Los vendedores de diarios y revistas, también conocidos como canillitas, se mantienen como una figura emblemática de la cultura nacional, ocupando un rol indiscutible en la divulgación de la información en el Uruguay.
Los vendedores de diarios y revistas, también conocidos como canillitas, se mantienen como una figura emblemática de la cultura nacional, ocupando un rol indiscutible en la divulgación de la información en el Uruguay.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAyer miércoles 26 de mayo, el sector celebró un nuevo aniversario en memoria de Adrián Troitiño, fundador de su sindicato, que el 20 de febrero pasado cumplió 101 años de historia. Sin embargo, en los últimos tiempos los festejos se han visto opacados por las dificultades que trajo la pandemia de Covid-19.
Alejandro Porcal, vocero del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas del Uruguay, aseguró que el rubro ha variado mucho. Informó que la organización está integrada en general por gente mayor, por lo que su actividad se vio especialmente afectada debido a la emergencia sanitaria ante el Covid-19.
“Hoy el presente es muy desalentador por todo lo que se está viviendo a escala mundial a causa de la pandemia. Pero, además, año a año sentimos que los canillas han bajado, sobre todo por la desaparición de muchas publicaciones que se pasan a digital”, explicó Porcal. Es que, según indicó, la tecnología y el uso cada vez más extendido de Internet “ha jugado un rol en contra” del sector, propiciando la desaparición de importantes medios en papel, tanto uruguayas como argentinas, chilenas o mexicanas que se leen en el país. “Ir hacia lo digital ya era una tendencia, pero la pandemia fue el puntillazo que algunas publicaciones necesitaban para transformarse del todo”, agregó.
Porcal señaló que al haber cada vez menos ediciones en formato físico las ventas de los canillas bajaron mucho. Asimismo, la expansión del coronavirus les jugó una muy mala pasada a los kiosqueros. “Mucha gente empezó a rechazar los diarios y revistas por miedo a contagiarse a través de la tinta o del papel. Luego las autoridades aclararon que eso no podía pasar, pero el miedo ya estaba instalado. ¿Cómo se lo hacíamos entender al público mayor?”, se lamentó.
Daniel Cernadas, también vocero del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas, indicó que han intentado paliar eso a través del boca a boca, una batalla con resultados lentos. “Esa situación está empezando a mejorar, pero muy poco. Los jóvenes sí entendieron, pero las personas mayores todavía están asustadas”, señaló Porcal, algo que influye directamente en la captación de nuevos clientes. A través del sindicato, igualmente, los canillitas se adaptaron a los nuevos tiempos e incorporaron el uso de tapabocas y alcohol en gel en sus locales, algo que esperan haya transmitido más tranquilidad.
Solamente en Montevideo hay hoy unos 280 vendedores de diarios y revistas en actividad que, indirectamente, son el sustento de vida de unas 2.500 personas.
Ante los cambios que están teniendo la prensa y los efectos que ello tiene en su actividad, el sindicato le planteó tiempo atrás al gobierno exonerar los impuestos a la importación de ciertos “subproductos” de origen argentino, como para reactivar la venta de ese tipo de publicaciones.
Por otro lado, actualmente espera coordinar una reunión con la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, con el fin de plantear la incorporación de más productos para la venta en los kioscos, un abanico que ya había sido modificado años atrás para dar mayores posibilidades a los canillitas. Sin embargo, Porcal aseguró que hasta ahora los productos incorporados (pañuelos, peluches, stickers) no hicieron una “gran diferencia” para su actividad.
Cernadas se refirió al reacondicionamiento de todos los kioscos de la zona céntrica de la capital, iniciativa que había sido anunciada durante la administración del entonces intendente Daniel Martínez en el marco de la reforma de la avenida 18 de Julio. El plan preveía la renovación de todo el equipamiento urbano en esa parte del Centro “para que tuviera una misma línea estética”, dentro de lo cual se incluía la mejora de al menos 44 escaparates de diarios y revistas. Sin embargo, desde el gremio explicaron que el proyecto “quedó en la nada”, por lo que esperan encargarse ellos de reacondicionar todos los locales al considerarlo un “aspecto fundamental para el rubro”, indicó el dirigente.
“Vamos a cambiar los escaparates, porque hay muchos que están en mal estado; estamos buscando posibilidades para mejorar todo, hay muchas ideas que ojalá se concreten, pero son momentos complicados. Es un sector que ya venía muy golpeado”, sostuvo.
Se preveía que el proyecto también mejorara la situación para los canillas en cuanto a la seguridad, al incorporar, por ejemplo, más luminarias. Y si bien entienden que la nueva administración departamental hoy tiene otras prioridades, desde el gremio esperan ser tenidos en cuenta en futuras iniciativas.
A raíz de las restricciones en la movilidad y la disminución del horario de los shoppings por el Covid-19, las ventas se redujeron considerablemente y los canillas debieron comenzar a abrir sus locales por menos horas o, incluso, volcarse al multiempleo.
“Hay menos movimiento, entonces muchos pasan horas sin vender nada. El canilla es hasta un psicólogo, porque la gente se acerca a hablar; hay canillas que hasta le cuidan la casa al vecino”, dijo Porcal. Muchos han tenido que cerrar, en especial en barrios como Unión, Cordón y Carrasco, al tiempo que algunos todavía no se animan a abrir del todo “hasta que no esté la situación más tranquila y la vacunación más avanzada”, contó.
Otro aspecto que ha impactado de forma negativa en la actividad de los canillas es la puesta en marcha del Plan Ibirapitá, a través del cual se entregaron tablets a pasivos. Esto se debe a que la población mayor era una asidua compradora de publicaciones con entretenimientos como crucigramas, sudokus y sopas de letras, que ahora tienen a disposición en sus dispositivos de manera gratuita.
Cernadas se mostró esperanzado, y si bien explicó que el promedio de edad del gremio es hoy de 55 años, confía en que las nuevas generaciones puedan colaborar en su transformación “al tener una visión más clara de Internet y las redes sociales”.