Al profesional uruguayo Juan Álvarez lo separan 36 hoyos de lograr clasificarse para el Abierto de los Estados Unidos, el segundo Major del año, que se jugará entre el 15 y el 18 de este mes en el Erin Hills Golf Club de Wisconsin.
Al profesional uruguayo Juan Álvarez lo separan 36 hoyos de lograr clasificarse para el Abierto de los Estados Unidos, el segundo Major del año, que se jugará entre el 15 y el 18 de este mes en el Erin Hills Golf Club de Wisconsin.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáÁlvarez será uno de los 144 golfistas que jugarán en busca de lograr una clasificación que les cambiará la carrera a cualesquiera de los diez golfistas que logren ese objetivo. Para el golf en particular y para todo el deporte de nuestro país en general, sería un acontecimiento extraordinario que logre una plaza en el campeonato más importante de la meca del golf.
Pero en su misma situación se encuentra la mayoría de los jugadores que llegaron a esta instancia, aunque todos en diferentes circunstancias. Por ejemplo, en la clasificación seccional donde participará el golfista uruguayo, más de 40 participantes son golfistas que perdieron la tarjeta del PGA Tour en la temporada pasada, por lo cual estarán intentando regresar por este camino al principal circuito profesional del mundo.
La principal disyuntiva que enfrentan hoy en día los jóvenes profesionales es dónde competir tras dejar el amateurismo. Los principales circuitos del mundo, el PGA Tour de Estados Unidos y European Tour, no tienen desde hace dos años más clasificaciones previas, siendo la única vía de ingreso los circuitos satélites.
Por otra parte, salvo algunas excepciones como las giras de Canadá, Japón y Sudáfrica, el resto de los circuitos no les permite a los jugadores vivir de los premios que otorgan, por lo cual la situación es ciertamente complicada. La invitación obtenida a través de un auspiciante o la intermediación de alguna federación o asociación son algunas alternativas para que los novatos puedan jugar ciertos certámenes.
La realidad marca que el tema económico es fundamental para estos nuevos profesionales, por lo cual su rendimiento está totalmente condicionado en ese sentido. A modo de ejemplo, según pudo saber Búsqueda, el costo para que un profesional de esta parte del mundo pueda jugar la primera etapa del PGA Tour Latinoamérica —que comprendió en esta temporada siete torneos— ronda los U$S 25.000. La segunda parte del calendario, que comienza en agosto y que presenta nueve campeonatos oficiales, tendría un costo levemente menor dada la cercanía de algunos traslados.
En diciembre del año pasado, Juan Álvarez pasó al profesionalismo dejando atrás una carrera espectacular como aficionado, que lo llevó a estar en un momento en el puesto 13º del ranking mundial.
En el tee del hoyo 11 de Punta Carretas donde Álvarez esperaba el pasaje de cada foursome en el torneo que el Club de Golf del Uruguay organizó en su beneficio, Búsqueda mantuvo una extensa charla para conocer su opinión sobre este tema.
“En primer lugar quisiera agradecer al Club de Golf del Uruguay y a Luis Rinaldi por el gran apoyo que me han brindado”, afirmó Álvarez. “Gracias a ese apoyo pude jugar la primera clasificación del US Open donde gané una plaza para jugar la segunda dentro de diez días”.
“En caso de no irme bien en Estados Unidos, podré jugar los dos últimos torneos del PGA Tour Latinoamérica, algo muy importante porque necesito sacar puntos para el ranking de ganancias y así poder tener la posibilidad de jugar todo el segundo semestre”, añadió.
“El cambio entre aficionado y profesional es enorme, con el paso de los campeonatos me voy dando cuenta de que no hay punto de comparación. Por ejemplo, ahora como profesional tengo horarios para practicar, cuando me inscribo ya sé a qué hora puedo ir al driving range, algo que como amateur nunca me pasó”, explicó Álvarez. Y añadió luego: “También tenemos un tiempo determinado para los días de práctica, y no podemos jugar con más de dos pelotas porque si no, nos sancionan. Todos esos cambios se sienten, algunos se adaptan más rápido que otros”.
Álvarez hizo hincapié en que la “presión por el tema económico es enorme”. “Así me pasó en los tres primeros torneos de la gira latinoamericana donde no pasé el corte clasificatorio”, dijo. “Para tener idea de los costos, un caddie cuesta U$S 300 cada torneo, sin contar si el jugador pasa el corte o no”.
“Hay varios grandes jugadores del circuito que usted conoce pero no voy a nombrar, que me han comentado que van a intentar lo mejor en lo que resta de esta temporada y si no consiguen los resultados, abandonan el profesionalismo”, aseguró Juan Álvarez.
Uno de los tantos aportes que Tiger Woods hizo al mundo del golf fue el que muchos jóvenes se acercaran a este deporte. Una vez alcanzado un cierto nivel, varios de ellos pensaron que acceder rápido al profesionalismo les cambiaría la vida. La realidad, en general, muestra lo contrario. Casos como el del surcoreano Si Woo Kim, ganador de la última edición del Players Championship con apenas 21 años, o el de Jordan Spieth, ganador de dos Majors con 23 años, no son lo común.