Por este medio quiero expresar mi apoyo a todos los médicos ginecólogos que han manifestado objeción de conciencia en relación con la práctica del aborto. Están ejerciendo un derecho y con ellos me identifico plenamente.
Por este medio quiero expresar mi apoyo a todos los médicos ginecólogos que han manifestado objeción de conciencia en relación con la práctica del aborto. Están ejerciendo un derecho y con ellos me identifico plenamente.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEstán ejerciendo un derecho, amparados por el Derecho Natural y la Constitución, que establece que nadie puede ser obligado a traicionar sus propias convicciones. El derecho a tener una conciencia libre y sin coacciones, hecho explícito en la misma ley del aborto.
De acuerdo con la Constitución nadie puede ser obligado en su ámbito de trabajo a realizar una tarea contraria a su conciencia y como esta debe ser independiente, no se deben tolerar coacciones y directrices en cómo se piensa, menos aún en algo tan delicado en que está implicado el secreto profesional y la relación médico-paciente.
Lo contrario es la visión propia de los Estados totalitarios.
Desobedecer una ley es algo que la ley prohíbe, esto es distinto a la objeción de conciencia; pero esta ley no solo no prohíbe que los ginecólogos se nieguen a hacer abortos, sino que establece explícitamente que la objeción es válida.
Como bien explicó el catedrático en Ginecología, Prof. Justo Alonso, en caso de que el Ministerio decida exigirle una justificación “de ninguna forma la daré”, ya que asegura que los motivos por los que objeta están en el ámbito del secreto profesional (“El Observador”, 4 de enero de 2013).
De acuerdo con todo esto, no resulta fácil entender lo expresado en reiteradas circunstancias por representantes del MSP acerca de la objeción de conciencia. No me gustaría sentirme presionada por mis autoridades públicas ni privadas, ni ser discriminada por tal motivo.
Mi obligación como médica es proteger a mis pacientes física y psíquicamente y así poder colaborar en su desarrollo pleno como personas. Mi experiencia como médica es que una buena información con muchos elementos positivos, que aclaren situaciones muchas veces complejas, es la mejor forma de ayudar al paciente. Seamos responsables y tengamos cuidado de no caer en consejos con soluciones rápidas y fáciles para problemas complejos.
La propuesta es obviamente más difícil que la que plantea la Ley. Es la propuesta de comprometerse con la vida, es la del apoyo emocional a esas madres y padres a los que hay que dar opciones de vida para evitar casi seguros arrepentimientos. Es apostar a la vida, de la que ni médicos, ni persona alguna por más que haya intervenido en su generación, puede sentirse con derecho a cercenar. No hacer un aborto no es omisión de asistencia. Omisión de asistencia es no cuidar el embarazo como binomio madre-hijo.
Rechazo por autoritaria cualquier tipo de presión de las autoridades públicas o privadas —sean estas jefaturas, sindicatos, gremiales, cátedras, etc.—, a la legítima objeción de conciencia de todos aquellos que entiendan que su obligación es velar por la salud del binomio madre-hijo durante el embarazo y durante las etapas posteriores de la nueva vida.
Dra. Inés Sevrini