Apenas finalizado el PGA Championship, último Major de la temporada obtenido en forma brillante por el joven norirlandés Rory McIlroy, las repercusiones, especulaciones y comentarios dominaron el mundillo del golf internacional.
Apenas finalizado el PGA Championship, último Major de la temporada obtenido en forma brillante por el joven norirlandés Rory McIlroy, las repercusiones, especulaciones y comentarios dominaron el mundillo del golf internacional.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEstos torneos han logrado en los últimos tiempos una enorme trascendencia, además del aspecto económico, con bolsas en premios siderales. El PGA repartió U$S 8.5 millones de dólares. La experiencia indica que una victoria, una gran actuación o un fracaso marcan a sus protagonistas por el resto de sus carreras.
Una vez que un golfista ha ganado torneos en los principales circuitos del mundo y se ha posicionado en el ranking mundial, la meta es conseguir un Major, ya que toda su carrera se juzgará bajo ese parámetro.
Ocurre entonces para la mayoría de los golfistas, como lo declaraba el año pasado a Búsqueda el propio Ángel Cabrera, ganador de dos Majors, “lo más difícil es ganar el primero”. Y cuando llega esa primera victoria en un “grande” el jugador se quita de encima un gran peso. El título de “mejor jugador sin ganar un Major” lo sufren por ejemplo hoy en día los ingleses Luke Donald y Lee Westwood y el español Sergio García, entre otros, quienes no han logrado superar la barrera que significa imponerse en uno de los torneos que conforman el Grand Slam de Golf.
McIlroy, nuevo número uno
Parado en el tee del hoyo 10 del Augusta National en la última vuelta del Masters del año pasado, McIlroy era el líder en solitario de la competencia con cuatro golpes de ventaja sobre sus escoltas. Sin embargo, a partir de ese hoyo comenzó una verdadera pesadilla para el norirlandés terminando los segundos nueve hoyos con un terrible score de 45 golpes, nueve sobre el par. Finalmente, una tarjeta que registraba 80 impactos le llevó a caer de la primera posición a finalizar el torneo en el puesto 15º de la clasificación general. Fue su peor derrota hasta el momento. Como los grandes golfistas de todas las épocas, quizás ese haya sido el peaje que McIlroy tuvo que pagar antes de dar el gran salto.
A los 23 años, con dos Majors ganados en su corta carrera, el norirlandés es hoy la nueva gran figura del golf mundial. Vale recordar que McIlroy se hizo conocer en la alta competencia tras una vuelta inaugural extraordinaria en el British Open del 2010 disputado en el emblemático Old Course de Saint Andrews. Con una tarjeta que incluyó siete birdies y un águila para terminar con un espectacular registro de 63 golpes, a los 21 años McIlroy igualaba la mejor vuelta en la historia de los Majors.
En un ambiente tan competitivo, donde cada vez se hace más difícil ganar, vale destacar que con su victoria en el PGA Championship, este joven deportista se unió a una exclusiva lista que integran Tiger Woods, Phil Mickelson y Padraig Harrington en ganar dos Majors en años consecutivos en las últimas dos décadas.
Los últimos dieciséis Majors habían sido ganados por jugadores diferentes, en una clara demostración del altísimo nivel de juego que se pone de manifiesto en las principales giras. Sin embargo, el joven norirlandés con su victoria de hace diez días cortó esa racha además de recuperar el liderazgo del ranking mundial, desplazando al inglés Luke Donald al segundo lugar.
Es este un momento de análisis, de especulaciones, acerca de cuántos Majors puede llegar a ganar McIlroy. Y en este sentido quien removió el ambiente fue precisamente su compatriota Padraig Harrington al afirmar que “el único golfista que puede superar el récord de 18 Majors ganados por Jack Nicklaus es McIlroy y no Tiger Woods”. Una categórica afirmación que solamente el tiempo y el propio Rory se encargarán de ratificar o no.
Woods, el calvario de la tercera ronda
Vaya como le vaya y juegue como juegue, Tiger siempre es noticia. Tal es la ascendencia y el prestigio que todavía mantiene Woods en un deporte que dominó en forma absoluta por casi una década.
En el PGA Champion-ship, luego de las dos primeras rondas, quedó como líder. Lo que ya había logrado en julio pasado en el British Open disputado en el Royal Lytham. Sin embargo, tal como ha ocurrido en sus últimas actuaciones en este tipo de certámenes, la tercera ronda se ha convertido en un verdadero calvario para el ex número uno del mundo.
Finalizados los 54 hoyos, por diferentes razones, Woods queda relegado, lejos de la punta, con varios golfistas por delante y con pocas posibilidades de alcanzar la victoria. Parece increíble, ya que en su época dorada esa era precisamente la ronda en la cual Tiger marcaba la diferencia, pisaba el acelerador y quedaba en inmejorables condiciones para el cierre del torneo.
En una breve conferencia de prensa, analizando su actuación en el último Major del año, Woods declaró: “Me voy molesto porque tuve una mala actitud en la tercera vuelta, donde entré a jugar muy relajado, tratando de divertirme y esa nunca fue la filosofía de mi juego. Así no fue que gané catorce Majors, no con esa actitud”, destacó el ex número uno del ranking mundial antes de retirarse del Ocean Course de Kiawah Island.
El campeonato de la PGA significó además una nueva frustración para su aspiración de recuperar el liderazgo del ranking mundial. Ahora quedó ubicado en el tercer lugar detrás de McIlroy y de Donald.
Ya pasaron catorce Majors sin victorias para Woods, desde que ganara el US Open del 2008. Es notoria su recuperación en la actual temporada, en la cual ganó tres torneos y lideró como se anotaba en dos “grandes” tras los primeros 36 hoyos. Sin embargo, el Major número 15 por ahora no llega.
Incluso el propio Nicklaus llegó a declarar que “cada vez se le hará más difícil a Tiger superar esa marca”. Fue su primer comentario negativo acerca de las posibilidades reales de Woods de poder superar su propia marca.
Con su participación en los cuatro torneos que conforman la serie de la FedEx Cup, con la que finaliza la actividad oficial del PGA Tour y luego en la Copa Ryder, habrá que observar cómo cierra Tiger su año.
Westwood cambió su equipo
El caso del inglés Lee Westwood es una clara demostración de la enorme importancia que les asignan los jugadores a sus equipos cuanto les afectan sus actuaciones en ellos en este tipo de torneos. En efecto, Westwood al no pasar el corte en el Campeonato de la PGA y caer al cuarto lugar del escalafón mundial decidió cambiar por completo su equipo.
Así fue que a pocos días de la finalización del último Major de la temporada, el inglés decidió cesar a su entrenador Peter Cowen y a su caddie.
Vale recordar que Westwood, quien pasó a ser el número uno a fines de 2010, posición que mantuvo durante 22 semanas, no gana un torneo oficial desde que se impusiera en junio pasado en el Nordea Masters de Suecia, certamen perteneciente al European Tour.
Buscando nuevas motivaciones, algunos jugadores son proclives a estos drásticos cambios en su entorno. Vale recordar los ejemplos de Nick Faldo, Tiger Woods y Sergio García dentro de los más recientes.