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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa libertad de expresión es un elemento crítico para la democracia, el desarrollo y el diálogo —sin ella ninguna de estas palabras podría funcionar o prosperar—. La libertad de expresión es un derecho universal que todo el mundo debe gozar, tal como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La prensa informa que un grupo de organizaciones sociales, entre las que se incluye al PITCNT (¿?), patrocinadas por el abogado e integrante de la Vertiente Artiguista Daoiz Uriarte presentarán denuncia contra el presidente del Centro Militar, coronel Carlos Silva, por apología e incitación al delito. En una extensa entrevista, Silva expresó entre otras cosas que en Uruguay no hay democracia y que no hubo dictadura sino “un vacio de poder”, por “culpa de los políticos que no supieron manejar la situación” creada por un “movimiento revolucionario”. Por si esto fuera poco, impulsado por una fiebre acusatoria, Uriarte agregó que puede configurarse otro delito de incitación al odio y a la violencia por motivos de orientación o identidad sexual.
Más allá de cualquier consideración jurídica, esto se encuadra dentro del criterio gramsciano para la construcción de la hegemonía cultural a efectos de dar respaldo al accionar revolucionario y político del partido de gobierno. Antonio Gramsci define a la hegemonía cultural como la forma en que, en una sociedad aparentemente libre, un grupo social impone todo su sistema de valores y creencias sobre los demás al punto de universalizarlos. Cuando esta hegemonía se globaliza, entramos ya en el reinado del pensamiento único. El pensamiento único es una ideología, un modo de ver la realidad política, económica y social, pero se niega a presentarse como tal. Aquellos que lo sustentan no creen que el suyo sea un modo de ver el mundo, sino el único modo sensato de verlo. Para ellos, quien no considera la realidad a su manera es, sencillamente, o un idiota o un insensato o un embaucador.
Hubo un tiempo en el que cuando la gente gritaba “viene la Inquisición” todos corrían a esconderse para no ser destruidos por dicha máquina mortal, parecería que en estos tiempos, como antaño, se pretende silenciar opiniones que pongan en evidencia la tergiversación del pasado reciente realizada por la izquierda marxista leninista. El inquisidor mira para el costado cuando el 2 de febrero de 2017 el presidente Vázquez en entrevista exclusiva con Deutsche Welle manifestó que Venezuela es una democracia porque tiene tres poderes y los tres poderes están funcionando. También parece ignorar que el MPP, con Mujica a la cabeza, realizó el 12 de octubre próximo pasado un acto conmemorativo de la toma de Pando en donde los tupamaros robaron y mataron inocentes, o cuando Zabalza, en cuanta entrevista le realizan no se cansa de defender y elogiar la actuación del movimiento subversivo. Claro, aquellas apologías están comprendidas en el pensamiento único y hegemónico, pero cuando el coronel Silva realiza —desde su punto de vista, que se podrá compartir o no— un análisis de las causas que motivaron un golpe militar y sin efectuar alabanza o defensa alguna del referido acontecimiento, entonces la inquisición gramsciana pergeña acusaciones maliciosas con fines intimidatorios. Esperemos que, como Federico el Grande, rey de Prusia, podamos decir que aún existen fiscales en la República Oriental del Uruguay, y se desestimen las acusaciones por falta de argumentos valederos.
“La cuestión es solo entre la libertad y el despotismo”. Costa del Yi, 25 de diciembre de 1812. José Artigas.
Coronel Roque Gallego Curbelo