado como en Tarkovski, el gran referente de Gan Bi, sino más bien buscando un tono detectivesco y clásico al relato, apoyado en una espiral del tipo Las mil y una noches, donde también se cruzan otras historias y otros personajes.

    La belleza desborda en varias secuencias, que dan ganas de verlas una y otra vez, como el baile al aire libre donde la mayoría de los participantes usan championes con suela de neón, un detalle que invade el realismo más naturalista y lo vuelve ciencia ficción. Es que la China contemporánea, con ese extraño cruce entre capitalismo y comunismo, tiene mucho de ciencia ficción.

    Hay dos aspectos que llamarán la atención del público uruguayo, y especialmente del futbolero. Uno es la foto que aparece fugazmente en una pared, con Schiaffino en primer plano anotando el empate en Maracaná en 1950, y el otro consiste en el cambio de ropa que realiza el protagonista en la escena final, para intentar evadir a la policía. La secuencia es una notable persecución por apretadas casas y edificios de inquilinato con patio central, con el fugitivo huyendo con una camiseta de… la selección argentina, y más específicamente de Batistuta, que además no tiene las letras completas.

    Graduado en la Central Academy of Drama de Beijing en 1992 y contemporáneo y amigo de Jia Zhangke, con quien compartió cantidad de veladas cinematográficas, Yinan se crio en un ambiente favorable a las artes y el cine. Su padre era editor de una revista cinematográfica. El primer impacto que le causó el mundo de las imágenes fue constatar la distancia que existe entre el guion y una película terminada, lo que le dio la pauta del largo camino de cambios y renovada creatividad que existe entre la palabra impresa y la imagen en formación.

    La violencia que jamás rebasa o desajusta el perfil lírico de la historia, la fantasmagórica escenografía y la desesperación y el intento de redención del personaje interpretado por el carismático Hu Ge hacen de The Wild Goose Lake una película cincelada en la mejor tradición policial, esa que mantiene los clásicos elementos del género con un inconfundible sello propio.